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Partidos Políticos

‘Reforma política perpetuaría al Pacto Histórico en el poder’: Sergio Fajardo

Para Fajardo, las discusiones que se han visto dentro de la coalición no son correctas, sino dañinas.

Para Fajardo, las discusiones que se han visto dentro de la coalición no son correctas, sino dañinas.

Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO

El excandidato presidencial cree que a este gobierno le faltan “rigor, transparencia y pedagogía”.

maría Isabel Rueda
El excandidato Sergio Fajardo señala que los tres principales defectos de este gobierno son falta de rigor, falta de transparencia y falta de disciplina. ‘Evidentemente, el Presidente no es una persona que está conduciendo un equipo’, asegura. ‘Cada ministro anda por su lado y el Presidente solo pretende brillar ÉL y solo ÉL’.
¿Usted está en la banca, o, como Ronaldo y Messi, ya jugó su último partido presidencial?
En este momento soy profesor del Tec de Monterrey, porque fundamentalmente en mi vida he sido un profesor, y me encanta. Dos, estoy organizando el trabajo del movimiento que he liderado, Compromiso Ciudadano, para que en conjunto con Dignidad construyamos un nuevo partido. Ahí también soy profesor de muchos que quieren participar en política. Y tres, estoy trabajando en el diseño de algo a lo que le he dedicado la vida entera: cómo hacer de la educación un bien público.
Hace 4 años dijo que se iba a retirar, pero es claro que está en un nuevo proyecto político. ¿Incluye en él al exsenador Jorge Enrique Robledo?
Incluye al partido Dignidad, y Robledo es su cabeza. Tengo la ilusión de que seamos capaces de juntarnos. Sigo pensando en Colombia, con rigor y seriedad. En resumen, no estoy retirado. Pero ser Presidente no es una obsesión.
Entonces sí lo voy a poner a hablar de política, porque qué cantidad la que hemos tenido este año. Política protagonizada principalmente, y hay que admitirlo así, por el presidente Gustavo Petro, que todos los días, casi sin excepción, nos sorprende con una nueva propuesta, bastante controvertibles en su mayoría, y que ameritan análisis. Por ejemplo: ¿usted patrocinaría la salida de los jóvenes de la primera línea de las cárceles, por encima de la voluntad de los jueces?
Le voy a responder. Pero antes quiero comentar algo que usted acaba de decir acerca de un presidente que todos los días está generando noticias de todo tipo, y creo que eso hace parte del manual populista. Él maneja la agenda del país. Todos hablan de lo que él dice o no dice. Entonces, necesita los focos todos en ÉL, en mayúscula. Alrededor de ÉL no va a brillar nadie, la excepción ha sido por el momento el ministro José Antonio Ocampo, pero de resto va a brillar ÉL y solo ÉL. Y la manera como va conduciendo es ir generando hechos políticos de manera tal que todos tienen que estar hablando de Petro todos los días, a todas las horas.
¿Y eso es bueno o es malo?
Eso es parte del manual populista, con esa figura mesiánica que lo tiene todo, que lo conduce todo y que es la razón de todo.
Pero curiosamente fíjese que los niveles de favorabilidad están casi empatados, un poquito por encima la imagen positiva que la negativa. ¿Eso significará que hay espacio para que surja una nueva alternativa política menos populista?
Estoy seguro. Pero mire, él tiene una capacidad especial para conectar con ciertos sectores públicos. Su actitud todavía es, y yo creo que será, la del activista, la del candidato que está en campaña permanente, diciendo todo tipo de cosas que llaman la atención de la gente. Es parte de su inteligencia y fortaleza política. Ahora, de ahí para adelante ¿qué pasa con esa forma de gobernar, en la medida en que el tiempo va pasando y toda esa cantidad de enredos, discusiones, propuestas va decantándose? Que ahí el país podrá ver que de todo eso se convierte en realidad. Como se está generando toda esa cantidad de expectativas, muchas de ellas no se van a cumplir, y ahí, entonces, veremos otra dimensión de lo que va a ser de verdad este gobierno. Pero hay que entender que Colombia quiere cambiar. Y eso no se nos puede olvidar ni por un solo segundo.
Pero hay muchas maneras de cambiar. Una es botarse por un abismo, a ver cómo queda uno después…
En la contienda política que tuvimos este año, nuestro trabajo consistía en cambiar, pero en otras condiciones. Ahora, el presidente es él, está haciendo lo que está haciendo, y ha ido creando un ambiente de confusión, de desorden, de enredo en la esfera pública. Colombia tiene que cambiar, pero creo que se puede de otra manera, y esa alternativa el país tendrá que empezar a considerarla desde las elecciones del año entrante, del 2023, bajo la perspectiva local.
