La definición que hace la Real Academia Española (RAE) de la palabra discípulo es bastante cercana a lo que ha sido la relación entre Andrés Felipe Arias y el expresidente Álvaro Uribe, su mentor. “Persona que aprende una doctrina, ciencia o arte bajo la dirección de un maestro”, reza la descripción de la RAE.
Desde que Arias comenzó a darse a conocer en la vida pública, una de sus más grandes influencias ha sido la del exmandatario, de quien fue su ministro de Agricultura entre 2005 y 2009 y una de sus principales apuestas a la Presidencia, en 2010.
El miércoles, el gobierno de Estados Unidos, donde Arias permanecía desde junio de 2014, notificó a la embajada colombiana en Washington sobre su extradición a Colombia, luego de una larga lucha jurídica y política por parte del propio exministro, su familia y el uribismo.
Este viernes llegó extraditado al país. Arias deberá pagar una condena de 17 años que le profirió la Corte Suprema de Justicia por los delitos de celebración de contratos sin el cumplimiento de los requisitos legales y peculado por apropiación.
Esta condena, que se produjo unos días después de que Arias saliera de Colombia, en 2014, se dio por su participación en el programa Agro Ingreso Seguro, uno de los más polémicos de la administración Uribe.
La vida de Arias, quien en mayo pasado cumplió 45 años de edad, ha transcurrido entre sus estudios económicos, su incursión en la política y los líos judiciales que ha tenido que enfrentar en los últimos años.
El exministro es economista de la Universidad de los Andes, donde también hizo una maestría en la misma área. Realizó otra maestría en la Universidad de California y en esa alma máter también estudió un doctorado, del que se graduó en 2002.
El episodio de Andrés Felipe Arias es uno de los más tristes de nuestra democracia.
— Fernando Nicolás Araújo (@FNAraujoR) 11 de julio de 2019
Lo condenaron sin robarse un peso por realizar un convenio con una entidad de prestigio adscrita a la OEA.
ONU pidió la segunda instancia pero la misma corte que lo condenó se la niega
En su hoja de vida, pese a su juventud, aparecen sus pasos por el Fondo Nacional del Ganado, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la Bolsa Nacional Agropecuaria, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, el Banco Agrario, Ecopetrol y el Ministerio de Agricultura, entre otros.
Cuando llegó al gabinete de Uribe, en 2005, el mandatario ya le había encomendado la dirección de política macroeconómica del Ministerio de Hacienda y se había desempeñado como viceministro de Agricultura. En ese momento muchos hablaban del promisorio futuro del Ministro, quien en 2005 tenía 32 años.
Su paso por la cartera de Agricultura fue el espacio para dar a conocer sus ambiciones políticas. En agosto de 2007, Arias sorprendió al país cuando en algunas de sus apariciones públicas exhibió una camiseta que decía “No al despeje”.
La frase era una alusión a las voces que en ese momento pedían despejar algunas partes del territorio nacional para avanzar en acuerdos humanitarios con grupos armados al margen de la ley, especialmente la exguerrilla de las Farc.
Permitir el despeje de un solo centímetro es acabar con lo que hemos logrado en materia de seguridad, de reactivación del campo, de reactivación social de los agricultores
Muchos avistaron su deseo de incursionar en la política debido al mensaje que estaba enviando un ministro cuya labor principal es la protección y promoción de los agricultores en Colombia.
Desde el ángulo político, Arias se identificaba plenamente con su mentor, el expresidente Uribe, y sus pronunciamientos estaban orientados fielmente al cumplimiento de los postulados con los que el exmandatario había llegado al poder y había cosechado su popularidad.
“Si el pueblo pide que una persona esté otro periodo porque su vida ha mejorado con respecto a la que tenía hace 10 años, después de esa oscura noche que pasó el país, el pueblo puede exigir eso. Es una posibilidad, es interesante y, si se da, la apoyaría completamente y estaré al lado de él”, le dijo Arias a EL TIEMPO en 2009 ante la posibilidad de una segunda reelección de Uribe.
En esa entrevista, cuando se le preguntó quién sería un sucesor de Uribe, respondió:
“Tiene que ser una persona que genuinamente crea en las tesis del Presidente. No puede quedar el uribismo en manos de un camaleón de la política o de la aristocracia”.
