Una de cada tres mujeres en América Latina y el Caribe ha sido víctima de algún tipo de violencia: sexual, sicológica o física. Esa abrumadora estadística fue revelada este martes en la segunda jornada de la Semana de la Seguridad Ciudadana, evento organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Vicepresidencia de Colombia y que cuenta con la participación de 18 países de la región.
Uno de los temas centrales del encuentro fue el conversatorio para analizar el papel de la mujer en el proceso de paz con las Farc y su rol en la consolidación del posconflicto. Los asistentes destacaron que en la negociación hubo una participación del 30 por ciento para las mujeres, pero señalaron también que esta labor no fue suficientemente visibilizada.
“Su presencia fue silenciosa pero contundente”, dijo Nigeria Rentería, quien hizo parte de la delegación del Gobierno en La Habana y ejerció el cargo de Alta Consejera para la Mujer. Rentería recordó la historia de las mujeres victimizadas en medio del conflicto, pero destacó también cómo muchas de esas víctimas juegan hoy un papel clave como líderes de sus comunidades.
Precisamente, Andrew Morrison, jefe del área de Género y Diversidad del BID, aseguró que en los procesos de paz las posibilidades de fracaso se reducen cuando hay participación femenina: “Los tratados en los que han intervenido mujeres tienen un 35 por ciento más de probabilidades de durar al menos 15 años”, aseguró.
Por su lado, Belkis Izquierdo, una de las nuevas magistradas de la Justicia Especial de Paz y quien fue la primera mujer indígena en ser magistrada auxiliar de una alta corte, aseguró que la única manera de lograr la paz es reivindicar la pluralidad y reconocer en cada persona sus valores y principios: “Hay que considerar que los territorios están vivos, dejar atrás las mentes urbanizadas y darle paso a lo territorial desde el reconocimiento de las diferentes culturas, afianzando las diferencias desde la justicia”.
Durante la jornada, el vicepresidente de la República, Óscar Naranjo, abogó por que la seguridad ciudadana sea una política de Estado que no esté expuesta a los vaivenes de los cambios de gobierno.
En ese sentido, llamó a todos los gobernantes a darles continuidad a las experiencias positivas de seguridad y convivencia, sin cálculos políticos. El Vicepresidente reiteró la importancia de recuperar la confianza ciudadana en las instituciones, algo que, recalcó, solo se logra con una mayor transparencia y con medidas efectivas para contener la corrupción.
“Es importante que a la hora de construir esta política haya acompañamiento de la ciudadanía, que a la vez debe juzgar los resultados de la misma y ser la receptora de la rendición de cuentas de las instituciones”, afirmó Natalie Alvarado, del Banco Interamericano de Desarrollo.
EL TIEMPO
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