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Gobierno

'Depende de cada colombiano la reducción del riesgo de contagio'

El presidente Iván Duque

El presidente Iván Duque

Foto:Presidencia

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El presidente Iván Duque habló con EL TIEMPO sobre la etapa de reactivación que comenzará el lunes.

Con un marcado énfasis en la importancia de la protección individual, el presidente Iván Duque explicó varias de las pautas con las cuales el país espera seguir avanzando en la reactivación económica, a partir de este lunes.
En diálogo con EL TIEMPO, el mandatario afirmó que, como ha venido sucediendo, el concurso de gobernadores y alcaldes en esta parte del proceso será clave, y dijo que, según los expertos, el pico del coronavirus podría llegar hacia mediados de agosto.
 ¿Qué cambia para los colombianos a partir de este lunes? ¿Eso sería como tener a más de la mitad de los colombianos en la calle?
A partir del lunes primero de junio continuaremos recuperando vida productiva en la mayor parte del país, y daremos este paso apoyados en unos protocolos de bioseguridad rigurosos y de acuerdo con las variables epidemiológicas de cada región.
Durante estos meses hemos implementado un plan de manejo de la pandemia bajo dos premisas: salvar vidas, de la mano con apoyar a las familias más vulnerables y proteger el empleo de los colombianos y la economía del país. No podemos caer en el falso dilema entre cuidar la economía o proteger la salud de nuestros compatriotas; ambos son fundamentales.
De lo que se trata es de que, a partir del lunes las empresas de los sectores habilitados podrán empezar a presentar sus protocolos ante las alcaldías, para que estas los autoricen a funcionar teniendo en cuenta restricciones de salubridad, higiene y aforo, pero además priorizando el teletrabajo para los colaboradores que puedan hacerlo.
En este proceso es clave el trabajo conjunto, armónico con las autoridades locales, con los gobernadores y los alcaldes. Como lo hemos dicho todo este tiempo: el Gobierno Nacional continúa liderando el plan de vuelo, pero son los gobernadores y los alcaldes los pilotos de la conducción de las medidas.
¿Por qué? Porque debemos hacer un énfasis en lo regional. El 79 % de los casos que tenemos en nuestro país se concentra en 10 municipios y el 66 % de las muertes se focaliza en 5 municipios. Eso nos permite ver que hay comportamientos distintos, disímiles. Por eso tenemos que avanzar con gradualidad. Una gradualidad responsable, de tal manera que en aquellos lugares donde la situación sea más compleja seguramente se darán los pasos con un poco más de lentitud, y en otros donde los indicadores son más positivos, se podrán dar pasos un poco más acelerados.