Y sobre una de los más famosos propósitos de Uribe, los consejos comunales, dijo: “Me gusta hacer consejos comunales sábados y domingos, y lunes, martes, miércoles, jueves y viernes”.
“Si Uribe es candidato, ¿usted ya no comandaría el equipo?”, se le indagó en términos futbolísticos, a lo que respondió: “Ya no estaría comandando, sino haciéndole caso al mejor director técnico de todos”.
La pasión que ha sufrido Andrés Felipe Arias con la justicia colombiana, que lo ha solicitado en extradición, sin existir la ratificación del tratado, parece no tener fin. No extraditan a #Santrich pero sí a Arias. Toda mi solidaridad con él y su familia. https://t.co/gqyoVRiv65
— María del Rosario Guerra (@charoguerra) 10 de julio de 2019
Este tipo de salidas fueron suficientes para que varios sectores lo identificaran como el posible sucesor de Uribe que seguiría al pie de la letra lo hecho por el exmandatario en la Presidencia y el propio Arias comenzó una campaña por ganarse el favor de los colombianos para reemplazar a Uribe en el poder.
Para 2009, algunos sondeos de opinión daban como seguros competidores en una segunda vuelta presidencial, en las elecciones de 2010, a Arias y al expresidente Juan Manuel Santos, quien se había desempeñado en el Ministerio de Defensa.
Arias estaba librando en ese momento una batalla en el Partido Conservador para la realización de una consulta interna que definiera quién se quedaría con el aval ‘azul’ a la Presidencia en 2010, una puja en la que finalmente fue derrotado por la exministra Noemí Sanín.
Para la segunda vuelta presidencial de 2010, el Partido Conservador, con Arias incluido, adhirió a la candidatura de Santos, lo que contribuyó a la abrumadora mayoría con la que se impuso sobre Antanas Mockus.
Pero meses después, en 2011, los escándalos por Agro Ingreso Seguro comenzaron a crecer dentro de la opinión pública y el exministro tuvo que empezar a dar varias explicaciones de su paso por la cartera de Agricultura.
En julio de 2011, Arias fue detenido y trasladado a la cárcel La Picota, donde sintió el rigor de la pérdida de su libertad y empezó un tortuoso camino de defensa de su inocencia que lo ha llevado a librar duras batallas en Colombia y en Estados Unidos.
No puedo negar que con la noticia de hoy sobre @AndresFelArias tengo un inmenso dolor pero también la seguridad de que cuando las luchas se dan con la verdad y la frente alta y de la mano de Dios más tarde o más temprano llegará la Victoria .La lucha continua ! pic.twitter.com/I6nxEAKUmx
— Thania Vega (@ThaniaVegaP) 11 de julio de 2019
En momentos en que la justicia colombiana estaba presta para determinar la suerte de Arias, en 2014, el exministro viajó al país del norte, donde, incluso, pidió asilo por considerarse un perseguido político en Colombia.
No obstante, las autoridades colombianas pidieron su extradición y a partir del mismo 2014, cuando el uribismo llegó al Congreso, su bancada de congresistas luchó con el gobierno nacional de ese momento por dejar sin piso el pedido.
En varias ocasiones grupos de congresistas uribistas viajaron a EE. UU. para interceder por él ante las autoridades estadounidenses y para varios observadores este fue uno de los pulsos más fuertes entre los expresidentes Uribe y Santos.
En noviembre de 2016, el propio expresidente Uribe se desplazó hasta Miami para declarar a favor de Arias, quien permanece en prisión en ese país, en una audiencia realizada por una corte de ese país en medio de los líos jurídicos que enfrentaba.
Pese a todo estos esfuerzos, las autoridades estadounidenses negaron esta semana los últimos recursos que había interpuesto la defensa del exministro para no ser extraditado a Colombia y en estos momentos se preparan los detalles de su traslado al país.
Nadie sabe en materia política qué pasará con Arias cuando llegue a Colombia, pero la historia dirá que el exministro fue uno de los discípulos del expresidente Uribe que más fielmente siguió sus tesis y que, en un momento dado, acarició el sueño de sucederlo en el poder y darles continuidad a sus políticas de gobierno.
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