La elección del martes del nuevo Defensor del Pueblo estuvo marcada por diversos sucesos. La aparición de cuatro 'votos fantasmas' y la hospitalización de Carlos Negret, quien fue finalmente elegido con 146 de 147 votos de representantes.
Desde el mediodía del martes, Negret arribó al Congreso con síntomas de malestar. Según comentaron varios representantes a la Cámara por ‘la U’, partido del cual fue su secretario general hasta hace poco, el elegido llevaba varios días con la tensión baja y venía de una cirugía para reconstruir una vena que se le había roto.
Pese a estos males de salud, el nuevo defensor tenía una de las citas más cruciales de su vida, ya que varios partidos políticos dejaron ver una inclinación hacia su nombre en los últimos días. Era el favorito, lo que sin duda le dio fuerza. (Además: Carlos Negret, hospitalizado antes de ser elegido como nuevo Defensor)
Según allegados, ya le fue controlada una infección que le produjo una baja ostensible en su tensión y una fiebre de 40 grados.
“Le están controlando la infección con antibióticos y lo están hidratando. Tiene que permanecer al menos dos días más en la clínica”, explicó una fuente médica.
Antes de ser llevado de urgencia por una infección y una baja de tensión, Negret se refirió en su discurso de siete páginas a la defensa de los desplazados, las minorías y los derechos humanos.
“Acudo a esta Cámara con humildad, con responsabilidad y compromiso con los derechos de los otros, de cada una de las personas, de los derechos humanos, que son los de todos, pero especialmente de aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, utilizo este estrado para dirigirme a ustedes como aspirante al cargo de Defensor del Pueblo, honor con que el señor Presidente de la República me ha distinguido”, dijo el exsecretario del partido de ‘La U’. (Además: Posconflicto, otro desafío para el nuevo Defensor del Pueblo)
“Debemos laborar para dejar atrás las causas del desplazamiento, del desarraigo, del exilio de la propia patria chica, de las masacres, de las orfandades anónimas y de tantas lágrimas que durante más de cinco décadas han anegado las veredas y los campos de Colombia. Ante esta próxima realidad, la función de la Defensoría del Pueblo tendrá que seguir encaminada a proteger y amparar el derecho de toda la población vulnerable de mujeres, niños, jóvenes, adultos mayores, para que, cada vez menos, deba ocuparse de víctimas, viudas, huérfanos, mutilados y cadáveres”, agregó.
“En materia penal, fortaleceré el equipo técnico de investigación de la Defensoría, para que el principio “de igualdad de armas” tal como lo ha definido la Honorable Corte Constitucional se concrete y “(…) en el marco del proceso penal, las partes enfrentadas, esto es, la Fiscalía y la defensa, deben estar en posibilidad de acudir ante el juez con las mismas herramientas de persuasión, los mismos elementos de convicción, sin privilegios ni desventajas, a fin de convencerlo de sus pretensiones procesales”. Con fundamento en lo anterior, los defensores públicos deberán contar con mayores y mejores herramientas para una defensa eficaz, en el sistema adversarial que orienta el penal acusatorio vigente”.
Y puntualizó: “En lo que respecta a la población LGTBI, la Defensoría se caracterizará por una especial vigilancia en contra de cualquier conducta: estatal, grupal o personal que los afecte. Creo decididamente, en el respeto a la diversidad, como creo también que es posible continuar en la construcción de una cultura de tolerancia que nos permita convivir en armonía, aceptando la identidad del otro”.
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