El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo se jugará días cruciales para defender su continuidad en el cargo.
A esta hora, la Cámara de Representantes somete al ministro de Defensa a un debate de moción de censura en el que, si bien es poco probable que se consigan las mayorías para su salida del Gobierno, se juegan intereses políticos de lado y lado e incluso, según analistas, se empezará a marcar el derrotero para lo que será la campaña presidencial.
El ministro responde por los casos de abuso de la fuerza por parte de policías y militares que se han conocido en los últimos días y el posible desacato a un fallo de la Corte Suprema de Justicia, en el que se le ordenaba pedir disculpas por las actuaciones del Esmad en las manifestaciones de noviembre del año pasado.
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Como lo ha reconocido la oposición, este será un golpe más mediático de trasladar la indignación ciudadana al Capitolio Nacional, que los efectos reales que pueda tener la moción de censura. Este debate es un golpe duro para el Gobierno en la medida en que implica que tendrá que dar explicaciones uno de los funcionarios con más jerarquía en el Ejecutivo.
Pero más allá de los efectos políticos, según puedo indagar este diario, es poco probable que en la Cámara de Representantes se logren los 87 votos para tumbar al ministro de Defensa. La votación en la que se decidirá si Carlos Holmes Trujillo puede seguir o no en su cargo será el próximo martes 13 de octubre a las 2 de la tarde.
De entrada, Carlos Holmes Trujillo cuenta con el apoyo en pleno de la bancada del Centro Democrático (33 representantes), del Partido Conservador (21 congresistas) que ya emitió un comunicado en apoyo al ministro, y de los sectores cristianos (tres congresistas) y de un importante bloque del Partido de ‘la U’.
A ese grupo, según le dijeron a EL TIEMPO tres congresistas de la colectividad, se uniría Cambio Radical (30 escaños), que si bien actúa en la independencia ha apoyado en las últimas oportunidades al Gobierno en temas claves, como la elección de la exministra de Justicia Margarita Cabello como Procuradora General. El partido se reunió este lunes y acordó que una vez escuchen al ministro este miércoles tomará una decisión para votar en bloque.
En esta oportunidad, contrario a otras mociones de censura, el Gobierno llega con una coalición más sólida, pues ha otorgado mayor representación a otros partidos, como el caso de los ministerios de TIC y Salud, carteras dirigidas por personas cercanas a Cambio Radical, el de Trabajo, que algunos miembros de ‘La U’ perciben como propio y los de Justicia y Agricultura, con nombres afines al conservatismo.
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El otro partido con amplia presencia en la Cámara es el Partido Liberal (35 parlamentarios). Algunos miembros de la colectividad, como los representantes Juan Carlos Losada y José Luis Correa, firmaron la propuesta de moción de censura, pero otros congresistas ‘rojos’ temen darle “en bandeja de plata una victoria a la oposición”, al sacar al ministro.
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De esta manera, la oposición junto a algunos congresistas rebeldes de otras colectividades, de no darse un hecho extraordinario, como que alguno de los partidos mayoritarios votara en bancada para sacar al ministro, lograría reunir máximo 30 o 40 votos, lo que no alcanza a ser suficiente.
De hecho, la semana pasada, en un debate de control político en la Cámara al que el ministro envió una excusa para no asistir, la votación por aceptársela fue de 96 votos por el sí y 24 por el no, lo que sería un termómetro de lo que sucedería en esta corporación.
En los casos en que la moción estuvo más cerca de prosperar, los ministros renunciaron y los presidentes hicieron uso de su facultad para nombrar reemplazos
En Colombia, la moción de censura fue establecida en la Constitución de 1991 y luego fue reformada en 2007 (Acto legislativo 01). En ambos casos, el propósito fue limitar el poder presidencial y establecer un control político y rendición de cuentas efectivos del Legislativo sobre el Ejecutivo.
Ha servido fundamentalmente para debatir y para que la prensa y la opinión pública se enteren de algunos temas y problemas de la gestión y de las políticas públicas; pese a esto, ninguna de las mociones propuestas ha prosperado.
Según lo señaló el investigador Javier Duque Daza, en el documento ‘La moción de censura en Colombia: reglas, coaliciones e intentos fallidos’, entre 1991 y 2014 se presentaron 23 iniciativas o intentos de moción de censura, y ninguno obtuvo las mayorías requeridas, lo cual se explica porque durante estos seis gobiernos los presidentes siempre han contado con coaliciones mayoritarias en el Congreso.
Entre 2014 y 2020 se han hecho otros cinco intentos de moción de censura, tres de los cuales han sido en el gobierno del presidente Iván Duque: el exministro de Defensa Guillermo Botero, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y la ministra de Transporte, Ángela Orozco.
“En los casos en que la moción estuvo más cerca de prosperar, los ministros renunciaron y los presidentes hicieron uso de su facultad para nombrar reemplazos. Fueron mociones frustradas, aunque sirvieron de presión para que algunos ministros renunciaran a sus cargos”, señaló Duque Daza.
Lo anterior fue lo que ocurrió con el exministro Guillermo Botero, quien al percibir que había perdido las mayorías prefirió renunciar a tener que someterse a la votación de moción de censura.
Tal como lo aseguran varios analistas, esta moción de censura tienen más carga política que consecuencias reales sobre la eventual salida del ministro.
Este debate se da justo en momentos en que los partidos empiezan a analizar sus movidas para lo que será la campaña electoral de 2022 y, en este caso, ambos sectores podrían salir fortalecidos.
En la baraja de opciones para 2022, muchos ven a Holmes Trujillo como uno de los eventuales candidatos más fuertes del Centro Democrático, esto a pesar de que el ministro ha dicho que por ahora está concentrado “en la seguridad de los colombianos”
Holmes Trujillo ha sido canciller de la república, embajador ante la OEA, Rusia, Suecia y Bélgica, constituyente de 1991, alcalde de Cali, ministro de Educación y ministro del Interior.
Este tipo de situaciones, como la moción de censura, le sirven para seguir subiendo el tono y consolidarse como una ficha clave de la centro derecha
“El ministro de Defensa está en un gana – gana, si quiere aspirar a la Presidencia en el 2022 tendría que renunciar antes de marzo del próximo año, este tipo de situaciones, como la moción de censura, le sirven para seguir subiendo el tono y consolidarse como una ficha clave de la centro derecha”, aseguró Iván Mora, politólogo de la Universidad Nacional.
Mientras tanto, como lo explicó Mora, la oposición busca “capitalizar la indignación ciudadana, de donde saldrá otra carta fuerte para las presidenciales”
Este miércoles, el ministro de Defensa deberá entregar las explicaciones de los temas por los que se le pretende censurar y, según la norma, máximo diez días después deberá haber una votación en la que se decide si estos argumentos fueron convincentes y el funcionario puede seguir en su cargo.
- ¿Qué es la moción de censura y en qué casos se se aplica?
- ¿Debe seguir el ministro de Defensa en su cargo?
JAVIER FORERO ORTIZ
Redacción Política
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