¿Y su grupo y el del doctor Robledo imagino que les están trabajando durísimo a las elecciones locales?
Sin duda. Y yo quiero aportar, haciendo lo que yo hago, que es pedagogía política. Muchas cosas que ocurren bajo este gobierno son muy nocivas.
Desde luego para esa campaña no contarán con el billón de pesos que les pagarán a cien mil jóvenes, no sabemos bajo qué méritos, ni qué compromisos adquieran con el petrismo a través de ese premio…
Eso merece una mirada rigurosa. Pero quiero señalar los tres elementos que para mí le faltan al gobierno del presidente Petro, características de ese desorden, de su figura mesiánica sobre la cual todo está concentrado y que son: rigor, trasparencia y pedagogía. Entonces, a cien mil jóvenes les invertirán un billón de pesos, pero no nos han dicho dónde están los jóvenes, cómo se seleccionan, cuál es el proyecto con ellos. A mí, hablo en primera persona acá, me ha tocado trabajar con muchos jóvenes en condiciones de vulnerabilidad. Eso significa que pueden estar en la puerta de entrada al mundo de la violencia, o dando los primeros pasos, y con ellos hay que trabajar.
¿Y la solución para impedirlo es darles plata?
No. Es acompañarlos en un proyecto de vida, integrarlos con la comunidad, con sus familias. Si vamos a dar plata, después ocurre lo que ocurre con varias de las manifestaciones del Presidente: que después tiene que salir el ministro Prada a aclarar que Petro no quiso decir lo que dijo que iba a hacer. Por eso digo que no hay rigor en los programas. Dos, no hay trasparencia, no sabemos a quiénes se les va a dar, dónde se va a dar, cuáles son las condiciones, quién puede clasificar o no; no hay pedagogía. Eso es recurrente prácticamente en todas las intervenciones del presidente Petro.
Lo del anuncio de la liberación de las primeras líneas es otro ejemplo…
Así es. El Presidente dijo: los jóvenes deben salir a pasar la Navidad con sus familias. ¿Cuántos? ¿Bajo cuáles condiciones de la justicia? Se arma un tierrero. Aquí han tenido que salir a hacer claridad los ministros de Justicia, Defensa y otra vez el del Interior. ¿Por qué? Porque el Presidente seguro que no se sentó con ellos, no es una política que está diseñada. Por lo que después tienen que salir a tapar, a cubrirle la espalda.
Esta semana le escuché, por ejemplo, al director del Dapre que hasta arrojar una papa bomba puede ser excarcelable como parte de la protesta social. Quedé un poco asombrada, porque hablamos de un acto terrorista. Una papa bomba no es un juguete, es un arma que puede ser letal…
El del Dapre es otro que está entre los que salen permanentemente a dar explicaciones. Entonces, llevamos una semana de caos, de discusiones, de malestar y hasta de odio que se va generando en muchas personas. Así no se puede construir la paz. Esa manera de actuar va a tener costos, porque ya no se está en la oposición, donde no se crean obligaciones con lo que se dice; o en campaña, donde en principio se dice cualquier cosa. Pero después, cuando se está en el poder, el gobierno tiene que mostrar y actuar.
¿Usted habría apoyado esta reforma tributaria?
Sí, porque en buena parte nosotros la diseñamos en campaña. No sé si usted recuerda, pero en los últimos debates de la campaña le dije a Petro que la reforma tributaria que él estaba proponiendo de recaudar 60 billones de pesos no era viable. Se lo demostré, al aire, en vivo y en directo. De manera que la reforma que salió tiene bastantes elementos de la que nosotros propusimos, precisamente con José Antonio Ocampo. Por supuesto que ya después en el Congreso no es la misma reforma la que entra que la que sale.
Día a día va quedando la sensación de que con el populismo del gobierno, la plata ya se la están gastando o ya se la gastaron, y eso que no nos entra sino hasta el 2024…
Pues yo espero, María Isabel, que pronto quede claro para dónde va esa plata. Se puede hablar mucho, pero para gobernar hay que tener un plan de desarrollo, que deberá estar listo en febrero, y ahí tendrá que estar explicado a dónde irá cada peso. Evidentemente, el Presidente no es una persona que está conduciendo un equipo, trazando unas líneas, organizando, porque los ministros hablan cada uno por su lado y hasta se contradicen… Aunque hay que aceptar que es el proyecto del presidente Petro, quien fue el que ganó, y tendrá que financiar actividades que ha propuesto para el país, para el cambio. Ahora, insisto en que no sabemos cómo va a ser.
A cien mil jóvenes les darán un millón de pesos. Y si el salario sube, ¿a ellos también?
