Luego de resolver algunos asuntos familiares y de seguridad, la exsecuestrada por las Farc Ingrid Betancourt se lanzó al ruedo presidencial y promete ser, din duda, una de las principales protagonistas de la competencia en la Coalición Centro Esperanza.
En diálogo con EL TIEMPO, Betancourt habló de la campaña, de sus propuestas en materia de lucha contra la corrupción y de su pensamiento sobre las Farc y el acuerdo de paz que se está desarrollando con esa organización.
(En otras noticias: Las dudas por resolver en el uribismo alrededor de la campaña presidencial)
¿Por qué pensó tanto en lanzarse por la Presidencia?
Tenía problemas personales que tenía que resolver, temas sensibles con mi familia que, en un principio, no veían con buenos ojos que asumiera este reto. En particular unas conversaciones profundas con mis hijos, que sufrieron mucho mi secuestro y tienen un dolor todavía presente, pero el tiempo ayudó a que encontráramos los buenos argumentos y solucionar problemas que me tenían bastante preocupada en términos de seguridad.
¿Por qué cree que en esta campaña presidencial hay tan pocas mujeres compitiendo?
Creo que es una decisión muy difícil, que implica hacer muchos sacrificios de vida. En algunos casos, como el de Ángela María Robledo, creo que se han sentido maltratadas. Son problemáticas que tenemos que reparar. Pero creo que es el tiempo de la mujer. Pienso que era muy importante que Colombia tuviera una candidata mujer fuerte. La estuvimos buscando en la coalición y finalmente me tocó a mí. Fue una invitación muy generosa y asumo el compromiso con lealtad y pasión.
“Con un propósito de reivindicación de los derechos de las mujeres y de los exsecuestrados y un marcado compromiso con la lucha contra la corrupción”.https://t.co/nKMIc4wdZZ
— Ingrid Betancourt (@IBetancourtCol) January 19, 2022
¿Cómo será regresar a una campaña electoral después de 20 años?
Pienso que hay que retomar el trabajo donde lo dejamos. Obviamente la situación es diferente, los años no pasan en vano. Cuando me lancé a la Presidencia estaba cumpliendo 40 años. Hoy tengo 60. Es un tramo de vida que fue difícil y doloroso. Pero creo que también fue una época para aprender sobre mí y sobre Colombia.
(En contexto: Ingrid Betancourt habla en EL TIEMPO sobre su campaña presidencial)
Usted ha dicho que un tema clave en su campaña será el ataque a la corrupción. ¿Cuál es la propuesta concreta?
Voy a tener un zar anticorrupción y ya tengo pensado quien.
¿Quién será?
No, eso sí no lo voy a decir. Además, porque no le he dicho a él, pero la idea es que necesitamos tener a una persona que dentro del Estado y, en particular, en el Gobierno, se dedique a hacerle una veeduría a todos los ministerios y tenga un contacto con la población. Vamos a desarrollar una app de manera que los colombianos puedan mandarnos las informaciones que tienen y denunciar en el momento en que estén sucediendo las cosas.
Lo que les he dicho a los miembros de las Farc, que fueron mis secuestradores, es que el país necesita una reconciliación
¿Por qué el problema de la corrupción es tan difícil de combatir?
El tema de la corrupción es muy complicado. Esta lucha tiene que hacerse en colectivo y por eso me interesa la Coalición Centro Esperanza, porque es necesario tener un equipo. Aquí las fuerzas de la corrupción son múltiples y también tenemos una idiosincrasia de este flagelo. Estos temas de cultura mafiosa y sistema de corrupción nos han distorsionado el cerebro y muchas veces pensamos que la corrupción es endémica, que somos corruptos por nacimiento, por genética. En vez de pagar un parte, pagamos sobornos; en vez de pagar la luz, pasamos el cable por debajo y eso nos ha desvertebrado y dividido.
¿Cómo le restará ventaja a Sergio Fajardo, quien, según las encuestas, ganaría en la Coalición Centro Esperanza?
Aquí en la Coalición de la Esperanza lo que queremos es que el mejor gane. No es los unos contra los otros, sino todos juntos por Colombia. La visión es cómo vamos a lograr crear sinergias, cómo nos vamos a impulsar, porque necesitamos sacar a uno de nosotros que gane en segunda vuelta. Hay que competir con ideas, con talante y con amor, no con trampas ni juegos sucios.
Hay quienes dicen que usted es la candidata del expresidente Juan Manuel Santos, ¿usted lo es?
Yo no hablé con Juan Manuel ni lo he llamado. Creo que se enteró por los medios, como todo el mundo. A los únicos que les confirmé sobre la candidatura fueron Humberto de la Calle, Carlos Andrés Amaya y Sergio Fajardo. A Juan Manuel nunca le dije nada. Entonces yo estaba esperando a ver qué iba a haber y no me ha mandado ningún mensaje. El único fue un mensaje de su hijo Martín. Yo no soy la candidata sino de los colombianos.

Varios líderes de la Coalición Centro Esperanza.
¿Qué piensa actualmente sobre las Farc y el acuerdo de paz?
Desde el punto de vista personal, lo que les he dicho a los miembros de las Farc, que fueron mis secuestradores, es que el país necesita una reconciliación. La voluntad de perdón de las víctimas está ahí, pero no queremos una reconciliación de labios para afuera, sino algo respetuoso y del alma. Este es un proceso largo, de maduración, porque tiene que haber una toma de consciencia de lo que se hizo y de lo que esto generó.
¿Y desde el punto de vista de la justicia?
Ese tema está en manos de la JEP y he visto que esa jurisdicción ha hecho un trabajo importante. La primera manifestación de calificar los delitos de las Farc como de lesa humanidad y crímenes de guerra fue muy importante para nosotros como víctimas. Ahora necesitamos que la sentencia sea acorde con esa valoración. Nosotros las víctimas le apostamos al proceso de paz con la lógica de que la justicia tiene que ser justa y no una manifestación de venganza. Aceptamos que ellos no fueran a la cárcel, pero eso no quiere decir que nos vayamos a conformar con que el castigo vaya a ser sembrar árboles. Las Farc tienen recursos y se tienen que entregar para que las víctimas sean reparadas.
En el ángulo político, ¿cómo ve a esa organización?
Ellos escogieron estar en los extremos. Cada cual tiene la facultad de decidir donde se sitúa en el espectro político. Aquí hay dos extremos que se parecen. Para mí son lo mismo: uno de extrema derecha y otro de extrema izquierda con los mismos procedimientos, la misma violencia verbal, las mismas cuentas de cobro y la misma sed de venganza. Ellos (las Farc) escogieron estar en un extremo y ahí tenemos un problema adicional, porque yo creo que tenemos que buscar una reconciliación es en el centro.
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