El proyecto de reforma política que se tramita en el Senado está enredado por la falta de apoyo para su aprobación, a pesar de que uno de los tres que priorizó el Gobierno para aprobar mediante la vía rápida o fast track, que vence este jueves.
La iniciativa se enredó particularmente porque un importante grupo de senadores de los partidos afines al Gobierno están en contra de este proyecto. No les gusta.
Los conservadores se oponen a la iniciativa y el senador Mauricio Lizcano, de 'la U', ya lleva más de 30 firmas de legisladores que están en contra.
La reforma política, que fue concebida para acabar con algunas de las malas prácticas electorales, entre otros puntos, contempla la posibilidad del transfuguismo cuando un partido decida hacer alianzas, las coaliciones de partidos para aspirar al Congreso y que los movimiento políticos puedan avalar candidatos cuando tengan un determinado número de afiliados.
El senador conservador Juan Diego Gómez confirmó que la decisión de su partido es presentar una proposición pidiendo el archivo del proyecto. "Hay un cambio de juego electoral sobre la marcha que no es bueno", dijo.
Ante esto, el Gobierno decidió dejar el debate para este martes, mientras consigue los respaldos legislativos necesarios y anunció que "se eliminarán los artículos que no sean esenciales" para para la implementación del acuerdo de paz.
Y dentro de esos artículos que se buscan retirar para salvar el proyecto está "la decisión de eliminar el transfuguismo", según dijo el viceministro del Interior, Luis Ernesto Gómez.
Esto fue ratificado por el ministro Guillermo Rivera, quien en su cuenta Twitter escribió: "El Gobierno Nacional no apoya el transfuguismo y solo respaldará en la plenaria del Senado un texto de la reforma política apegado al acuerdo de paz".
"Se elimina porque es un tema que por estar tan cercano al proceso electoral genera muchos inconvenientes", dijo Gómez.
El senador Roy Barreras, uno de los gestores de la posibilidad de que los congresistas en un determinado momento puedan cambiar de partido sin sanciones, lamentó que el proyecto esté tambaleando y dijo que el problema a radica en que los partidos grandes creen que si no lo hunden los partidos pequeños podrán hacer coaliciones que los afecten, cuando realmente hundirlo es "suicidarse".
"Hay muchas dudas alrededor del proyecto y por eso está enredado", dijo Efrain Cepeda, presidente del Senado. "Ese proyecto ya está virtualmente muerto", agregó el senador Armando Benedetti.
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