Si bien es posible que el Senado cierre hoy la puerta a esa sanción -por ahora- en la Cámara de Representantes hay sectores interesados en intentarlo.
Cada corporación es autónoma para iniciar este proceso.
El presidente del Senado, Ernesto Macías, de la más férrea línea uribista, ha dicho que no dará curso a la moción de censura por “improcedente”.
Macías aseguró que los hechos por los que el ministro Carrasquilla es acusado (haber utilizado su paso por esa misma cartera en el gobierno de Álvaro Uribe para defraudar a algunos municipios con los llamados 'bonos de agua') no tienen nada que ver con su ejercicio de hoy.
“No procede en cuanto los hechos que se endilgan al hoy ministro Carrasquilla corresponden a sus actuaciones, presuntamente, en otro gobierno hace más de 10 años”, dijo Macías, citando un informe de sus asesores jurídicos en el Senado.
El principal promotor de la moción contra Carrasquilla, el senador por el Polo, Jorge Enrique Robledo, considera que Macías no tiene competencia para impedir la moción contra Carrasquilla.
“Es una decisión autoritaria del duquismo la de impedir que se haga la moción de censura por corrupción contra Carrasquilla”, dijo Robledo.
Pero la decisión de dar curso a la moción de censura de Carrasquilla, que de prosperar tendría que abandonar el cargo, no está solo en manos del Presidente del Senado. Lo debe resolver la mesa directiva del Senado, compuesta por Macías, la vicepresidenta Angélica Lozano (de ‘los verdes) y el también vicepresidente Eduardo Pulgar (de ‘la U’).
La vicepresidenta Lozano ya expresó que es partidaria de que se vote la moción contra Carrasquilla.
No se sabe el criterio de Pulgar, pero se cree que se pondrá del lado del Ministro, pues su partido es afecto al gobierno y él ha sido defensor del gobierno de Duque.
Carrasquilla es acusado por el senador Robledo y por el periodista Daniel Coronell, de enriquecerse y haber empobrecido los fiscos de 117 municipios, mediante una operación financiera que permitía a esas entidades territoriales comprometer recursos en proyectos de agua y saneamiento básico, a altos costos financieros.
La norma les permitía a los municipios pignorar sus ingresos futuros destinados a agua y saneamiento.
Según Robledo y Coronell, Carrasquilla habría preparado toda esa operación desde cuando era ministro de Hacienda, a través de reformas legales. Además, según el senador, Carrasquilla se ganó 14 mil millones por año, durante cinco años, mediante esa operación.
“Yo no me enriquecí” y “ningún municipio se empobreció” con los “bonos de agua”, explicó Carrasquilla, primero a través de una declaración pública y luego en su intervención ante el Senado.
Más allá de si el ministro o sus acusadores tienen la razón, el ambiente político en el Congreso, donde la oposición, aunque no es mayoritaria, sí tiene gran protagonismo, está caldeado.
Pero si la moción tiene tropiezos en el Senado, controlado desde la Mesa Directiva por el uribismo y sus aliados, en la Cámara no se sabe qué suerte pueda tener.
En la cámara, el uribismo y sus aliados no tienen la fuerza suficiente para detener la moción. La oposición tampoco, por sí sola, puede aprobarla. De ahí que será clave el papel que asuman fuerzas como el liberalismo y Cambio Radical, que como independientes, podrían inclinar la balanza en la Cámara de Representantes.
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