Con la claridad de que no se trata de una amenaza, pero bajo el precepto de que el país debe ser realista, el expresidente liberal César Gaviria, coordinador de las campañas por el ‘Sí’ en el plebiscito por la paz, advirtió que la consecuencia directa de rechazar en las urnas la refrendación de los acuerdos con las Farc va a ser la continuidad de la guerra.
Gaviria, en entrevista con EL TIEMPO, aseguró que el plebiscito no puede ser politizado de cara a las presidenciales del 2018. Insistió en que quien apoya el ‘No’ no necesariamente quiere que haya conflicto armado, pero dejó claro que los argumentos de este sector son fácilmente debatibles porque la paz no traerá impunidad.
¿Qué está haciendo la campaña por el ‘Sí’?
Estamos tratando de hacer una buena conciliación entre el trabajo que realizan las organizaciones políticas, tanto las que apoyan al Gobierno como las que no, y sumar a quienes usualmente no participan en política pero que en esta ocasión lo harán. Y el Gobierno va a tener que hacer un esfuerzo grande de pedagogía, al igual que las campañas, porque el acuerdo es muy complejo y tiene muchos puntos.
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¿Cómo se hace para poner de acuerdo a sectores tan distintos?
Mi función tiene que ver con no perder el mensaje esencial de lo que se está buscando. Se trata de ponerle fin a la guerra e iniciar un proceso que nos debe llevar a la paz, porque el apoyo al acuerdo no es que genere la paz, de todas maneras en el país hay tensiones, atraso y situaciones de vulnerabilidad. Sobre eso hay que actuar.
Pero los partidos políticos sí tienen ideologías distintas…
Estamos explorando cómo trabajar de la manera más eficaz y cómo los partidos pueden hacer sus campañas y, al mismo tiempo, coordinarse para realizar algunas actividades. Eso solo es posible con mucha voluntad política.
¿La izquierda está trabajando con las otras colectividades?
Estamos en un proceso de diálogo. Pero, sin lugar a equívocos, todas las tendencias de la izquierda están interesadas en votar el plebiscito, así en su inmensa mayoría estén distantes del Gobierno. Entienden que son dos temas distintos. Más adelante tenemos que ver cómo vamos a cooperar con ellas para que puedan movilizar a sus electores y trabajar el día de elecciones, que será un día crítico e importante.
¿Cuántos votos tendrá el plebiscito?
Si se miran las encuestas, se encuentran datos muy distintos. Pero en general, en las encuestas se ve una intención de voto alta. No se ven problemas de umbral. El que con seguridad va a votar es un nivel que hasta ahora nos ayuda con el cumplimiento del requisito del umbral. Ahora de lo que se trata es de consolidar a los sectores que probablemente van a votar para solidificar ese apoyo. Y la decisión del Centro Democrático de apoyar el ‘No’ genera una competencia que va a ayudar a que haya más participación. Claro que atrás ya quedó la preocupación de lograr el umbral requerido en el plebiscito.
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¿Qué opina de las encuestas que no son tan favorables?
En la medida en que pase el tiempo vamos a ver encuestas más convergentes. He visto algunas inconsistencias, pero no vamos a pelear. Pero la mayoría de las encuestas dan una votación por el ‘Sí’ bastante amplia.
¿Qué responde a quienes dicen que ahora es el Gobierno el que acude al miedo, y la oposición, a un mensaje más mesurado?
Estamos obligados a formular las respuestas de una forma diferente. Reconozco que quien tiene intención de votar por el ‘No’ no es que quiera la guerra, es difícil imaginar eso, pero la consecuencia de rechazar los acuerdos va a ser la guerra, así no la quiera. No es automático, pero la guerra es la consecuencia de que gane el ‘No’ en la votación.
¿No teme que el ciudadano de a pie entienda eso como una amenaza?
No es una amenaza, es algo totalmente realista. Hay que salirse del esquema de que quien va a votar por el ‘No’ quiere la guerra, pero la consecuencia de que gane el ‘No’ es la guerra, no puede haber otra. Si no hay acuerdos, no hay garantías ni cómo imaginarse de que la guerra se va a acabar.
