Un minuto de silencio, sentido, con el público de pie, fue el preludio de la ceremonia de este histórico lunes 26 de septiembre, día en que la guerrilla de las Farc y el Gobierno firmaron el acuerdo con el que se pone punto final a una guerra que en 52 años ha dejado al menos 8 millones de víctimas.
La firma se dio sobre las 5:30 p.m. en Cartagena. Primero lo hizo Rodrigo Londoño, máximo jefe de las Farc, y después el presidente Juan Manuel Santos, quien le entregó al jefe guerrillero el pin de la paloma de la paz que llevaba en su guayabera. Londoño la aceptó, musitó algunas palabras, y se la prendió a su camisa.
Tras un emotivo comienzo de ceremonia y luego de que el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, interviniera, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, dijo al país: “Vamos a hacia la política sin armas, preparémonos todos para desarmar las mentes y los corazones. Lo escrito en el papel va a cobrar vida en la realidad y para que esto sea posible, además de la verificación internacional, el pueblo colombiano debe convertirse en el principal garante de lo pactado, nosotros vamos a cumplir y esperamos que el gobierno cumpla”, dijo.
El momento cumbre vino cuando 'Timochenko' pidió perdón: "Pido perdón por todo el dolor que hemos podido causar", dijo. En ese momento, aviones de la Fuerzas Armadas hicieron un despliegue sobre el Patio de Banderas del Centro de Convenciones, lo que terminó por asustar al máximo jefe de las Farc. "Venían (las aeronaves) a saludar la paz, y no a lanzar bombas", dijo entre risas Rodrigo Londoño.
Luego, el presidente Juan Manuel Santos, quien realizó la tercera intervención, le dijo a 'Timochenko': "Los aviones son un saludo a la paz".
(Vea en video el susto de alias Timochenko por un avión en la firma de la paz)
Santos comenzó su discurso con una estrofa del himno nacional: “hemos sufrido, por 52 años, un conflicto armado entre hijos de una misma nación”.
Indicó que “a partir de ahora será recordada como el lugar donde se firmó el acuerdo de paz más importante en la historia reciente de Colombia, y será por eso –también– ¡la Ciudad de la Paz!”.
Santos dijo que la firma de la paz de este lunes 26 de septiembre “es una declaración del pueblo colombiano ante el mundo de que nos cansamos de la guerra, de que no aceptamos la violencia como medio para defender las ideas; de que decimos –fuerte y claro–: ¡No más guerra!”.
El mandatario, quien no pudo contener las lágrimas, hizo además un homenaje a la Fuerza Pública, “a todos los héroes de las Fuerzas Armadas de nuestro país, que han combatido con honor para defender la tranquilidad y seguridad de los colombianos. ¡Gracias soldados y policías de Colombia, porque su sacrificio, su valor, nos condujeron a este gran día!”.
Ese homenaje lo extendió a “las millones de víctimas inocentes; a los defensores de derechos humanos; a las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas; a tantas mujeres y madres que –en medio de las lágrimas– abonaron el camino hacia la paz”.
El Presidente envió un mensaje a las Farc: 'Señor Rodrigo Londoño y miembros de las Farc, les doy la bienvenida a la democracia'.
“Cambiar las balas por los votos; las armas por las ideas, es la decisión más valiente y más inteligente que puede tomar cualquier grupo subversivo, y en buena hora ustedes entendieron el llamado de la historia”, indicó Santos.
Y continuó: “El acuerdo que hoy firmamos es mucho más que un acuerdo para el silenciamiento de los fusiles –lo que, en sí mismo, ya es un enorme avance para nuestra nación (…) Este es un acuerdo que nos permitirá llevar más desarrollo y bienestar a los campesinos de Colombia, que fueron los que más sufrieron las consecuencias del conflicto”.
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El jefe de Estado cerró su intervención haciendo alusión al 2 de octubre, cuando se votará el plebiscito: “Con su voto, el próximo domingo 2 de octubre, podremos dejar atrás un pasado triste y abrirle las puertas a un futuro mejor, con alegría y optimismo”, dijo.
“Este es el acuerdo que suscribimos hoy ante nuestros compatriotas y ante el mundo entero, y que los colombianos –en menos de una semana– tendrán la oportunidad de refrendar en las urnas, para darle la máxima legitimidad posible”, indicó y concluyó agradeciendo a la comunidad internacional y al papa Francisco.
La ceremonia empezó cargada de simbolismo, todos ellos preparados de manera cuidadosa. De hecho, el video del Himno Nacional interpretado solo por niños, en un claro mensaje sobre el beneficio que traerá este acuerdo para las próximas generaciones.
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A su vez, la presentadora Mabel Lara leyó una presentación en la que remarcó el hecho de haber puesto en el escenario una puerta que proyectó la imagen de lo que el país puede vivir en los próximos días.
“Estas puertas simbolizan el paso hacia un país más tolerante, en el que todos podamos vivir con nuestras diferencias y singularidades…ha llegado el momento de abrir estas puertas”, dijo en su intervención.
Y tras la apertura de las puertas fueron apareciendo, uno a uno, los jefes de Estado y de Gobierno invitados a la ceremonia, así como los negociadores del Gobierno y de las Farc, quienes fueron recibidos con una atronadora salva de aplausos.
Después, un grupo de mujeres identificadas como las Alabaoras de Bojayá cantó a la “alegría de la paz”, vestidas totalmente de blanco. “Queremos Justicia y Paz….para que llegue a nuestro campo salud y educación”, fue uno de los apartes del tema que interpretaron.
El primero en intervenir con un discurso fue el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon. "Estos acuerdos visualizan una paz que garantiza la participación de la mujer y un futuro en el que existe la posibilidad de que todos puedan participar en política (...) Ya no hay espacio para una política basada en la violencia", dijo Ban Ki-moon.
Agregó: "Se nos ha otorgado la tarea verificar las dejación de armas, y ya los grupos están desplegados a los largo y ancho del país (...) El llamado de verificación queda oficializado con la firma de este acuerdo".
Y cerró diciendo en español: "¡Viva Colombia, viva Colombia en paz!".
Así, el Patio de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena fue el escenario en el que 2.500 personas (entre los que están 15 jefes de Estado, el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon; el rey emérito de España Juan Carlos y el secretario de Estado de EE. UU., John Kerry) fueron testigos del histórico acto en el que el presidente Juan Manuel Santos y el máximo jefe de las Farc, Rodrigo Londoño Jiménez, alias Timochenko’, firmaron el acuerdo final de la paz.
Aunque la puesta en marcha de los acuerdos está sujeta a los resultados del plebiscito del próximo 2 de octubre, la firma es histórica porque es la primera vez que Colombia presencia el fin exitoso de una negociación de paz luego de 52 años de guerra.
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Fueron tres intentos en los últimos años. El primero fue en el gobierno de Belisario Betancur, entre el 83 y 87; luego en el gobierno de César Gaviria, en un acercamiento que se realizó en Caracas (Venezuela) y Tlaxcala (México), y el último fue en el gobierno de Andrés Pastrana, en la zona de distención en el Caguán, entre 1999 y el 2002.
Hoy, luego de 1.439 días de una negociación que tuvo como sede La Habana, Cuba, tanto las Farc como el Gobierno, confirman haber logrado un consenso en cinco puntos: desarrollo agrario, participación en política de la guerrilla, fin del conflicto, drogas ilícitas y víctimas.
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