A los gobernadores de los departamentos de Arauca, Norte de Santander y La Guajira, en la frontera con Venezuela, no deja de inquietarles la crisis política y social que atraviesa ese país y los efectos que genera en sus territorios, principalmente por la llegada de ciudadanos venezolanos. Los tres hablaron con EL TIEMPO.
Ricardo Alvarado, gobernador de Arauca, afirmó que su departamento no tiene la capacidad para atender a los emigrantes que llegan de Venezuela.
¿Cómo ve el paso de venezolanos en la frontera con Colombia?
Hay lo que nunca ha habido en mi departamento: mucha gente durmiendo en las calles. Arauca no tiene una capacidad de respuesta ni institucional, ni comercial ni empresarial para poder acoger a todas las personas que están llegando.
¿Qué problemas se han presentado?
Se han incrementado los problemas de salud pública por la tendencia de mucha gente joven a la prostitución, hay un problema de trata de personas, un pobre control de saneamiento básico. También hay incertidumbre por la presencia de grupos subversivos en la zona de frontera. Se está presentando un fenómeno lamentable, y es que en Venezuela están haciendo el control de entrada a Arauca, y este efecto perverso induce a actos de corrupción. Hay gente que vive allá, pero trabaja en nuestro territorio, lo que ha aumentado la informalidad. Además, su mano de obra más barata dificulta el acceso a oportunidades laborales para nuestra propia gente.
¿Qué le pide al Gobierno Nacional?
Necesitamos reglamentación que nos permita acogerlos, pero sin que se genere una política de asistencialismo.
William Villamizar, gobernador de Norte de Santander, aseguró que aunque se les están brindando algunos servicios a los venezolanos, “nadie está preparado” para una llegada masiva de ciudadanos del vecino país.
¿Cómo está la situación con el paso de venezolanos en la frontera?
Desde que se abrió la frontera estaban entrando y saliendo del país cerca de 40.000 o 50.000 personas diarias; ese flujo ha decrecido a cerca de 10.000.
¿Este paso afecta a su territorio?
Nos afecta en el tema de empleo porque, con el cambio de peso a bolívar, hay venezolanos que trabajan por la mitad del mínimo, que es un recurso importante en Venezuela. Obviamente, les quitan espacio a colombianos.
¿Hay un plan de contingencia en caso de la llegada masiva de venezolanos?
En cualquier momento se puede desbordar la llegada de venezolanos, y nadie está preparado, pero estamos haciendo un plan de contingencia. Se están adecuando unas instalaciones en Villa del Rosario para una atención inicial y también, unos lotes en la zona de frontera. Aunque creo que, por ahora, la situación no tendrá repercusiones.
Hoy les estamos dando educación a cerca de 4.000 niños venezolanos, estamos prestando servicio de atención médica, pero nuestros hospitales están al borde del colapso.
Weildler Guerra, gobernador (e) de La Guajira, sostuvo que existe la posibilidad de una migración masiva de venezolanos luego de los resultados de la constituyente. Dijo que el país no está preparado.
¿Cómo ve la situación en la frontera?
Sábado y domingo hubo una reducción significativa en la afluencia de venezolanos a territorio guajiro, pensamos que esa población se encerró en sus casas para no votar la constituyente. Pero, en los próximos días, es posible que sí se empiecen a dar migraciones masivas por el resultado de este proceso electoral.
¿Hay un plan de contingencia?
Sí, tenemos todo un plan de vigilancia en los pasos fronterizos no habilitados, tenemos los hospitales en alerta verde. Hasta el momento no ha sucedido nada extraordinario, pero estamos muy atentos a ver cómo evoluciona la situación. Aunque yo creo que ni el país está preparado para la llegada de tantos venezolanos.
¿Cuál es la afectación en La Guajira?
Hay una problema significativo en el empleo. Personal de construcción, meseros, estilistas, albañiles, entre otros, están llegando de Venezuela y trabajan por menos del salario mínimo; esto les quita oportunidades a los colombianos. También se evidencian casos de prostitución, y nuestros hospitales atienden a un 10 por ciento de venezolanos.
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