¿Este proceso generará impunidad, como dice la oposición?
Los opositores deberían ser realistas. Todos los procesos de paz traen algo de impunidad, es inevitable. Los paramilitares de Justicia y Paz están en la calle y la inmensa mayoría ni siquiera fueron llamados a juicio a pesar de ser responsables de delitos de lesa humanidad. Eso no fue un proceso perfecto sin impunidad. Y en los grandes procesos de paz la gente no ha ido a la cárcel. Y lo que se está haciendo en Colombia es algo completo.
¿Por qué completo?
Tenemos la justicia transicional más avanzada que se ha hecho en un proceso de paz desde que se expidió el Estatuto de Roma. En Sudáfrica e Irlanda, por ejemplo, nadie fue a la cárcel. Aquí va a haber un tribunal de enorme credibilidad, que no será de bolsillo, ante el cual las personas que quieran ser beneficiarias tendrán que contar la verdad. Va a haber mucha verdad, porque el que no cuente la totalidad de sus delitos se arriesga a ir 20 años a una cárcel de barras, sea quien sea. La teoría de que habrá total impunidad es falsa.
Entonces, ¿qué buscan el expresidente Uribe, el procurador Ordóñez y otros enviando ese mensaje?
Ellos han usado argumentos con juego de palabras. Pero definitivamente si se quiere la paz hay que votar por el ‘Sí’, porque votar por el ‘No’ es saber que va a continuar la guerra y no creo que la gente se vaya a dejar engañar. También hablan de una posible renegociación, pero no se puede. El presidente Santos, si el plebiscito no es aprobado, tiene una prohibición expresa de la Corte Constitucional de seguir con el proceso. Si votan ‘Sí’, el proceso sigue, si votan ‘No’, no se puede.
En la campaña de reelección usted decía que Uribe era un “mentiroso”…
Más que usar una palabra que es hiriente, lo que quiero decir es que está usando argumentos que se pueden rebatir con facilidad y que no tienen solidez. Esos argumentos se usan pensando que la gente se va a dejar confundir, pero creo que a la hora de la votación los colombianos serán conscientes de las consecuencias de lo uno y de lo otro.
¿El resultado de este plebiscito marca la ruta hacia las presidenciales del 2018?
La Corte Constitucional ha tratado de evitar que haya nombres en la publicidad y mensajes del plebiscito, eso es indeseable. Pero aún no sabemos, porque no conocemos el fallo completo de la Corte, si los partidos van a poder usar sus logos o no en la campaña.
¿Qué lectura le merece que el uribismo tenga de jefes de debate por el ‘No’ a sus tres precandidatos?
No creo que eso afecte. La paz está por encima de una elección y lo que tenemos aquí es mucho más importante que las presidenciales del 2018. Esto es de un interés supremo, y no es legítimo ni válido volverlo parte del 2018, o tratar de venderle a la gente que su votación es sobre el gobierno de Santos. Esto no va a ser un ‘plebisantos’ y tomarlo así es engañar a la gente.
¿Este proceso de paz en su conjunto impactará sobre el gasto militar?
Para llegar a este punto de la negociación fue necesario conformar una enorme fuerza militar; de hecho, tenemos la más grande de América Latina. Colombia hace más gasto militar que el propio México, que tiene tantos problemas. Incrementar de manera significativa lo que ya hemos hecho es un poco desproporcionado. Se ha usado con eficacia la fuerza militar y tenemos una justicia que ha mejorado, pero hay que comenzar a encontrar otros caminos.
¿Qué mensaje les deja a los colombianos?
Quiero invitarlos a que nos salgamos de la idea de que en Colombia siempre vamos a vivir en guerra. Debemos tener la esperanza de vivir en un país en paz que se lo vamos a dejar a nuestros hijos, y que no nos vamos a seguir desangrando como ha pasado a lo largo de tantas décadas. Esta es una oportunidad excepcional para avanzar por un camino de esperanzas y de sueños.
DANIEL VALERO
Redacción Política
En Twitter: @DanielValeroR