“La paz es posible entre todos. En nuestros lugares de reclusión hemos aprendido a convivir quienes en el pasado estuvieron en lados opuestos: paramilitares, guerrilleros, agentes de la Fuerza Pública y políticos”. Así lo afirmó este lunes el extraditable Carlos Alberto Ocampo durante la firma simbólica de la paz en la cárcel La Picota.
Ocampo, que está pendiente de una orden de extradición a Estados Unidos por cargos de narcotráfico, sostuvo que espera que ese acto de reconciliación se replique en todas las cárceles del país.
“Se abre un nuevo capítulo en la historia de nuestra nación. Unidos por un sentimiento de reconciliación, hemos querido realizar este acto simbólico para demostrar que la paz es posible”, señaló Ocampo.
Al acto simbólico asistieron como representantes de los exparamilitares Luis Eduardo Cifuentes Galindo, exjefe del bloque Cundinamarca de las autodefensas; Juan Vicente Carvajal, alias Misael, integrante del frente 10 de las Farc, y el mayor Luis Augusto Manrique Mantilla, condenado por desaparición forzada y quien representaba a los internos de la Fuerza Pública.
Carvajal, pedido en extradición por Estados Unidos y a quien el Gobierno negó su envío a ese país a finales del año pasado, afirmó que los guerrilleros de las Farc presos son optimistas. “Queremos que Colombia tenga una nueva oportunidad de participar en un proyecto de paz histórico”, dijo.
A su vez, Cifuentes Galindo señaló: “Es muy importante que esta paz no sea excluyente, y se recojan las armas, y se reintegre a los excombatientes a la sociedad”.
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