Todos debemos ser protagonistas de la solución, entendiendo que para que el país pueda pasar esta página de la historia no puede haber individualismos. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de salvar muchas vidas, sobre todo las de aquellos más cercanos. Por eso, desde el Gobierno Nacional hacemos un llamado para que todos los colombianos asuman esta etapa con mayor disciplina y más solidaridad. De la seriedad con que asumamos esta fase dependerán las decisiones que tomemos a futuro.
¿La salida de más sectores no significa más gente en la calle y más riesgo de contagio?
Todas las decisiones las estamos tomando acompañados por un grupo de expertos en salud pública, epidemiología y diversos campos de la medicina nacionales e internacionales. Con la pandemia, el mundo entero está caminando un territorio desconocido y sabemos que debemos dar cada paso con mucha prudencia.
Afortunadamente, las estrategias que hemos implementado nos han permitido ver resultados positivos. Colombia tiene hoy 499 casos por millón, mientras que, en promedio, los países afectados tienen una tasa de 741 y, si miramos la tasa de mortalidad por millón, Colombia tiene 16 fallecimiento por millón mientras Chile tiene 49, Perú tiene 124 y Brasil tiene 126. Hemos incrementado el número de pruebas sustancialmente. Estamos haciendo más de 9.000 diarias y seguimos teniendo una tasa de positividad menor del 10 %. Estas cifras no son motivo de triunfalismo, pero nos dan claves para continuar el rumbo que nos hemos trazado.
En la medida en que estamos en una recuperación gradual de vida productiva habrá mayores niveles de interacción entre las personas, así que el riesgo crece, sí. Pero también depende de cada colombiano la reducción de ese riesgo de contagio.
Cada eslabón de la cadena de contagio puede ser enfrentado con disciplina. Los empresarios deben ser estrictos con el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad para cada sector y facilitar el trabajo en casa en la medida de lo posible. Los trabajadores deben protegerse, cumplir las normas de aislamiento. Las autoridades locales deben monitorear la situación, estar atentos a las recomendaciones de los expertos y del Gobierno Nacional. A nuestro turno, el Gobierno está monitoreando lo que pasa a lo largo del territorio nacional, apoyando a las autoridades y atento a los avances médicos globales, aprendiendo de las experiencias internacionales. En esto, todos los triunfos son colectivos, porque cada colombiano, cada institución es una pieza fundamental para la solución.
Mantener un país encerrado es imposible y, de hecho, países que cuentan con indicadores mas severos en términos de contagio y mortalidad han optado por modelos de reapertura más agresivos. Nuestra aproximación es la gradualidad observando las condiciones de cada región en particular.

