Han transcurrido 40 años desde que Mario Vargas, un comerciante procedente de Venezuela, llegó a la zona del Pato, la misma que surcó ‘el Torito Bravo’, en el que se inspiró el maestro Jorge Villamil para escribir su legendaria canción el Barcino; pero a diferencia del novillo que murió en el olvido, él hoy se dedica a la producción de cacao y se esmera por sembrar el árbol del que se extrae la materia prima que ha sido cómplice del comienzo de innumerables historias de amor.
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“El cacao es importante y es necesario, es un bien, porque con él nosotros podemos hacer muchas cosas, de aquí podemos sacar chocolatinas, elaborar muchos dulces ricos para darle a las muchachas, para enamorar; con esto conquistamos el mundo”, dice Mario mientras sostiene en sus manos una ‘mazorca’ que acaba de cortar de uno de los árboles de su finca “El Mirador” en la vereda Vegas del Pato.
Él al igual que otros 95 campesinos de esta región del norte del departamento del Caquetá, decidió alternar su vocación ganadera, apostándole a este producto que está mejorado la economía de su hogar, dado que al pertenecer al Comité de Cultivadores de Cacao en Sistemas Agroforestales de San Vicente del Caguán —COMICACAO— tiene garantizada la venta del grano en baba.
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Esto se hizo posible dado que en diciembre de 2019, en el marco de la implementación de las iniciativas del Pilar 6 de Reactivación Económica y Producción Agropecuaria de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial —PDET— recibieron un centro de acopio que les ahorra tiempo a los campesinos en sus fincas, toda vez que ya no deben sacar el producto, ahorrándoles dinero al no tener que invertir en marquesinas, además de permitirles estandarizar el grano con el que han llegado al mercado nacional.
“Nosotros en este momento estamos acopiando alrededor de tres toneladas de almendra de cacao seco mensual, el comité garantiza la compra del 100% del grano que se produce dentro del municipio de San Vicente del Caguán, tenemos un aliado comercial muy fuerte que es la Nacional de Chocolates, nosotros enviamos y dos días después ya nos están consignando, entonces no tenemos problemas con flujo de recursos”, explica José Andrés Morales, coordinador técnico de COMICACAO.
Pero la apuesta de estos campesinos no es sólo económica, también están encaminando sus esfuerzos a preservar el medio ambiente y a resarcir el impacto que ha generado la deforestación en el Caquetá, uno de los departamentos más afectados por este fenómeno en Colombia durante 2020.
Los asociados a COMICACAO, decidieron, con previa asesoría técnica, sembrar sus cultivos en las riberas del río Pato y de los caños para crear corredores vegetales que son el hogar de especies de fauna silvestre.

San Vicente del Caguán.
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“Encontramos manaos, dantas, borugas, zorros que entran también a comer cacao en fruta; en las zonas donde hay más fragmentación del bosque, tenemos más aves y más reptiles. El productor siempre deja el bosque en la mitad de la finca y no está conectado con nada más, solamente es potrero, entonces, los micos, por ejemplo, no tienen por dónde transitar, el sistema agroforestal cacaotero va a permitir que haya ese flujo de especies”, indica Morales.
Esta estrategia, denominada ‘Cacao para la Conservación’, ha permitido que estas 95 familias, tengan 4.000 hectáreas de bosque y está generando un cambio en la dinámica económica del municipio de San Vicente del Caguán, que era reconocido por ser ‘la Despensa Ganadera del Caquetá’.
Hoy, esperan penetrar el mercado europeo al lograr el año anterior, quedar en los diez semifinalistas en la octava versión del concurso Cacao de Oro, en el que se seleccionaron los productos de mejor calidad.
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