Congresistas de la oposición le enviaron una carta a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, para expresar su rechazo al decreto del presidente Iván Duque que le da vía libre a la aspersión aérea de los cultivos de coca con glifosato.
La comunicación, que también está dirigida al presidente ‘pro tempore’ del Senado, Patrick Leahy, y a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, fue firmada por Gustavo Bolívar, presidente de la Comisión Interina sobre Política de Drogas, Feliciano Valencia e Iván Cepeda. Y se suscribieron los senadores Luis Fernando Velasco, Gustavo Petro, Antonio Sanguino, Temístocles Ortega, Iván Marulanda, María José Pizarro, Armando Benedetti, Alexánder López, Guillermo García Realpe, Aída Avella, Jorge Londoño y Julián Gallo (Carlos Lozada).
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“A través de este documento técnico dejamos constancia de nuestro rechazo al uso del glifosato, debido a su poca eficacia y sus enormes costos económicos, sociales y ecológicos tanto para Colombia, como para Estados Unidos”, comienza la carta de los parlamentarios.
Rechazo al uso del glifosato, debido a su poca eficacia y sus enormes costos económicos sociales
En la misiva hicieron un “breve panorama del estado actual” de la implementación del programa de sustitución de cultivos PNIS, que desde su posición, ha sido “eficaz”, pero está "desfinanciada".
“El tráfico de drogas y sus actividades conexas representan un riesgo para la integridad física de las personas, la estabilidad social, el monopolio estatal del uso de la fuerza, el orden público, la democracia e incluso para el medioambiente”, señalan.
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Y hacen un llamado al Congreso y al presidente de Estados Unidos para que ese documento sea considerado y tenido en cuenta "en las decisiones de política exterior en América Latina en lo que respecta a la lucha contra el narcotráfico”.
Entre sus argumentos exponen que "el Plan Colombia demostró que el glifosato no fue efectivo para reducir la oferta o la demanda de cultivos y sustancias ilícitas, al menos en el largo plazo", pues entre el año 2000 y 2015 se fumigaron millones de hectáreas de coca, pero "el uso de glifosato solamente logró reducir los cultivos ilícitos por dos años.
"El glifosato no solo ha sido una estrategia fallida dentro de la política antidrogas y de seguridad, sino que además ha tenido efectos colaterales muy negativos, entre los cuales resaltamos la deforestación en ecosistemas de gran importancia global como la Amazonía", agregan.
En este sentido le solicitan al Congreso de los Estados Unidos "no apoyar la reanudación de las fumigaciones con glifosato como mecanismo para combatir los cultivos de uso ilícito en Colombia y, por el contrario, apoyar la implementación del punto 4 del Acuerdo de Paz, el cual el Gobierno colombiano ha dejado desfinanciado”, dicen los congresistas.
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No apoyar la reanudación de las fumigaciones con glifosato como mecanismo para combatir los cultivos de uso ilícito en Colombia
De este modo, advierten que la sustitución de cultivos ha sido una estrategia probada con tasas de efectividad superiores al 90 por ciento.
Con recursos gráficos, los parlamentarios hacen un recuento de la utilización del glifosato en varias regiones del país ente los años 2000 a 2018, para argumentar que no ha funcionado y buscan demostrar que los cultivos ilícitos han disminuido con la erradicación manual.
Adicionalmente, aseguran que "el éxito logrado en la reducción del cultivo de coca no se ha traducido precisamente en una disminución de la producción de cocaína y de su consumo".
Y afirman que "el mercado de coca en Colombia es más grande que los esfuerzos de aspersión aérea de miles de millones de dólares: incluso en los años más generosos de cooperación de Estados Unidos".
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Así mismo, son conscientes de que los narcotraficantes se las han ingeniado para continuar con el negocio y producir más hectáreas de coca y mejorar su rendimiento.
“Exigir a Colombia que reanude las fumigaciones de cultivos de coca es un desperdicio menor de millones de dólares en comparación con el gran músculo económico que tiene este mercado ilegal para mover actividades por todo el país”, dicen.
Finalmente, advierten que la solución debe ser la sustitución de cultivos y reiteran su apoyo por lo firmado en el acuerdo con las Farc en La Habana. "La erradicación de las plantaciones de coca en Colombia requiere más inversión social que una guerra
química", puntualizan.
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