El proyecto de reforma política y electoral comenzó este miércoles su octava sesión en la Comisión Primera de Cámara, y de la iniciativa solamente se han aprobado 4 artículos de los 23 que tenía originalmente.
Al comenzar la sesión de este miércoles, el presidente de la Comisión Primera de Cámara, Carlos Arturo Correa, recordó que esta era la octava sesión en la que se debatía el proyecto y, por ello, pidió a sus compañeros “celeridad” en el trámite de la iniciativa.
La existencia de este proyecto, que atraviesa su primero de cuatro debates, fue un acuerdo entre el Gobierno y las Farc y su propósito es abolir costumbres como la compra y venta de votos, la financiación irregular de campañas y la violación de topes en esas empresas electorales.
Como se trata de cambiar las reglas de juego para las campañas electorales, cada punto es debatido extensamente y hasta el último detalle es objeto de análisis entre los congresistas.
Tal vez por ello el balance no parece muy alentador: de 23 artículos que tenía la ponencia o texto que se puso a consideración de la Comisión Primera de Cámara solamente se han aprobado 4. Otros siete fueron eliminados.
Esta lentitud en la discusión y votación del proyecto, a juicio de observadores, se explicaría en dos causas principales.
La primera es el poco tiempo que ha tenido la Comisión Primera de Cámara para ocuparse de la votación del proyecto.
En prácticamente todas sus sesiones, la célula legislativa ha tenido que parar su trabajo para que sus integrantes acudan a la plenaria de la Cámara, la cual está siendo citada alrededor de las 2:00 de la tarde.
Según el reglamento del Congreso, las comisiones (como la Comisión Primera) no pueden sesionar al mismo tiempo que las plenarias, razón por la cual los debates sobre la reforma política, en la Comisión Primera, han tenido que suspenderse en el momento en que se abre la plenaria de la Cámara.
Así las cosas, la célula legislativa ha tenido que destinar solamente entre dos y tres horas para avanzar en el proyecto, el cual demanda un extenso debate.
La segunda razón es que prácticamente cada tema se ha tomado una sesión. Un ejemplo de ello ocurrió este martes, cuando se debatió y aprobó el artículo que dejó vivos los grupos por firmas y habilitó una vía adicional para avalar candidatos.
Ese día, la mayor parte de las tres horas que duró la sesión se destinó al debate de este artículo, sobre el cual intervinieron –sin límite de tiempo- prácticamente todos los integrantes de la Comisión Primera de Cámara, que, además, es la más grande del Congreso: tiene 35 integrantes.
A estas dos razones se suman las críticas que ha recibido la reforma política, las cuales han provenido de partidos políticos, órganos de control, Registraduría y Consejo Nacional Electoral.
Una de las principales consecuencias de esta demora estaría en que hasta que la reforma política no termine su paso por la Comisión Primera de Cámara, el proyecto que fija las reglas para la justicia para la paz no podrá comenzar su trámite.
Esta última iniciativa, vital para el proceso de paz, debe ser tramitada en comisiones primeras conjuntas de Senado y Cámara, pero la lentitud con la que se tramita la reforma política imposibilita que estas células legislativas puedan ser citadas.
Para este miércoles, en cuanto a la reforma política, se espera que la Comisión Primera de Cámara agote la discusión y votación del artículo que regula la financiación estatal de los partidos políticos y los anticipos que se darían a las campañas electorales.
POLÍTICA
Comentar