Con la orden de “¡despegue!” al conductor del camión que transportaba las últimas armas de las Farc entregadas a la ONU, el presidenteJuan Manuel Santos cerró este martes en Pondores (Fonseca, La Guajira) el último ciclo de esta organización como insurgencia.
Santos acudió a este lugar, donde el desarme comenzó hace ocho meses, para poner fin a esta etapa que deja a las Farc inmersas en la vida civil tras más de medio siglo de alzamiento armado.
Al mediodía, con una temperatura que alcanzaba los 38 grados centígrados, llegó el presidente Santos hasta la vereda de Pondores, acompañado por el comisionado de Paz saliente, Sergio Jaramillo, y el entrante, Rodrigo Rivera.
Allí lo esperaba el jefe de la misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, para el pequeño acto simbólico del despacho del último contenedor con las armas de las Farc hacia un lugar desconocido.
El acto estuvo marcado por el saludo del jefe de Estado a los guerrilleros, quienes estaban agolpados a un lado de los contenedores, armados con banderas blancas. Santos dijo que “está paz tenemos que aprovecharla” y que “lo que se nos viene es un país mucho mejor”.
Arnault explicó que ayer se hizo en cuatro puntos distintos del país la última la remisión de contenedores con armas de las Farc.
Reveló que en total se detonaron más 22.000 kilos de explosivos, entre los que se encontraban minas y cilindros.
Al otro lado del escenario estaban los hombres de las Farc, Iván Márquez, Pastor Alape y Joaquín Gómez, presenciando el hecho de paz. Márquez afirmó que “nada mejor que un presidente nobel que tiene el espíritu para fortalecer con hechos el cumplimiento de compromisos”.
Ricardo Vallejo, del mecanismo de monitoreo y verificación, le dijo a EL TIEMPO que la culminación de la dejación de armas significa dar cumplimiento a lo pactado. “Pese a los contratiempos, le damos a la opinión pública una satisfacción de que las Farc entran ya a hacer parte de la sociedad civil”, concluyó.
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