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Las Farc y Gobierno quieren acuerdo, pero no encuentran aún la manera

Tras el final de la ronda 15 las partes se esfuerzan por lograr consensos.

MARISOL GÓMEZ
Más allá de las culpas que el Gobierno y las Farc se están echando por la marcha “lenta” de la negociación en Cuba, quedó claro, tras el fin de la ronda 15 y a casi un año de haber arrancado el diálogo, que hay ganas de llegar a un acuerdo de paz. De las dos partes.
No de otra manera puede entenderse que a pesar de que el jefe de la delegación oficial, Humberto de la Calle, pidió el sábado a esa guerrilla mostrar con hechos –entiéndase como celeridad– su voluntad de paz, su equipo se fue de la isla sin dar un portazo, como le han sugerido algunos al Gobierno. (Lea también: Gobierno les pide hechos a las Farc)
Y las Farc, pese a que respondieron ayer a la defensiva, afirmando que es “insensato” acusarlas de ser las que tienen frenado el proceso, dijeron que “las guerras deben tener un final”.
Le pidieron al Gobierno no permitir que se “escape esta esperanza” de paz.
El hecho es que si en medio de los señalamientos mutuos están de acuerdo en preservar el esfuerzo de paz en el que se embarcaron –y con el que ilusionaron al país que todavía cree en la salida negociada del conflicto–, deben ponerse de acuerdo en cómo sacar la negociación de la encrucijada en la que la pone el pulso por mostrar quién tiene la razón. (Lea también: 'No es sensato presentar a las Farc como las que frenan el diálogo')
Todavía dos idiomas distintos
Lo que para el Gobierno está fuera de la agenda, como el modelo económico, una reforma estructural del Estado, la dimensión de la minería extranjera y la discusión de la doctrina militar, para las Farc cabe en el preámbulo y es parte de la negociación.
Y lo que para esta guerrilla son actos unilaterales del Gobierno, como el marco jurídico para la paz y el proyecto para refrendar un eventual acuerdo de paz en una de las fechas electorales del año entrante, para la delegación oficial eran medidas necesarias.
La primera, “para contar con una estrategia integral de justicia transicional”. La segunda, para garantizar una votación mayoritaria que dé legitimidad a los acuerdos. Así lo explicó De la Calle por enésima vez.
Pero las Farc ayer se ratificaron en su rechazo a las dos cosas. “No es realista pretender que admitamos que haga carrera la unilateralidad en las determinaciones sobre temas cruciales, como el narco jurídico para la paz y el asunto del referendo”, afirmó ‘Iván Márquez’.
Se refirió a esto como “obstáculos” para que el diálogo sea “expedito”, como lo pide el Gobierno.
Y enseguida aprovechó para sugerir que en la mesa se está gastando tiempo en “nimiedades”, “andando y desandando laberintos gramaticales”, mientras se descuida lo fundamental.
En fin, con la manera como se están refiriendo al comportamiento de su contraparte en la mesa de paz, el Gobierno y la guerrilla están dando la impresión de que, un año después, siguen sin entenderse, hablando dos lenguas distintas.
¿Cuál confidencialidad?
Por ejemplo, las Farc no aceptan que la falta de celeridad le está restando apoyo del país al proceso de paz, como también lo enfatizó De la Calle el sábado.
Es más, el grupo guerrillero fustigó al Gobierno a hacer público lo que se va acordando en la mesa, sobre la base de que el proceso es un asunto de la sociedad.
“Si se mantiene el absurdo de no dar a conocer con más frecuencia la plenitud de lo que se conviene en cada ciclo, ¿de dónde se saca la maltrecha idea de que el lento avance les resta apoyo a las conversaciones?, se preguntó ‘Márquez’.
Y aseguró que si bien se acordó con el Gobierno que las discusiones de la mesa no serían públicas, no se habló de confidencialidad “y menos sobre lo ya convenido”.
Así cerró el ciclo 15 del proceso de paz, con declaraciones sobre lo que no le gusta a una parte de la otra, y sin comunicado conjunto, por primera vez, desde que están negociando.
La pregunta es si ocurrirá el salto que haga posible el acuerdo que sí quieren Gobierno y Farc.
Polémica por camisetas
La aparición con la camiseta de la Selección Colombia de líderes guerrilleros en Cuba generó cierta polémica. EL TIEMPO quiere conocer la opinión de sus lectores a través de Twitter (@EL TIEMPO) y Facebook.
MARISOL GÓMEZ
Enviada especial de EL TIEMPO
En Twitter: @margogir
MARISOL GÓMEZ
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