Sin mujeres no hay democracia y sin democracia no hay paz. Así de contundentes fueron las declaraciones de las líderes sociales que se dieron cita ayer en la inauguración de la II Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, que se extenderá hasta mañana.
A este evento asistieron en su primer día cerca de 500 representantes de 700 organizaciones y movimientos sociales de todas las regiones del país, que se dan cita esta semana en Bogotá para pactar una agenda para el seguimiento y la verificación del enfoque de género en la implementación del Acuerdo Final de La Habana, una vez sea votado el plebiscito.
“El verdadero camino comienza ahora y de eso sí que saben las mujeres colombianas”, expresó Belén Sanz, representante en Colombia de ONU Mujeres, al referirse al papel que desempeñarán las líderes sociales en el posconflicto.
La labor de las mujeres será compleja y de largo plazo. La construcción de la paz deberá hacerse desde los territorios y allí será donde las líderes deberán empezar a tejer relaciones, a impulsar proyectos sociales.
Esa fue por lo menos una de las principales reflexiones de ayer y estuvo a cargo del alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, quien asistió a despejar las dudas que han surgido frente al acuerdo de paz con las Farc, especialmente en lo referente al enfoque de género.
“El acuerdo contempla necesidades de mujeres rurales, derechos económicos y sociales y participación política”, aseguró Jaramillo, quien agregó que “la construcción de paz y la reconstrucción de los territorios dependerá de los liderazgos de las mujeres”.
Si bien, como se evidencia en el nombre de la cumbre, este encuentro tiene como propósito reflexionar en torno a los acuerdos de paz, también sirvió para que algunas de las asistentes dieran a conocer el trabajo que ya vienen haciendo en sus territorios.
Una de las experiencias más llamativas es la de Gladys Cuatindoy, quien defiende el uso de la coca como planta tradicional en Corinto (Cauca). “La coca no es la mata que mata, es una planta con usos ancestrales”, manifestó.
Este espacio de encuentro nació en octubre del 2013, con la primera cumbre, de la que, además, surgieron alianzas y nuevas organizaciones de mujeres en las regiones.
El éxito de ese primer encuentro fue tal que lograron contribuir a la creación de la Subcomisión de Género de La Habana, que derivó en un acuerdo con enfoque diferencial –anunciado el pasado 24 de julio– en puntos claves como reforma rural integral, participación política y solución al problema de las drogas ilícitas.
POLÍTICA
Comentar