El representante a la Cámara por Bogotá, José Daniel López, habló del proyecto que presentará para que las sesiones en el Congreso puedan hacerse de forma virtual como medida por el coronavirus, el cual ya deja 54 casos en todo el país.
¿En qué consiste este proyecto que presentará?, ¿si es posible que el Congreso cambie su sede?Este es un proyecto de ley que bien también puede tramitarlo el gobierno como decreto con fuerza de ley si declarara un estado de excepción por la emergencia del coronavirus. Básicamente se crea un marco jurídico para que el Congreso pueda sesionar de manera digital, de manera virtual.
Hoy la Constitución no prohíbe esta posibilidad, de hecho contempla la posibilidad de que sesione en un lugar distinto a su sede tradicional en motivos extremos como turbación del orden público.
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Establecemos que el Congreso podrá sesionar virtualmente por convocatoria de los presidentes de las cámaras o de las comisiones, cuando haya situaciones excepcionales o que también lo puedan hacer mujeres u hombres que tengan licencia de paternidad o maternidad.
Se faculta al gobierno para que en los 15 días posteriores a la expedición de la ley adelante un contrato mediante la figura de urgencia manifiesta, que permita contratar la plataforma y el talento humano necesarios para la puesta en funcionamiento de este software.
¿Mediante qué plataforma se puede desarrollar una sesión tan compleja como es una Plenaria de la Cámara?No me atrevo a mencionar alguna plataforma en particular porque no quiero hablar a favor o en contra de alguna. Lo que puedo decir es que existen tecnologías ampliamente desarrolladas que de hecho ya se están implementando, por ejemplo en España, donde el Congreso está contemplando la posibilidad trabajar de manera digital durante esta crisis.
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Aquí el reto es contra el tiempo porque no es responsable habilitar las sesiones en el Congreso, ya que por allí pasan cerca de 5 mil personas semanalmente, pero tampoco la democracia se puede quedar sin Congreso o dejaría de ser democracia.
Por eso planteamos dos opciones. Una es que el Gobierno promulgue esta reglamentación vía decreto ley o dos que el Congreso lo tramite como proyecto de ley, si el Gobierno le da mensaje de urgencia, para lo cual creemos que se puede tardar tres o cuatro semanas.
Pensar en suspender las sesiones es el camino más responsable en el corto plazo, pero dejar al país sin Congreso es muy peligroso desde el punto de vista institucional. Primero porque implicaría dejar al país sin control político durante esta crisis y segundo porque significaría el hundimiento de proyectos que requieren ser tramitados este semestre o se hunden por términos como el de cadena perpetua para violadores, el de región metropolitana o la ley del empleo del adulto mayor.
Hay que encontrar una figura que permita salvaguardar la integridad de quienes van al Congreso, pero sin que la democracia colombiana se quede sin Congreso.
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