La suerte del exministro Andrés Felipe Arias, muy cercano al expresidente Álvaro Uribe, es una verdadera ‘papa caliente’ para el Gobierno, luego de que una corte de Atlanta (EE. UU.) rechazó este lunes una apelación contra su extradición a Colombia y dejó el caso en manos del Departamento de Estado.
El exministro de Agricultura, a quien la Corte Suprema colombiana condenó en ausencia a 17 años de cárcel por el llamado caso Agro Ingreso Seguro, perdió la batalla por hacerse ver como un perseguido político.
Este viernes llegó al país en un discreto operativo que incluso fue inicialmente negado por las autoridades migratorias pero que se filtró a la prensa. La extraadición a nuestro país del exministro indudablemente pondrá en aprietos al gobierno del presidente Iván Duque, quien al igual que Arias cimentó su carrera pública de la mano del expresidente Álvaro Uribe.
En los sectores más rancios del uribismo se asegura que el proceso contra Arias es político y por eso es previsible que, en caso de que el exministro sea extraditado, desde las mismas filas del Centro Democrático se intensificará la presión sobre el Gobierno para que abogue por él y busque su libertad.
#AriasInocente A todos nuestros amigos, conscientes y conocedores de la enorme injusticia en contra de Andrés Felipe Arias, les pedimos que por favor envíen cartas al Presidente @POTUS para que no extraditen a Andres Felipe https://t.co/1FP3KCDOCl @PaolaHolguin @Juan_EspinalR
— #PaolaMiSenadora (@PaolaSenadora) 8 de julio de 2019
A través del embajador Francisco Santos, el Gobierno había coadyuvado la petición de que el exministro de Agricultura debía ser cobijado con la figura del asilo político.
Pero esa posición tenía, para el presidente Duque y su administración, varias contradicciones implícitas. Así, difícilmente un Gobierno en ejercicio podía sostener internacionalmente que Arias fue condenado injustamente, en un proceso político y no jurídico, sin poner en riesgo la legitimidad y las relaciones con la justicia, especialmente con la Corte Suprema, que impuso la condena.
El argumento de que su seguridad correría riesgo si es traído al país, que también fue enarbolado el uribismo, tampoco dejaba bien parado al Gobierno. Esto porque sea cual sea el sitio de reclusión, la seguridad del condenado dependerá del Ejecutivo, que maneja tanto el Inpec como la Fuerza Pública.
El eventual lugar de detención en caso de ser extraditado, anticipan los analistas, sería otro lío. Si Arias va para una cárcel normal, la queja de un importante sector, del que apoyó el No en el plebiscito por la paz del 2016, será qué es impresentable que el hombre que en su momento fue considerado el heredero político de Álvaro Uribe vaya preso mientras los ex jefes de las Farc andan campantes e incluso con curules en el Congreso.
Eso dice el senador Fernando Araújo: “Será que en la opinión no se preguntarán por qué hay benevolencia con los asesinos de las Farc y hay persecución política contra Andrés Arias? ¿Por qué a Arias le niegan la doble instancia en Colombia?”, cuestionó el congresista uribista.
Lo que hicieron con Andrés Felipe Arias es una injusticia absoluta.
— Fernando Nicolás Araújo (@FNAraujoR) 9 de julio de 2019
¿Será que en la opinión se preguntarán por qué hay benevolencia con los asesinos de las Farc y hay persecución política contra Andrés Arias?
¿Por qué a Arias le niegan la doble instancia en Colombia?
Si su destino fuera una guarnición militar (se habla por ahora de la Escuela de Caballería, en Bogotá), pues también al Gobierno le lloverán críticas de muchos sectores, especialmente de los que estuvieron promoviendo en los últimos días el trámite de un proyecto en el Congreso para acabar con todos los beneficios para quienes sean condenados por delitos relacionados con defraudaciones al erario, como es el caso de Agro Ingreso Seguro.
En el Gobierno hay fuentes que sostienen que las mayores dificultades para Duque provendrían de su propio partido, que considera que el jefe de Estado debe tomar medidas ante la justicia en procura de solventar la situación de Arias. Pero el Gobierno entiende que no puede entrar en una ‘guerra’ con las cortes por
cuenta del exministro, menos en un momento en el que la Suprema debe elegir al nuevo Fiscal General, de terna que enviará el Ejecutivo.
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El analista Jairo Libreros, de la universidad Externado, sostiene que la eventual llegada de Arias es una encrucijada para el jefe de Estado: "Él sabe que el uribismo lo va a presionar para que endurezca su discurso contra la Corte Suprema y para que tramite un proyecto de ley para que haya una segunda instancia retroactiva”. En el mismo sentido, Iván Garzón, profesor de ciencias políticas de la universidad de La Sabana, considera que Duque va a tener que decidir entre resistir a los sectores más duros de su partido (encabezado por el expresidente Uribe) o arriesgarse a un choque de trenes con las altas cortes.
“El Presidente en el pasado reciente ha dado peleas mal casadas como las objeciones a la JEP y el manejo del pedido de extradición de los negociadores del Eln”, dijo el catedrático.
Sin embargo, hay quienes consideran que el Presidente no tendrá mayores inconvenientes. “No veo que sea problemático el retorno de Arias. Sería problemático lo que está haciendo el uribismo, porque no tiene sentido que pidan extraditar de aquí para allá, pero al tiempo digan que el tratado no está vigente y que por lo tanto no deberían extraditar a Arias”, dijo Alejo Vargas, de la universidad Nacional.
Para Vargas, aquí el exministro podría estar en mejores condiciones de las que tiene en Estados Unidos. “Creo que eso no genera mayor problema, es el bochinche del momento, y terminado ya todo se calma”, dijo.
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