El fracaso de las revocatorias a los alcaldes de Ocaña (Norte de Santander) y El Copey (Cesar) plantean nuevos interrogantes sobre la cascada de revocatorias en más de 100 municipios de distintas regiones.
El domingo, tras el escrutinio total de los procesos de revocatoria de mandato llevados a cabo en estos municipios, ninguno de los dos superó el umbral necesario, a pesar de que en ambos ganó la opción por el ‘sí’.
En el caso de El Copey, el umbral necesario era de 5.839 votantes, pero solo se depositaron 3.821 votos, de los cuales el 88,54 por ciento apoyaba la revocatoria del alcalde, José Luis Nieves Pérez. Entretanto, en el municipio de Ocaña eran necesarios 18.418 votos para que el proceso de revocatoria de la alcaldesa, Miriam Pardo Carrascal. Con el 100 por ciento escrutado, la Registraduría informó un total de 17.354 votos, de los cuales el 94,69 por ciento dijo ‘sí’ a la revocatoria de la mandataria local.
En las últimas semanas ha habido cuestionamientos del Gobierno por su costo económico, de la Procuraduría por el rigor jurídico, y del mismo Consejo Nacional Electoral (CNE) por las implicaciones políticas sobre la aplicación de este mecanismo de participación ciudadana.
Una de las mayores preocupaciones surgidas tras las revocatorias fracasadas en Ocaña y El Copey es que este instrumento esté siendo objeto de manipulaciones políticas. Que mientras por un lado van los intereses de quienes las promueven, por el otro esté el interés de las comunidades.
Todo esto enmarcado en el hecho de que en 26 años que ha habido de intentos de revocatoria jamás ninguna de estas votaciones ha prosperado. Es decir, ningún alcalde o gobernador ha sido separado de su cargo a través de ese instrumento.
Felipe Botero, profesor de ciencia política de la Universidad de los Andes, afirmó que el que no hubiera “un número suficientemente grande de personas” que votara a favor de las revocatorias quiere decir que “el interés por sacarlas adelante era claramente de una minoría”.
Acerca de esta ola de revocatorias radicadas ante la Registraduría y que estudia el CNE, el analista político y profesor de la Universidad del Rosario Yann Basset dijo que “es difícil que prosperen” y advirtió que “realmente tiene que haber descontento que movilice a la gente para que se desplace y vaya a votar esas revocatorias”.
Basset aseguró que es “normal” que la oposición a cada alcalde o gobernador “trate de ponerse a la cabeza de este descontento” para sacarlo del cargo.
Esta primera derrota, sumada al argumento del costo que implica hacer una revocatoria y posiblemente una nueva elección de alcalde o gobernador, aumente la duda sobre el futuro del resto de estos mecanismos que el Consejo Electoral tiene previsto analizar en las próximas semanas.
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