Por primera vez en varios años, los cultivos de coca en el país disminuyeron. Aunque se pasó de 209.000 hectáreas en 2017 a 208.000 en 2018, el presidente Iván Duque celebró el quiebre de la tendencia y aseguró que se seguirá trabajando para luchar contra el narcotráfico.
Para ello, dijo el jefe de Estado en diálogo con EL TIEMPO, es necesario contar con todas las herramientas, entre ellas, la fumigación aérea con glifosato.
La Casa Blanca reportó que los cultivos ilícitos en Colombia, así como la producción de cocaína, están ‘estabilizándose’, ¿cómo recibió ese diagnóstico?
Este reporte de Washington ratifica los avances que nuestro gobierno ha logrado en materia de lucha contra el narcotráfico. Es la primera vez en siete años que Estados Unidos registra una reducción en el número de hectáreas de cultivos ilícitos.
¿Qué gestión hay detrás de ese trabajo que logra una disminución de 209.000 hectáreas de coca en 2017 a 208.0000 en 2018?
El quiebre de esta tendencia es el resultado de un trabajo colaborativo entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos. Dentro del Estado colombiano está la cooperación entre las distintas entidades responsables de la lucha antidrogas.
Nuestro gobierno recibió esa tendencia galopante de crecimiento en cultivos ilícitos, que ya empezamos a quebrar. Desde el 7 de agosto hasta el último corte del 20 de junio hemos erradicado más de 66.000 hectáreas. Recibimos 23 Grupos Móviles de Erradicación y los hemos aumentado a 100. Hemos extraditado 121 personas vinculadas a delitos de narcotráfico y hemos destruido más de 4.500 laboratorios y otras infraestructuras para el procesamiento.
Los grupos criminales del narcotráfico son los principales asesinos de líderes sociales y quienes más atentan contra la construcción de la paz
Desde Washington se ha hablado de un buen trabajo entre los dos países para enfrentar este problema, ¿cómo es esa relación de cooperación política y operativa en terreno contra los cultivos con EE. UU.?
Estados Unidos y Colombia somos países aliados en esta lucha global contra el narcotráfico. Estados Unidos y Colombia compartimos el mismo objetivo: no queremos que nuestras sociedades estén presas del narcotráfico.
¿Lo sigue preocupando una posible descertificación?
Luchamos contra el narcotráfico por convicción y por compromiso con la ley, y ya logramos una reducción del área sembrada por primera vez en 7 años. No hay otro país del mundo que haga tanto como Colombia enfrentando este flagelo. Además es claro que por cada tonelada de cocaína que EE. UU. incauta en sus fronteras, Colombia incauta 18 toneladas. Además, el valor de las incautaciones que hemos adelantado es equivalente a las utilidades de empresas globales como Goldman Sachs o la BP en 2018. A esta evidencia se suma que Colombia representa más del 50 por ciento de las incautaciones del hemisferio occidental.
Esta cifra aparece en medio de una discusión sobre el uso del glifosato para disminuir los cultivos de coca, ¿qué espera de la Corte Constitucional en ese sentido?
Estamos trabajando para cumplir con el fallo de la Corte y esperamos que el alto tribunal nos provea de todas las herramientas para una efectiva lucha contra el narcotráfico. El Estado debe contar con la caja completa de herramientas que usaremos dentro del marco de la ley. El uso de la aspersión aérea se debe adelantar con rigor ambiental, social y de salud, reconociendo que es una herramienta efectiva para enfrentar un grave flagelo que amenaza nuestra seguridad nacional y nos permite ser efectivos ante cultivos que están rodeados de minas antipersonales o francotiradores al servicio de los carteles.
¿Si se logró un avance en cuestión de meses, por qué insistir en el glifosato?
Nuestra discusión no es alrededor de un herbicida sino de la necesidad del Estado de contar con todas las herramientas para combatir el narcotráfico y los cultivos ilícitos. Estos positivos resultados se logran a un alto costo operativo, logístico y también ponen en riesgo a los erradicadores manuales. Logramos quebrar una tendencia haciendo un esfuerzo titánico de erradicar decenas de miles de hectáreas. El uso de la aspersión es una herramienta necesaria dentro de un amplio espectro de mecanismos contemplados en nuestra política Ruta Futuro.
¿Qué espera lograr con una disminución significativa de los cultivos de coca y la producción de cocaína?
Evitar que se siga deforestando las selvas, destruyendo fuentes de agua y devastando el medioambiente, que son las primeras víctimas de la expansión de la coca. También, más coca es más fortaleza para el crimen organizado y mayores amenazas a nuestros líderes sociales, al igual que imposibilita la transformación económica y social de los territorios. La coca es la principal amenaza para construir una paz con legalidad.
¿Cómo está relacionada la violencia contra líderes sociales y exmiembros de las Farc con las zonas en donde hay cultivos ilícitos?
Celebro que la Fiscalía haya esclarecido el 56 por ciento de los asesinatos de los últimos años. Es evidente que los principales victimarios son los grupos armados ilegales, como el Eln, el ‘clan del Golfo’, Grupos Armados Organizados Residuales, ‘los Caparrapos’, ‘la Oficina’, ‘los Pachenca’, entre otros. Grupos que medran en el narcotráfico y amenazan y asesinan líderes que luchan contra la ilegalidad.
