¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Política

‘Para Chávez, Fidel fue como su padre, su figura histórica y heroica’

El expresidente de Venezuela Hugo Chávez y Fidel Castro consolidaron una amistad muy fuerte.

El expresidente de Venezuela Hugo Chávez y Fidel Castro consolidaron una amistad muy fuerte.

Foto:AFP

Entrevista con Catalina Lobo-Guerrero, autora del libro 'Los restos de la revolución'.

ARMANDO NEIRA, EDITOR DE POLÍTICA
Por decisión propia, la periodista colombiana Catalina Lobo-Guerrero quedó atrapada en una Venezuela en la que cada día se libraba una batalla entre quienes creían en las promesas de la revolución y una oposición abrumada por los acontecimientos. Había llegado a Caracas en 2012, pero fue aplazando su regreso con la terquedad de quien quiere comprender. Estuvo cuatro años
¿Cómo es posible que este país que en un tiempo llegó a ser el más rico de Latinoamérica terminara expulsando a cinco millones de sus hijos a deambular como mendigos por las calles y carreteras del resto del continente? La respuesta está en las 592 páginas de Los restos de la revolución: crónica desde las entrañas de una Venezuela herida, un libro que recoge lo visto por esta reportera que ha publicado en The New York Times, El País y The Guardian, entre otros medios.
¿Por qué y para qué escribir su libro?
¿Por qué? Por necesidad. ¿Para qué? Para tratar de entender. Venezuela me fascinaba, pero también me desconcertaba, me daba miedo. Cuando algo te inquieta tanto, no solo como periodista, sino como persona, no queda más remedio que sentarse a escribir para descubrir por qué.
En estos tiempos en los que la información vuela al ritmo frenético de los clics, ¿qué significa persistir en el periodismo de profundidad?
Un libro es una maravillosa segunda oportunidad que los periodistas tenemos. Podemos transformar esas primeras impresiones y esa reportería urgente que hacemos en el día a día en un relato distinto y mejor: con más espacio, más matices, más contexto y más capas de sentido que solo encuentras si te permites trabajar desde otro lugar y a otro ritmo.
Desde dentro, ¿cómo se vive Venezuela? ¿Cómo es la vida cotidiana?
Ya no estoy allí, y como no es una situación estática, no me atrevo a responder esa pregunta desde Bogotá. Pero eso fue justamente lo que quise hacer cuando me fui a Venezuela hace unos años: entender qué había sucedido en el país, viviéndolo, como una residente más. Y es desde esa doble condición, de extranjera y residente, que escribo el libro, en el que, además de los protagonistas principales, retrato las historias de ciudadanos comunes que me contaron con mucho detalle cómo la revolución transformó sus vidas cotidianas, para bien o para mal.
Al ver a la Venezuela de hoy, hay que mirar al pasado. ¿Cómo llegó Hugo Chávez al poder?
Creo que Chávez llegó al poder porque la sociedad venezolana estaba harta de la clase política corrupta, de los partidos tradicionales, del sistema imperfecto de la democracia representativa liberal, de la desigualdad. Él irrumpió en la escena en ese momento de crisis y prometió cambiarlo todo. Y tenía un empaque que a muchos venezolanos les gustaba: militar, pico de oro, una figura carismática que sedujo a millones de personas y luego ejecutó una venganza que muchos estaban esperando, pero quizás no estaban muy conscientes de lo que eso implicaba.
La periodista colombiana vivió por cuatro años la situación de
Venezuela desde adentro. Su libro recoge lo visto en esta
experiencia.

La periodista colombiana vivió por cuatro años la situación de Venezuela desde adentro. Su libro recoge lo visto en esta experiencia.

