El presidente Juan Manuel Santos frenó este fin de semana el proyecto de ley que reconoce la infertilidad como una enfermedad y cuyo tratamiento debe ser asumido por el Estado mediante el plan de beneficios de salud.
En la normativa argumenta que el tratamiento para la infertilidad es necesario debido a que quienes padecen este mal terminan “presentando alteraciones psicológicas reflejadas en depresión, ansiedad, frustración y hasta suicidios, lo que sin duda impacta negativamente el estado integro de bienestar de la población colombiana”.
Entre las razones que expuso el Gobierno para tomar esta decisión se encuentra el alto impacto fiscal que traería esta ley.
Según el informe de objeciones, la normativa le costaría al país cerca de 13 billones de pesos, dinero que tendría que ser asumido por el Estado sin existir una fuente de financiación.
De acuerdo con los estimativos del Gobierno, el número de parejas que sufren de infertilidad en Colombia, y que por lo tanto les aplicaría la ley, sería de cerca de 235.000.
La iniciativa pasará ahora de nuevo al Congreso, que deberá decidir si acepta o rechaza las objeciones presentadas por el Ejecutivo.
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