El Gobierno Nacional continúa liderando el plan de vuelo, pero son los gobernadores y los alcaldes los pilotos de la conducción de las medidas

¿Lo que está pasando en ciudades como Cartagena, donde la gente no está guardando el aislamiento, no es una muestra de que las personas que no están respetado la cuarentena o que ya están cansadas?
En el caso de Cartagena, la crisis tuvo un foco muy específico en el mercado de Bazurto, donde confluyen muchas personas autorizadas para comprar y vender alimentos, pero lo hacen sin acatar las medidas de bioseguridad.
Para atender la crisis de Cartagena, esta semana enviamos 29 ventiladores, que ampliarán a 60 la capacidad de UCI de la ciudad.
Con las demás ciudades, en la medida que lleguen los ventiladores que hemos adquirido y están en proceso de compra, iremos fortaleciendo las capacidades regionales. En junio llegarán 566 ventiladores, en julio 1.370, en agosto 627, en septiembre 60 y en octubre 52.
Todo este esfuerzo debe venir acompañado de disciplina ciudadana y unos lineamientos claros, que estamos emitiendo desde el Gobierno Nacional y se concretan en el territorio con las autoridades locales.
En el caso de las centrales de abastos, los ministerios de Salud y Agricultura prepararon un protocolo muy detallado para plazas de mercado y centrales de abastos de todo el país y están acompañando a los alcaldes y gobernadores del país en su aplicación particular.
No me puedo cansar de decirlo: la disciplina de cada colombiano es un factor fundamental para contrarrestar el virus. Cada colombiano tiene en su poder la capacidad de salvar su vida, la de las personas que tiene cerca y quiere. Seguir las reglas del aislamiento puede ser la diferencia entre ser un transmisor del coronavirus, o quien lo detiene.
En este caso, ¿no sería preferible volcar la campaña sobre cómo cuidarse en la calle y no en la casa?
La campaña ya está volcada hacia la calle y se basa en cuatro elementos sobre los cuales recalco todos los días: tapabocas, distancia social, lavado frecuente de manos y cero aglomeraciones. El mensaje para los colombianos debe ser claro: cuanto más acatemos estas recomendaciones, más normalidad podremos tener en los otros aspectos de nuestras vidas. Y todo esto no es solo por nuestro bien, es por el bien de todos.
El Gobierno invierte en ayuda social, en subsidios, en más recursos para la salud, pero la gente parece que no hace caso. ¿Tiene sentido toda esa tarea del Gobierno sin el apoyo ciudadano?
Nuestra primera obligación como Gobierno es proteger la vida de los colombianos y eso quiere decir proteger la salud, proteger nuestra capacidad para salir adelante, proteger el derecho que tiene cada uno a hacer realidad sus sueños. Esta pandemia debe ser la oportunidad para que entendamos, como nación, que cada uno es un agente de transformación de la sociedad; para que entendamos que los triunfos colectivos son tan importantes como los personales.
Hoy puedo decir que la vasta mayoría de los colombianos han seguido las pautas que el Gobierno Nacional y los gobiernos locales han dictado y por la indisciplina de unos pocos no vamos a renunciar a nuestra obligación ética de proteger a los más vulnerables y darlo todo para que Colombia sea un país de oportunidades.
Hay incertidumbre frente a la reactivación de la economía.

