Durante los últimos días, no solo sectores políticos, sino diversos opinadores han coincidido en que el gobierno del presidente Iván Duque requiere de un importante margen de maniobrabilidad política para sacar adelante sus reformas en el Congreso.
Y para ello se habló de dar participación en el gabinete a algunos partidos políticos.
Los hechos son evidentes en la medida en que el Gobierno no ha podido consolidar una mayoría significativa en el Congreso que le permita avanzar con sus proyectos.
Es más, justo la semana pasada tuvo que renunciar su ministro de Defensa, Guillermo Botero, por cuenta de una moción de censura que se le promovió en el Senado. El apoyo del Centro Democrático no fue suficiente.
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A esto se suma que el Ejecutivo radicó en el Legislativo la nueva reforma tributaria, luego de que la Corte Constitucional le tumbó la que logró tramitar el año pasado.
Y ese proyecto, que el Gobierno considera indispensable para su estructura financiera y tributaria, está enredado en el Congreso.
Carlos Holmes Trujillo, nuevo ministro de Defensa.
EFE
En la Casa de Nariño estiman que debe ser aprobado el texto tal y como lo radicó, pero desde los partidos ya se han escuchado voces en el sentido de que hay que hacerle modificaciones.
Esto es solo una muestra de que el Gobierno tiene muy poco margen de maniobra en el Capitolio Nacional.
Ahora bien, la pregunta que surge es si con el cambio del canciller Carlos Holmes Trujillo para el ministerio de Defensa y la designación de Claudia Blum en el de Relaciones Exteriores la gobernabilidad del presidente Duque mejora en algo. Y la respuesta, según analistas y políticos consultados por EL TIEMPO, parece ser que en nada.
“Yo veo que el presidente Duque está llamando a gente muy buena como Claudia Blum y Carlos Holmes, pero para seguir haciendo lo mismo, y haciendo lo mismo van a tener problema”, consideró el senador liberal Luis Fernando Velasco.
Por su parte, el senador Richard Aguilar (Cambio Radical) dijo que si bien hacer los cambios es potestad del Presidente, con lo que hizo “solo está fortaleciendo al partido de gobierno”.
Para él, el presidente Duque debe revisar la representatividad de los diferentes partidos y “tratar de hacer un pacto político con una gran coalición en torno a una agenda conceptual”.
“En el caso de Claudia Blum se trata de un nombramiento de una persona cercana al uribismo, tiene la trayectoria, pero desde el punto de vista político no le reporta gobernabilidad al presidente Duque”, dijo el senador conservador Juan Diego Gómez.
Por su parte, el representante liberal Carlos Ardila dijo que estos son cambios propios del Presidente, que los hizo sin consultar a los sectores políticos. “El presidente Duque insiste en su gabinete técnico, desconozco el tecnicismo de la exsenadora Claudia Blum, ni tampoco se sabe a qué sector político representa ", afirmó.
Juan Federico Pino, profesor de la Universidad Javeriana, comentó que los cambios lo que muestran es que es que se está dando una “reconfiguración en el Centro Democrático”.
“En sumar alianzas o tener un gabinete compartido, creo que no se avanza, sino que se sigue hablando de lo mismo. Duque tiene una crisis de gobernabilidad muy fuerte y los cambios lo que están mostrando es que el Centro Democrático no está dispuesto a ceder poder ni gobernabilidad a otros partidos”, agregó.
Pero los uribistas sí ven con buenos ojos los cambios realizados por el Gobierno.
El representante Edward Rodríguez (Centro Democrático) dijo que “hay que respaldar al gobierno”, y en el caso de Blum destacó que es una mujer que tiene amplia experiencia, fue diplomática y congresista. “Creo que es un buen nombre”, aseveró.
Para la senadora uribista María del Rosario Guerra, la designación de la nueva canciller “es otro acierto” de Duque.
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