Foto:Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO

¿En qué momento y por qué Chávez decidió abrazar a La Habana?
Más que abrazar a La Habana, creo que Chávez se abrazó a Fidel Castro primero, como a un padre, a su figura histórica y heroica, y quizás se vio reflejado en él, por su astucia política y talento mediático. Y Castro vio rápidamente que podía ejercer una influencia notable sobre Chávez y sacarle todo el provecho. Lo invitó a Cuba cuando Chávez no era nadie y lo recibió como un jefe de Estado en el aeropuerto. Poco a poco, fue convirtiéndose en su mentor, su confidente. Se acercaron mucho más después del golpe de Estado de 2002 y esa relación personal se tradujo luego en acuerdos binacionales que continúan hasta hoy.
Analistas como Moisés Naím dicen que Venezuela no sostiene a la quebrada Cuba, sino que Cuba es la que manda sobre Venezuela. ¿Qué piensa usted?
Allá me hablaban de ‘Venecuba’ de ‘Cubazuela’, me decían que estaban unidas hasta por un cable submarino que es como el cordón umbilical entre los dos países. No sé cuál es la madre, porque Cuba se ha alimentado de todo el petróleo venezolano que ha podido, pero Venezuela le hace mucho caso a los que mandan en la isla, y cada vez han ido ejerciendo una mayor injerencia en distintas áreas. Quizás una de las más importantes sea la inteligencia y contrainteligencia militar.
¿Lo cuenta en su libro?
Sí. Hay un capítulo que se llama ‘La doctrina incubada’, y justamente se enfoca en la manera como la doctrina militar cubana ha incidido en la transformación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
¿Por qué cree que Chávez se decantó por Maduro y no, por ejemplo, por Diosdado Cabello?
Hay una imagen que me parece muy diciente: el día en que Chávez salió de la cárcel de Yare y fue a llevar una ofrenda floral al mausoleo de Simón Bolívar, el que estaba allí, a su lado, sirviéndole de escolta y escudándolo de la romería era Maduro. Le cuidaba la espalda, literalmente, desde sus inicios como líder político, a mediados de los 90 y luego fue un cuadro muy leal, que seguía sus órdenes sin cuestionarlo.
¿Cree que Cuba influyó?
Sí porque Maduro fue muy pro-Cuba, desde joven, y hasta pasó una temporada en la escuela de cuadros del Partido Comunista, Julio Antonio Mella, en La Habana. Diosdado, en cambio, es militar y entre los militares venezolanos hay, o había, mucho recelo de que los cubanos se metieran tanto en sus asuntos. Además, alrededor de Diosdado, de otros ministros y figuras del chavismo había ya algo de ruido de que tendrían otros intereses y negocios, y quizás Chávez temía que eso fuera un factor que pudiera ensuciar su legado.
En la actualidad, al mirar hacia Venezuela aparece gravitando la imagen de ‘Iván Márquez’, disidente de las Farc. ¿Desde cuándo cree usted que él tuvo una relación con quienes ahora controlan el poder?
Leí varios de los correos del computador de ‘Raúl Reyes’.Hay unos en los que ‘Iván Márquez’ relata que están entrenando con explosivos a miembros de los Círculos Bolivarianos, coordinados por el alcalde del municipio Libertador en Caracas, Freddy Bernal. Yo no sé si Chávez aprobó esos cursos para la que, se suponía, sería su guardia de defensa personal, integrada por civiles.
Desde el exterior se ve una oposición muy fracturada. ¿Es así? ¿Por qué pasa eso?
La oposición venezolana es muy heterogénea, quizás lo único que muchos tienen en común es que son antichavistas. Allí hay gente de derecha, pero también de centro y de izquierda, y ponerse de acuerdo ha sido muy difícil. Los egos y agendas personales de algunos de sus integrantes, y la incapacidad de leer el país de una manera más amplia y sobre todo a su adversario –que ha sido muy exitoso al armar estrategias para fragmentarlos y ha ido descabezando a sus figuras principales– les ha impedido ser exitosos como bloque.
Frecuentemente, las autoridades tanto de EE. UU. como de Colombia dicen que el poder en Venezuela está permeado por el narcotráfico. ¿Usted qué vio?
Yo vi Hummers y camionetotas engalladas rodando por las calles de Caracas que no he visto aquí y gente que gastaba a todo dar en restaurantes, hoteles y almacenes de superlujo. Uno podría decir que eso es así porque en Venezuela siempre hubo mucha plata por el petróleo, pero en la última década también han prosperado quienes se dedicaron al crimen organizado y a toda clase de negocios corruptos.
¿Eso incluye el negocio del narcotráfico?
Por supuesto, y buena parte de las avionetas cargadas de cocaína salen de Venezuela hacia Honduras y México. Pero también ha habido contrabando de gasolina, de medicinas, de alimentos, de chatarra, etc., y toda clase de contratos truchos con entidades del Gobierno y esquemas sofisticados, hasta de importaciones ficticias, con los que algunas personas han hecho grandes fortunas.
El presidente Duque dijo en un momento que a Maduro le quedaban horas en el poder, y no solo no fue así, sino que allí sigue. ¿Por qué cree que pasa esto?
Me impresiona la ligereza con la que algunas personas, pero especialmente presidentes, van hablando de la salida de Maduro, como si bastara con decirlo para que suceda, y como si un vacío de poder o un golpe fuera la solución más idónea para la crisis profunda que vive Venezuela. No sé si Duque lo dice para la tribuna de aplausos y las encuestas de popularidad, pero la realidad es que los gobiernos de Colombia, de otros países de la región y los Estados Unidos, con Trump, adoptaron estrategias de presión como las sanciones económicas que no funcionaron para tumbar a los Castro en Cuba, y que tampoco han sido efectivas con Maduro.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros, pero tal vez nunca como ahora los dos gobiernos piensan tan distinto y están tan separados. ¿Qué reflexión hace de esta situación?
Me pregunto para qué sirve romper relaciones cuando hay millones de colombianos que viven allá, pero se quedaron sin cierta protección consular y diplomática, y en Colombia hay millones de venezolanos que tampoco pudieron tramitar pasaportes y otros documentos necesarios para que les dieran una visa o un permiso temporal.
ARMANDO NEIRA
Editor de POLÍTICA de EL TIEMPO
@armandoneira
ARMANDO NEIRA, EDITOR DE POLÍTICA
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO