Menos pobreza y más inclusión, territorios integrados entre sí –desde los grandes municipios hasta las
zonas rurales– y acciones frente al cambio climático. Esas fueron las grandes apuestas que presentó el Gobierno colombiano en Hábitat III y que hoy hacen parte de un documento de ‘talla mundial’.
Se llama Nueva Agenda Urbana –NAU– y contiene 175 puntos que servirán de ruta para planear las ciudades del mundo en los próximos 20 años. Esta agenda es el principal ‘fruto’ del evento Hábitat III, que se realizó del 17 al 20 de octubre en Quito (Ecuador) y al que asistieron 35.000 participantes de todo el planeta.
Solo cada 20 años se reúnen altos funcionarios del Gobierno de los 193 países miembros de las Naciones Unidas (ONU) para deliberar sobre el futuro de las urbes a nivel mundial –la primera vez se realizó en Vancouver, Canadá (1976); la segunda, en Estambul, Turquía (1996); y el tercer encuentro fue en Quito, Ecuador (2016)–.
“Como se trata de un documento global, en cuya creación han participado gobiernos nacionales y actores del sector privado y de la sociedad civil, la Nueva Agenda, aunque no es de obligatorio cumplimiento, sí define un marco político”, dijo Roberto Lippi, director de ONU Hábitat Colombia.
Desde años atrás se venía construyendo conjuntamente entre los países miembros de la ONU el documento base para la Nueva Agenda. El propósito: redirigir la forma en que las ciudades y los asentamientos humanos del mundo han sido planeados, financiados, desarrollados, gobernados y administrados, para que, según la ministra de Vivienda, Elsa Noguera, “realmente logremos enfrentar la pobreza y el hambre, aportemos a la reducción de las desigualdades en todas sus formas y dimensiones, promovamos el crecimiento económico sostenible e incluyente y protejamos el medioambiente”.
Y Colombia, como miembro de la ONU, participó en este proceso: “El país hizo un trabajo muy fuerte para construir prioridades, tenerlas claras, sostener una posición y darla a conocer en varias reuniones, que se realizaron tanto en Nueva York como en Indonesia, antes del evento de Quito –aseguró Andrea Guerrero, de la Cancillería–. El balance es muy positivo pues todas las prioridades de Colombia quedaron reflejadas en la Nueva Agenda Urbana”.
No de la nada, sino con base en resultados de políticas de Gobierno, como la construcción de 1’300.000 viviendas y la reducción del déficit habitacional del 12,9 al 6,7 por ciento, en los últimos años, Colombia se dejó ver en Quito.
“Nos sorprendimos gratamente de la percepción internacional que hay sobre Colombia y de la gran aceptación que tienen los planes que se han desarrollado en materia de vivienda, medioambiente, agua y planeación en nuestro país”, reiteró Guerrero.
La Nueva Agenda incluyó, para los próximos 20 años, las tres líneas estratégicas priorizadas por el Gobierno Nacional que son: desarrollo territorial integral, territorios resilientes al cambio climático y pobreza e inclusión social.
En Colombia es imposible pensar en el desarrollo si se desconocen sus relaciones territoriales, con lo rural y con los municipios aledaños. Por eso, en Hábitat III se propuso pensar las ciudades como un sistema en el que se integran la capital, las grandes ciudades con los pequeños municipios y el campo.
De acuerdo con el Ministerio de Vivienda, “la NAU destacó la importancia de la planificación armónica de los territorios, entendiendo las áreas urbanas y rurales como espacios que se complementan entre sí”, señaló la entidad.
En el punto dos, lo propuesto por Colombia va de la mano con la NAU que invita a reducir significativamente el impacto de las ciudades en el cambio climático (generadoras del 60 por ciento de gases de efecto invernadero), mediante la promoción de patrones de consumo y producción sostenibles.
Y en lo que se refiere al tema de la pobreza e inclusión social, la Nueva Agenda establece como principio rector no dejar a nadie atrás, habla de erradicación de la pobreza como el mayor desafío global y se invita a un desarrollo urbano centrado en las personas, que promueva la igualdad de oportunidades.
EL TIEMPO
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