Con una camiseta muy similar, la aspirante presidencial Ingrid Betancourt, del partido Verde Oxígeno, volvió al lugar donde hace 20 años, el 23 de febrero del año 2002, fue secuestrada por las Farc, guerrilla que la mantuvo cautiva durante más de seis años, hasta que fue rescatada junto con otras 14 víctimas por las Fuerzas Armadas en la Operación Jaque, el 2 de julio de 2008.
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En ambas ocasiones estaba con una camiseta amarilla, un estampado azul y jean. La diferencia está en que ahora la aspirante presidencial contó que en aquella ocasión la dejaron sola y que el presidente Andrés Pastrana la abandonó.
La versión contradice la contada por el expresidente, quien en su libro Memorias olvidadas revive los episodios más cruciales ocurridos en el país entre 1983 y 2002. Sobre ese hecho, Pastrana detalla las múltiples formas en las que la entonces candidata presidencial fue advertida para que no siguiera adelante con el viaje porque exponía su seguridad.
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La versión del expresidente coincide con las voces de otros protagonistas. Entre ellos el de autoridades de la época –Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), Policía Nacional y Ejército Nacional, entre otras, que le pidieron abstenerse de ir a ese viaje.
De hecho, está el testimonio del general Arcesio Barrero, máximo responsable militar del Caguán, donde volvían los combates tras la ruptura de las conversaciones de paz.
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“Es una mentira que yo no le haya dado las garantías de seguridad. A ella se le advirtió el riesgo”, precisó en su momento el oficial. Él mismo ha contado que el día del secuestro se reunió con Betancourt y le dijo que estaban en combates en el sector de Montañitas y que había varios soldados heridos, por lo que le dijo que “era una imprudencia” insistir en seguir. “Ella no acató las recomendaciones y dijo que le tocaría irse por tierra”, señaló.
Acompañé en Caquetá a @IBetancourtCol, en su catarsis por el vigésimo aniversario de su secuestro. Visité a mi primera unidad. Fue un acto humano, de apoyo, amistad y solidaridad con quien fue leal en el momento más difícil de mi carrera; mi llamamiento calificar servicios. pic.twitter.com/tbeWpLGF2S
— José Luis Esparza Guerrero (@JLEsparzaG) February 24, 2022
Betancourt pidió, entonces, un cupo en los helicópteros militares que transportaban la comitiva presidencial. Pero los altos mandos se negaron argumentando que el Caguán era un centro de operaciones de guerra y que, además, llevarla implicaría faltas disciplinarias castigadas por la justicia, como intromisión en política.
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“Fue secuestrada porque quiso”, dijeron, por su parte, a EL TIEMPO los detectives Ómar Garzón y Nelson Burgos, encargados en esa época de su protección. “Nos cayó del cielo”, dijeron miembros de las Farc a los periodistas sobre cómo la habían hecho cautiva.
ARMANDO NEIRA
EDITOR DE POLÍTICA
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