Hay incertidumbre frente a la reactivación de la economía.

Foto:Archivo

Todos los sectores piden más ayuda del Gobierno, que en últimas es plata, pero esta se agota ¿cómo está la chequera del Gobierno para seguir atendiendo la crisis?
Para dar una mejor respuesta a esta emergencia, creamos el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME), con recursos estimados en $ 24,8 billones.
Adicionalmente, con el ánimo de estar preparados por si a futuro se requiere un mayor financiamiento del Presupuesto General de la Nación al previsto en el Marco Fiscal de mediano plazo, el Ministerio de Hacienda ha estado trabajando con la banca multilateral para ampliar los montos disponibles para el país, buscando maximizar los cupos disponibles en esta coyuntura.
Como resultado de lo anterior, de los 1.600 millones de dólares que se tenían previstos financiar en el año fiscal 2020 con estas fuentes, el país está en capacidad de incrementar ese monto a cerca de 4.000 millones de dólares, en la medida en que las necesidades lo exijan.
Usted dice que la ocupación de las UCI por coronavirus está por el orden del 2 por ciento, pero en Bogotá dicen que tienen una ocupación de las UCI del 50 por ciento. ¿Eso quiere decir que la situación comienza a apretarse?
Cuando comenzó la crisis, en Colombia teníamos 5.346 camas en UCI. De estas camas, liberamos para atención del covid-19 el 50 %. Hoy ya tenemos 6.364 y adquirimos 2.700 ventiladores para ampliar nuestra capacidad de atención. Esto lo hemos logrado en medio de una escasez mundial de ventiladores derivada de la magnitud de la pandemia.
El 2 por ciento que usted menciona corresponde a la proporción de pacientes con covid-19 que actualmente se encuentran en una UCI con respecto al total de camas UCI disponibles. Hoy en día tenemos alrededor de 230 pacientes en UCI, que equivale al 3.6 %. Ese indicador justamente es resultado de la decisión de ampliar nuestra capacidad.
Los casos positivos siguen en aumento y más gente está saliendo a las calles. ¿Está el sistema hospitalario listo para soportar un rebrote del virus? ¿Estamos cerca del pico de la enfermedad?
De acuerdo con los epidemiólogos del Instituto Nacional de Salud (INS) y del equipo de expertos, con el ritmo de crecimiento que tenemos en este momento, el pico de la epidemia estaría ocurriendo a mediados de agosto. Pero tenga en cuenta que no estamos hablando de un fenómeno meteorológico, en el que el nubarrón está allá arriba y usted no tiene otra alternativa que esperarlo pasivamente acá abajo.
Si tenemos disciplina social en esta apertura progresiva, lentificamos el ritmo de contagio y logramos que ese pico se demore en ocurrir y se aplane. En otras palabras, si adoptamos rigurosamente los protocolos de bioseguridad, nuestro sistema hospitalario estará listo para recibirnos en caso de que nos infectemos, y salvaremos la mayor cantidad de vidas, que es el objetivo fundamental de toda nuestra estrategia.
Presidente, ¿la idea es una nueva normalidad en la que habrá que retomar la vida productiva conviviendo con el virus?
Hemos dicho que tenemos que prepararnos para una “nueva normalidad” en la que recuperemos nuestra vida productiva de manera gradual, con nuevas reglas y protocolos para que mantengamos el distanciamiento social. Por ahora vamos recuperando la vida productiva, pero no la vida social.
Así como es necesario continuar salvando vidas, también es necesario que recuperemos nuestra vida productiva. Es muy probable que después de la pandemia el virus continúe circulando entre nosotros, como ocurre con el AH1N1, el chikungunya y el zika, por lo que debemos aprender a convivir con él.
La mayoría de municipios están ya casi sin recursos, incluso para sostener su funcionamiento, ¿el Gobierno ha pensado en algún tipo de ayuda económica?
Desde el inicio de la emergencia establecimos medidas para aumentar la liquidez de los territorios y mejorar su capacidad para desarrollar proyectos para enfrentarla. Para ellos implementamos varias estrategias, que les permiten acceder a créditos, flexibilizar el gasto y focalizar los esfuerzos en la atención de la crisis.
Ejemplos de esto son el Decreto 513, que permite modificar la forma en que se asignan los recursos a proyectos de inversión con recursos del Sistema General de Regalías, o el Decreto 461, que permite a gobernadores y alcaldes la reorientación de rentas y reducción de tarifas de impuestos territoriales, en el marco de la emergencia, entre otros.
Adicionalmente, Findeter puso a disposición de las entidades territoriales la línea de crédito de redescuento ‘Compromiso Territorios’, con recursos por 500 mil millones de pesos, a través de la cual se espera proveer recursos para capital de trabajo, de tal manera que alcaldías y gobernaciones puedan desarrollar sus actividades.
Además, por medio del Decreto Legislativo 678 de 2020, facultamos a las entidades territoriales para reorientar las rentas de destinación específica para financiar gastos de funcionamiento, y para hacer modificaciones presupuestales dirigidas a atender la emergencia.