En la Asamblea de la OEA en Medellín, el tema del narcotráfico fue uno de los ejes centrales. Así se pudo escuchar en los discursos de instalación. ¿Cómo está afectando el narcotráfico la estabilidad de la región?
El tema de la Asamblea de la OEA es cómo innovar dentro del multilateralismo, y uno de los retos de seguridad hemisférica americano es el narcotráfico y los delitos transnacionales asociados a las drogas. En distintas áreas, desde el cultivo, producción, consumo y lavado de las ganancias, las organizaciones criminales afectan a todo el continente. La respuesta a este flagelo debe ser también multilateral, hemisférica y compartida.
El Estado debe contar con la caja completa de herramientas que usaremos dentro del marco de la ley
¿Cómo ve el narcotráfico en relación con el régimen de Venezuela?
La dictadura de Nicolás Maduro es socia y líder de carteles del narcotráfico. El Eln opera libremente dentro de Venezuela e incluso está involucrado en otros delitos como la minería ilegal. Para nadie es un misterio que el cartel de los Soles es el principal socio de los grupos narcoterroristas que operan en la frontera con Colombia.
¿Qué tanta prevalencia le está dando su gobierno a la sustitución de cultivos ilícitos como una de las fórmulas para disminuir las hectáreas sembradas?
La lucha integral contra el narcotráfico, la Ruta Futuro, contempla un portafolio amplio de medidas para combatir el cultivo, la producción, el consumo y los delitos asociados al narcotráfico. Ahí está la sustitución, el desarrollo alternativo, el pago por servicios ambientales, la erradicación manual y, también, la aspersión segura.
El canciller Carlos Holmes Trujillo ha insistido en el principio de responsabilidad compartida. ¿Cómo trabaja Colombia con los demás países este tema?
Colombia lidera operaciones continentales, en las que participan 18 países, y que son el ejercicio de cooperación más ambicioso que ha existido en el hemisferio en la lucha contra el narcotráfico. Además exportamos capacidades y asistimos a diversos países en el mundo para fortalecerlos en la lucha contra ese flagelo. Insistimos y promovemos la responsabilidad compartida en todos los espacios multilaterales en los que participamos.
¿Ve viable la propuesta del expresidente Juan Manuel Santos de ‘quitar la prohibición’ de la droga?
Nunca he creído en la legalización. Creo en que debemos emplear todas las herramientas para derrotar las drogas y sus efectos porque la drogadicción no puede ser una opción. Por eso lanzamos Ruta Futuro como una respuesta integral que va desde la erradicación, la sustitución, la aspersión segura, el pago por servicios ambientales y el desarrollo alternativo, pasando por la lucha contra el lavado de activos, el desmonte de laboratorios y carteles, hasta la protección de la familia y el espacio público mediante la prevención y la sanción administrativa y la atención de los adictos.
¿Cree que, a pesar del estancamiento en el crecimiento de los cultivos, Colombia seguirá recibiendo la presión de Donald Trump por lograr resultados?
Nuestro gobierno lucha contra el narcotráfico por principios y por la convicción de que Colombia no debe estar presa de los narcotraficantes. La principal presión es la de proteger a nuestros niños y jóvenes, la seguridad de los colombianos, la necesidad de preservar nuestros recursos naturales afectados por los cultivos ilícitos y la institucionalidad democrática que queda expuesta al poder corruptor del narcotráfico.
A pesar del decreto que prohíbe el porte de la dosis mínima, el consumo interno de drogas creció. ¿A qué se debe este fenómeno?
El consumo de drogas en nuestro país creció mucho en los últimos años y se convirtió en una amenaza para la familia y los entornos escolares. El decreto nos ha permitido liberar miles de entornos escolares y miles de parques que estaban capturados por los jíbaros. Esa tarea debe continuar todos los días, pero también debemos hacer mucho más desde la prevención pedagógica con la familia y el sistema educativo.
¿El fallo de la Corte que da vía libre al consumo de drogas en espacio público puede contribuir al aumento del consumo?
El fallo no se conoce en su integridad y no se puede especular. En Colombia siguen vigentes más normas del Código de Policía que nos permiten proteger el espacio público, y también están vigentes la Ley 745 del 2002 que castiga el consumo de drogas frente a menores o en espacios públicos. Por supuesto, también está vigente el acto legislativo 02 de 2009 que prohíbe el porte y el consumo de estupefacientes. Seguiremos trabajando dentro del marco de la Constitución y la ley para proteger los entornos escolares, los parques y demás espacios contra los jíbaros y los expendedores de droga. La protección de los niños, niñas y adolescentes es nuestra prioridad.
¿Qué tanto impacta la droga el tema de la violencia?
Debemos llamar las cosas por su nombre. El narcotráfico es una amenaza grave para la democracia y la institucionalidad de nuestro país. Y el microtráfico está amenazando centenares de municipios. La droga y el narcotráfico son el principal obstáculo para la convivencia ciudadana. Los grupos criminales del narcotráfico son los principales asesinos de líderes sociales y quienes más atentan contra la construcción de la paz.
Son muchas las violencias. ¿Cuál de todas esas violencias hijas de la droga le preocupa más y cómo asumir esos retos?
Trabajamos todos los días en nuestro gobierno para que Colombia sea un país con legalidad, seguridad y justicia. El reto mayor es fortalecer el imperio de la ley en todo el territorio nacional porque la seguridad es uno de los bienes públicos más preciados de una democracia.
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