Una clara manifestación de apoyo al proceso de paz en Colombia dio este viernes el papa Francisco, tras el encuentro que lideró entre el presidente Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe, en su despacho de la Santa Sede.
Aunque no hubo nuevos compromisos entre Santos y Uribe, el Vaticano, tras el encuentro de los dos líderes, puso de relieve la importancia del encuentro y de la unidad entre las fuerzas políticas colombianas y del compromiso de las Farc.
La oficina del Papa no hizo mayores comentarios sobre las conclusiones a las que se habrían llegado durante el encuentro con los dos líderes colombianos.
Uribe, en diálogo con los periodistas a la salida del Vaticano, sí fue claro en insistir en sus puntos de vista sobre el acuerdo suscrito entre el gobierno del presidente Santos y las Farc.
El jefe del Centro Democrático se mantuvo radical en sus posturas en el sentido de que los exguerrilleros no pueden ser elegidos de inmediato a cargos públicos, sino que lo podrían hacer luego de pagar unas penas privativas de la libertad, reales.
Ni siquiera ante el Papa, Uribe transigió en lo que han sido sus posiciones de siempre sobre el acuerdo de paz con las Farc.
Lo que Santos ofreció fue un acuerdo sobre la implementación legal y constitucional de lo pactado con las Farc, lo cual no es suficiente para Uribe.
Santos regresará mañana a Colombia con la bendición del Papa al acuerdo de paz, que ya comenzó a ser implementado jurídicamente y que avanza en su desarrollo operativo como fue dispuesto en La Habana.
El Papa, además, dio instrucciones a la Iglesia católica en Colombia para que apoye el proceso.
“La Iglesia local podrá continuar ofreciendo su contribución a favor de la reconciliación nacional y de la educación al perdón y a la concordia”, dijo el Vaticano en su declaración.
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El Gobierno y las Farc ya hicieron ajustes en 57 ejes temáticos al acuerdo con la guerrilla, a partir de las propuestas formuladas por el uribismo y las otras expresiones del 'No'. Es más: ya se han firmado dos acuerdos, el segundo modificando al primero.
Lo que Santos ofrece –un acuerdo sobre la implementación– no da mucho margen de maniobra a Uribe, ya que el consenso de La Habana advierte que las normas aprobadas por el Congreso no pueden ser modificadas por los legisladores.
En la implementación, por la vía del 'fast track', el único que tiene iniciativa es el Gobierno. (Además: de paz no viola la Constitución: Corte).
De hecho, Uribe dijo en el Vaticano que utilizar el 'fast track' aprobado por la Corte Constitucional para meterle velocidad a la implementación legal y constitucional de los acuerdos es un error.
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El presidente Santos, en su primera declaración, tampoco despejó sus diferencias de fondo con Uribe. El mandatario se limitó a reiterar su disposición a llegar a un acuerdo sobre el desarrollo legal y constitucional de lo pactado con las Farc, no sobre el acuerdo mismo.
Sin acuerdo visible: así fue la reunión de Uribe y Santos con el Papa
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