De acuerdo con epidemiólogos del INS y del equipo de expertos, con el ritmo de crecimiento que tenemos en este momento, el pico de la epidemia estaría ocurriendo a mediados de agosto

Si se ha permitido el uso del transporte masivo, ¿por qué sigue cerrado el transporte terrestre de mediana y larga distancia?
Cada decisión se ha tomado con criterios técnicos, priorizando la contención y mitigación del virus. El acceso a los sistemas de transporte es un punto neurálgico en nuestra batalla contra el covid-19 y por eso hemos tomado medidas que sabemos que son drásticas, pero indispensables para proteger la vida de los usuarios, los transportadores y de todos los colombianos. Las decisiones han sido tomadas con estricto rigor técnico, para evitar propagación del virus.
Hay que tener en cuenta que los sistemas de transporte masivo han continuado su operación con una capacidad máxima del 35 %. Esta decisión corresponde a un criterio técnico derivado de los protocolos del Ministerio de Salud para proteger la salud de todos los colombianos.
La regla general sigue siendo el aislamiento preventivo obligatorio y por eso el servicio de transporte de pasajeros por carretera intermunicipal se presta con fines de acceso o prestación de servicios de salud, y para las personas que estén dentro de las actividades exceptuadas.
El transporte terrestre, por cable, fluvial y marítimo de pasajeros, los servicios postales y la distribución de paquetería, está garantizada siempre que sean estrictamente necesarios para prevenir, mitigar y atender la emergencia sanitaria. Los detalles operativos corresponden a las autoridades locales.
Como lo he manifestado en diferentes ocasiones, en la situación actual es indispensable la articulación y coordinación entre el Gobierno Nacional y los gobiernos departamentales y locales para mitigar la propagación del virus.
Los transportadores también dicen que no pueden operar disminuyendo la capacidad de los buses porque van a pérdida. ¿Qué tipo de soluciones ha pensado el Gobierno para este problema?
Del primero al 30 de junio se inicia una nueva etapa del aislamiento preventivo obligatorio en el que, con gradualidad, buscaremos recuperar vida productiva siguiendo los protocolos y trabajando de manera articulada con alcaldes y gobernadores.
Hemos dialogado con todos los actores para evaluar la posibilidad de recuperar una mayor movilización de pasajeros por carretera de manera gradual. Esto lo vamos a trabajar de manera coordinada con los mandatarios locales, para lograr una movilización segura de personas por los municipios, tanto en los afectados por la pandemia como en los que no presentan reporte alguno.
Este trabajo  debe ser progresivo y con base en decisiones técnicas que garanticen la salud.
Sobre el tema de apoyo a los transportadores, el Ministerio de Transporte está trabajando en la estructuración de una línea de crédito con Bancóldex, dirigida a empresas naturales y jurídicas del transporte de carga, terrestre de pasajeros y fluvial en Colombia, con intereses favorables.
Adicionalmente, la Superintendencia de Transporte diseñó una estrategia de apoyo al sector, que se concentra en cuatro frentes de trabajo: reducción y eliminación de costos para las empresas, diferimiento de costos que no puedan eliminarse, acciones para mejorar la liquidez inmediata de las empresas y acciones contra la ilegalidad.
Por otro lado, en el campo se están quejando porque no hay quién recoja las cosechas...
Es importante señalar que se ha venido trabajando de manera articulada entre el Ministerio de Agricultura, de Transporte y de Comercio, a través del Centro de Logística y Transporte. A las sesiones de trabajo se invita a las autoridades locales para lograr que las acciones necesarias cuenten con la coordinación pertinente.
Entre las funciones del Centro de Logística y Transporte está la de velar para que el transporte de bienes de abastecimiento para los colombianos se realice durante la emergencia.
Hoy podemos decir que se ha garantizado que se mantenga la cadena logística de producción de alimentos y se han mantenido las importaciones de agroinsumos, que siguen llegando a los centros de producción. Un gran logro es que al día de hoy no se haya presentado desabastecimiento y en ese sentido el propio Ministro de Agricultura le dio esta semana un parte de tranquilidad al país.
Gracias a la labor del Centro de Logística y Transporte, y según cifras del Registro Nacional de Despacho de Carga, del 23 de marzo al 16 de mayo se registraron 914.192 despachos o viajes de transporte de carga en todo el país.
Es probable que en algunos lugares se presenten problemas con la recolección de las cosechas, pero lo más importante es señalar que la solución implica un trabajo articulado entre los alcaldes, gobernadores y el Gobierno Nacional para responder a las demandas particulares del territorio. Un muy buen ejemplo de esto es el protocolo de la cosecha cafetera, en el que participarán más de 130.000 personas en un proceso articulado entre la Federación de Cafeteros, los pequeños, medianos y grandes caficultores, las alcaldías, los gobernadores y el Ministerio de Agricultura.

El acceso a los sistemas de transporte es un punto neurálgico en nuestra batalla contra el COVID-19 y por eso hemos tomado medidas que sabemos que son drásticas pero indispensables

