La reciente renuncia de Ignacio Greiffenstein, director del Sistema de Televisión de la Presidencia, debido a su insostenible posición tras el impudente y vulgar trino que escribió contra las seguidoras políticas del excandidato presidencial y actual senador Gustavo Petro, se convierte en una ficha más del puñado que han caído en el Gobierno de Iván Duque, luego de ser despedidos o haber tenido que renunciar tras controversiales mensajes conocidos en las redes sociales.
La salida por la puerta de atrás de Greiffenstein se une a Claudia Ortiz, hoy directora de Desarrollo Rural, pero quien fue postulada para asumir el cargo de directora de la unidad Nacional de Protección. Igual sucedió con el historiador Mario Javier Pacheco, quien prácticamente tenía el nombramiento para dirigir el Centro de Memoria Histórica (CNMH), o el nombre de Vicente Torrijos, también historiador, quien estaba listo para asumir dicho cargo.
El vulgar y desatinado trino de Ignacio Greiffenstein.
Captura de pantalla @NachoGreiffenstein
En ese listado también aparece Carlos Alberto García Castro, quien hacía parte del equipo de comunicaciones de la Superintendencia de Notariado y Registro, y Juan Camilo Montoya, “community maganer” de la directora del Centro Democrático, Nubia Stella Martínez, casos similares en los que ofendendieron, maltrataron y difamaron a reconocidos periodistas a través de las cuentas oficiales de Twitter para las cuales laboraban.
Juan Pablo Bieri también entra en ese grupo, aunque su zsalida de RTVC se dio, al parecer, por censurar uno de los programas de la parrilla de Señal Colombia.
El caso de Claudia Ortiz dejó un sabor agridulce a sus críticos, pues si bien no pudo llegar a la Unidad Nacional de Protección, fue a parar a la dirección de la Agencia de Desarrollo Rural. Un listado de trinos ofensivos contra representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc, cortaron de tajo su primera postulación.
El mandatario no tuvo mayor remedio que cerrar ese capítulo frente a la andanada de críticas que originó ese virtual nombramiento. Sin embargo, como premio de consolación, y pese a los reiterados reproches, el presidente Duque la designó directora de la Agencia de Desarrollo Rural sin tener experiencia alguna en ese sector.
Otro episodio casi calcado sucedió un par de semanas después con el nombre de Mario Alberto Pacheco, a quien el Gobierno iba a nombrar como director del Centro de Memoria Histórica. Sin embargo, su extrema posición y su negación al conflicto armado, al igual que otros cuestionamientos que realizó en sus escritos conocidos en internet y las redes sociales al cargo que precisamente iba a orientar, originaron que estallara el escándalo y su descarte para llegar al cargo.
Seguidamente se conoció la llegada a esa misma dirección del también historiador Vicente Torrijos, y quien había trabajado para la mesa de diálogos en su paso en la Comisión Histórica del Conflicto. Pero esta vez, su prematura salida del cargo no se dio por acalorados trinos.
En dicho caso tuvo que ver la Universidad del Rosario, que el mismo día en el que se conoció su nombramiento, le canceló su contrato como profesor por, de acuerdo con el comunicado, haber mentido en su información académica. Esta situación derivó en la renuncia del profesor Torrijos.
El nombramiento de director en ese Centro ha sido un dolor de cabeza para el Gobierno. La reciente designación de Darío Acevedo Carmona, historiador y profesor de la Universidad de Antioquia, también ha recibido un torrente de críticas debido a su posición personal en la cual no reconoce la existencia de un conflicto armado en el país, pensamiento que ha hecho público en Twitter, en sus columnas y medios de opinión. Los duros cuestionamientos por parte de las víctimas podrían demorar su posesión.Su cargo no se ha caído, pero sí ha producido ampolla.
Finalmente, Carlos Alberto García Castro, quien hacía parte del equipo de comunicaciones de la Superintendencia de Notariado y Registro, y quien antes había sido jefe de prensa del exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, debió renunciar y ofreció disculpas, tras conocerse una serie de trinos en los que ofendió a los periodistas Daniel Coronell y Julián Martínez.
Trino desde la cuenta de Supernotariado.
Captura de pantalla
Inicialmente se dijo por parte de la entidad que la cuenta de Twitter había sido hackeada, pero luego de una investigación efectuada por el propio Martínez concluyó que García Castro había sido quien escribió los mensajes difamatorios.
Y otro suceso similar a finales de enero le costó el cargo de ‘community manager’ de Nubia Stella Martínez, directora del Centro Democrático. Desde su cuenta personal se originaron trinos ofensivos contra la periodista Vicky Dávila. A la comunicadora se le acusaba de ser jefe de prensa de Gustavo Petro y de recibir dinero por parte del senador.
El trino escrito desde la cuenta de Twitter de Nubia Stella Martínez.
Captura de pantalla @NubiasMartinez
Posteriormente la directora del uribismo indicó que Juan Camilo Montoya había sido el creador de los mensajes que subió a las redes sin su autorización, por lo que fue despedido de su cargo. El comunicador reconoció su error y ofreció disculpas a la periodista.
Unos días antes, Juan Pablo Bieri renunció a la gerencia de RTVC. A través de su cuenta en Twitter el funcionario puso a disposición del presidente Iván Duque el cargo, renuncia que días después fue aceptada.
La salida se dio tras la controversia desatada luego de que se filtrara un audio en el Bieri hablaba de acabar con el programa ‘Los puros criollos' y que si este se volvía a producir sería sin Santiago Rivas, su conductor.
Tras la publicación del audio en redes sociales tildaron a Bieri como un “censurador” y le exigieron la renuncia al frente del sistema de medios públicos del país.
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