Esa pregunta hay que hacérsela a él… Pero yo nunca gobernaría de esa manera. Y esto va a ser así cuatro años… Desde esa perspectiva, hay que estar observando y señalando lo que vaya pasando con el Gobierno.
¿Usted habría enrutado o enrutaría el país hacia una reforma tan abrupta en el tema de los combustibles fósiles?
Yo lo tengo muy claro. En campaña, desde el 2018, dijimos no al fracking, punto. Sí creemos en continuar con la exploración de petróleo y gas. Por supuesto tenemos que hacer la transición energética, pero de manera juiciosa. Aquí, de nuevo, no sabemos qué va a pasar. Hace parte de esa confusión general.
¿Embarcaría al país en una reforma de salud como la que está planeando la ministra Corcho, a la que tampoco se le entiende nada?
(Risas) Por supuesto que no. Pero ¿qué es lo que quiere la ministra Corcho? Yo no sé…
Creo que sí sabemos: acabar con las EPS, de un plumazo, o asfixiándolas…
Es muy confuso lo que plantea. Por eso, nuevamente aquí se requiere rigor, transparencia y pedagogía. Sin duda, el sistema de salud necesita afinarse. Pero estamos en ese mundo donde se dice algo, se suscita una discusión gigantesca, pero así como se dice una cosa, se dice otra. Esperemos a que llegue el momento de la discusión de esa reforma. Y si todo eso lo van a hacer el año entrante, durante el primer semestre: reformas laboral, de salud, pensional, agraria…
El ministro Ocampo ha expresado que ojalá tuviera tiempo para hacer otra reforma tributaria, pero ahora sí bajando impuestos a los empresarios…
No soy quién para hablar por él. Pero esta reforma se necesitaba. En la medida en que despeguemos, y que esto se vaya organizando, se tendrá que pensar en disminuir los impuestos a las empresas.
En cuanto al proceso con el Eln, ¿está de acuerdo con la metodología de que lo que se vaya aprobando se vaya ejecutando? ¿Con que los acuerdos parciales se respondan con paros armados? ¿Con que el Gobierno haga compromisos de replegar la Fuerza Pública para limitarla a un papel solo defensivo? ¿Y el narcotráfico, qué?
Es difícil estar en desacuerdo con que haya paz en Colombia. Pero este proyecto de ‘paz total’ es de una complejidad infinita. Y creo que todo el tema de las Farc va a quedar relegado, porque el Eln y este gobierno van a querer tener su protagonismo alrededor de su propio proyecto de paz. Con el Eln llevamos 30 años buscando una negociación. Pero me parece muy complicado lo de hacer acuerdos parciales e irlos implementando. También se habla de que en diferentes departamentos habrá negociaciones propias. Eso es complejísimo de implementar. Por eso hay que hablar poco, hay que saber hablar y en qué momento hablar, porque se pueden generar muchas expectativas que se ganen aplausos, pero la realidad de una negociación exige mucha discreción con los compromisos que se hacen públicos.
Y si usted, simultáneamente, va a negociar con disidencias, las que entraron y salieron, con los que nunca entraron, y, fuera de eso, con el mundo del narcotráfico…
Manejar ese proceso es lo más difícil que pueda haber intentado Colombia en toda su historia. Yo quiero que haya paz total, pero mi gran preocupación es la capacidad para manejar todo esto en forma simultánea. Nos puede llevar más bien a un enredo total. Espero que lo logren, pero lo veo muy difícil.
¿Y cree que bajo este gobierno se ha disminuido la corrupción?
La frase de luchar contra la corrupción desapareció en Colombia. No sabemos quién es la persona que está en la Secretaría de Trasparencia; no sabemos qué acciones hay contra la corrupción; se están discutiendo temas muy delicados en el manejo de la Sociedad de Activos Especiales; en la UNP se dice que hay corrupción. Y el tema de cómo vamos a luchar contra la corrupción no ha aparecido hasta el día de hoy en el proyecto de gobierno.
¿Apoya el proyecto de reforma política como va en el Congreso?
Con unas listas cerradas, con el transfuguismo, con el permiso a las coaliciones de los partidos grandes, ese tipo de figuras que incluye la vuelven dañina, porque se está convirtiendo en una reforma política para beneficiar al Pacto Histórico, para que se perpetúe en el poder, y desde el 2023. Esa reforma política es totalmente inconveniente. Apunta a fortalecer al gobierno del Pacto Histórico, y a borrar del firmamento otras alternativas políticas.
Por último, una pregunta personal, ¿cómo va el corazoncito?
He vivido años durísimos, pero mi corazón está bien, estoy contento, no vivo con resentimientos ni amarguras, ni nostalgias ni rabias. Estoy en paz y estoy contento, y mi corazón está muy bien y me ha ayudado mucho.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO
maría Isabel Rueda
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