El feminicidio de una lideresa social en el municipio de San Pablo, sur de Bolívar y el asesinato de dos líderes indígenas en el corregimiento de Naranjal, Valle del Cauca muestran que, aún en medio de la crisis por la pandemia, la vida de los líderes sociales sigue en peligro.
La Organización Femenina Popular (OFP) denunció el feminicidio de Carlota Salinas, ocurrido el 24 de marzo sobre las 8 de la noche en San Pablo, uno de los municipios priorizados en el país para los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).
Según la Organización, hombres armados llegaron hasta su vivienda, en el barrio Guarigua, la obligaron a salir unos metros y la asesinaron con armas de fuego. Su pareja está desaparecida.
“Nos duele su asesinato, que se suma a los más de 800 líderes y lideresas asesinadas desde la firma de los Acuerdos de Paz y reconocemos la urgencia de que el Estado colombiano cumpla con sus obligaciones de protección de la vida de quienes luchan por las comunidades, la justicia y la dignidad” señaló la Organización en un comunicado.
Carlota Salinas hizo parte de la Organización por más de diez años. Allí impulsó grupos de mujeres productoras, ahorradoras, lideresas, defensoras de víctimas y defensoras de una vida libre de violencias.
La OFP pidió medidas urgentes al Gobierno para garantizar la protección de las lideresas sociales en el marco del aislamiento preventivo obligatorio e hicieron un llamado a la comunidad internacional para que le exija al Gobierno nacional garantizar la vida: “Nos unimos al cese al fuego humanitario en todo el mundo para que la vida prevalezca”
Condenamos el feminicidio de nuestra lideresa social Carlota Salinas, en el municipio de San Pablo Bolívar #NiUnaMas #NoMasFeminicidios pic.twitter.com/OR1R2oAtZH
— OFP (@OFPMujeres) March 25, 2020
Omar Guasiruma Nacabera, de 27años, y Ernesto Guasiruma Nacabera, de 33 años, líderes Embera, fueron asesinados en la noche del 23 de marzo. Así lo denunciaron La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y la Organización Regional del Valle del Cauca (ORIVAC). José y Víctor Guasiruma, de la misma familia, resultaron heridos.
Los líderes estaban acatando la orden de cuarentena con su familia, en la comunidad de Buenavista, donde llegaron desconocidos a invitarlos a una reunión urgente. Engañados, los 4 miembros de la misma familia salieron de su vivienda, los llevaron a unos 20 metros hacia la orilla del río San Quinini y les dispararon. El hecho ocurrió en el corregimiento de Naranjal, municipio de Bolívar, Valle del Cauca.
#ATENCIÓN| En la mañana de hoy fueron ASESINADOS dos líderes indígenas Embera y otros dos indígenas resultaron heridos. El hecho se presentó en el corregimiento de Naranjal en Bolívar, Valle del Cauca. La pandemia es el genocidio hacia los Pueblos Indígenas. @luiskankui.
— Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC (@ONIC_Colombia) March 24, 2020
La ORIVAC hizo un llamado urgente al Estado colombiano y a las organizaciones defensoras de derechos humanos para proteger la vida de las familias.
“No cabe que se siga derramando sangre de nuestros hermanos indígenas y socavando a los defensores de nuestra madre naturaleza y el exterminio físico y cultural a los Pueblos Indígenas en Colombia”, anunció la ORIVAC en un comunicado.
Pero estos no son los únicos asesinatos registrados en este mes. La Asociación para la Investigación y Acción social Nomadesc denunció el 19 de marzo el asesinato de Marco Rivadeneira, el líder campesino del Coordinador Nacional Agrario (CNA), presidente de ASOPUERTOASÍS y defensor de derechos humanos.
Ese día, alrededor de las 2:30 de la tarde, tres hombres vestidos de civil que portaban armas de fuego lo sacaron de la vereda Nueva Granda en Puerto Asís, Putumayo y lo asesinaron.
Denuncia Publica
— Asociación Nomadesc (@Nomadesc) March 20, 2020
Por el asesinato del presidente de la asociación campesina de puerto asis putumayo Marco Rivadeneira pic.twitter.com/5QVOJQFtnR
La situación en Colombia es tan crítica que ha llamado la atención de la prensa internacional. El País, de España, publicó esta tarde que "miles de campesinos enfrentan una doble preocupación: la pandemia y las organizaciones armadas."
Este año ha sido uno de Los más violentos para los líderes sociales del país. Solo en los primeros 15 días del año se registraron 17 asesinatos.
Según el Informe del Relator Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Colombia es el país latinoamericano con más asesinatos de defensores de derechos humanos.
Este informe, presentado por la ONU el 4 de marzo ante el Consejo de Derechos Humanos señala que "las personas defensoras son asesinadas y violentadas por implementar la paz; oponerse a los intereses del crimen organizado, las economías ilegales, la corrupción y la tenencia ilícita de la tierra; y por proteger sus comunidades. Las defensoras son, además, objeto de violaciones específicas de género y sus familias son también el blanco de ataques".
Además, se señala que los asesinatos de defensores de derechos humanos han aumentado desde 2016.
La Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), en su informe anual para Colombia, reveló que al menos 66 miembros del pueblo indígena Nasa fueron asesinados en 2019.
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