¿Han pensado en algún tipo de alivios o más plazos para que las familias puedan pagar sus impuestos prediales o de vehículos?
Con el Decreto Legislativo 678 le otorgamos facultades a las entidades territoriales para que puedan diferir el pago de los impuestos hasta por 12 meses y sin cobro de intereses, con el fin de otorgar alivios a la población e, incluso, poder generar acciones de recuperación de cartera. De tal manera que tanto alcaldías como gobernaciones ya se encuentran facultados para implementar este tipo de medidas, aliviando la situación económica de muchas familias.
En varias ciudades hay denuncias por las elevadas alzas en los recibos de servicios públicos hasta del cien por ciento y hasta más en el consumo. Las empresas dicen que han tenido que promediar los consumos porque no han podido enviar a sus empleados a hacer las lecturas. ¿Qué hacer frente a esta situación?
Lo primero que hay que decir, y quiero ser muy claro en eso, es que no vamos a permitir abusos en el cobro de las facturas y se impondrán las multas que sean necesarias.
Desde el 15 de abril no se puede incrementar el costo por kilovatio/hora del servicio de energía en esta emergencia. También decidimos suspender temporalmente los incrementos tarifarios en los servicios de acueducto y alcantarillado.
Por regla general, la facturación por promedio está prohibida: la Comisión de Regulación de Energía y Gas determinó que no puede haber cobro por promedios durante la emergencia y solo está justificada en aquellos casos en que el prestador demuestra que no pudo efectuar la lectura de los consumos. Esa práctica generalizada en esta época de pandemia, de promediar consumos, está rotundamente prohibida.
Una de las excepciones que contempla el decreto de aislamiento preventivo obligatorio es el hecho de permitir a las empresas de servicios públicos continuar prestando sus servicios con calidad, cobertura y continuidad. Por lo tanto, las empresas deben efectuar la lectura a los contadores de forma presencial y evitar cobrar por promedio.
Si al ciudadano le hacen cobros por promedio, debe presentar la queja directamente ante el prestador y ante la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, que hará seguimiento a la respuesta de cada una de esas quejas. Para eso está habilitada la plataforma ‘Te resuelvo’.
Quiero reiterarles a los colombianos que el Gobierno Nacional está del lado de los ciudadanos, y adicionalmente quiero invitar a las empresas prestadoras a aplicar a cabalidad las medidas que ha adoptado el Gobierno Nacional para el pago de los servicios públicos.
Hablemos de plata. ¿Más o menos cuanto ha invertido en lo social y la atención de la pandemia?
Durante los últimos 15 años Colombia ha avanzado positivamente hacia la disminución de la pobreza. Ese esfuerzo y esos resultados fueron reconocidos por Naciones Unidas en su último Índice de Desarrollo Humano, que fue lanzado en Colombia. Nuestro propósito es que el covid-19 no les arrebate a miles de familias sus sueños de progreso, y mucho menos la meta de nuestro Gobierno de tener un país con más equidad. Por esto enfocamos nuestra atención en cuatro puntos principales:
El primero es, por supuesto, la salud, a la que le destinamos $ 7,2 billones, con los que hemos fortalecido la red pública, ampliado la oferta –en especial de Unidades de Cuidados Intensivos – y brindado aseguramiento, como lo estamos haciendo con la bonificación para el personal de salud.
Segundo, destinamos cerca de $4 billones de pesos para hacer dos giros extraordinarios de programas como Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor; creamos el programa Ingreso Solidario e implementamos anticipadamente el programa de Devolución del IVA. A Colombia le tomó dos décadas, desde 1999, hacer transferencias a cerca de 3 millones de hogares beneficiarios y nuestras acciones han permitido llevar ingresos a 7 millones de hogares en el marco de la emergencia.
Estos programas los hemos acompañado con la entrega de mercados y productos de primera necesidad por medio de la campaña ‘Ayudar nos hace bien’, liderada por María Juliana, y ‘Colombia está contigo’, liderada por la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres y el Ministerio del Interior.
Para el sector productivo destinamos hasta $ 60 billones de pesos para la protección de las empresas, a través de líneas de crédito de fácil acceso y con garantía del Estado.
Muchos de nuestros esfuerzos también han estado encaminados a la protección del empleo. Destinamos alrededor de $ 7 billones para programas de apoyo al empleo formal para subsidiar el 40  % del salario mínimo de los empleados formales, y destinaremos hasta 500 mil millones de pesos para el aporte del 50 % al pago de la prima de junio los trabajadores formales que reciben hasta un millón de pesos.
Además, se deben contar las medidas de liquidez que ha tomado el Banco de la República que suman más de 23 billones de pesos.
Todos estos esfuerzos suman un poco más del 11% del PIB.
Quiero reiterar que hemos tomado las decisiones privilegiando la salud y la vida, pero teniendo en cuenta que -como lo dije al inicio de esta entrevista- no hay un dilema entre proteger la salud y la vida y proteger también el derecho al trabajo, a la vida productiva. Es fundamental que todos podamos adaptarnos en el retorno a una vida productiva con gradualidad, pero, ante todo, protegiendo la salud y la vida.
JORGE ENRIQUE MELÉNDEZ
SUBEDITOR DE POLÍTICA
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