Alejandro Carlos Chacón, presidente de la Cámara de Representantes, está bajo sospecha de ser el principal responsable de haber propiciado el hundimiento de la ley que ordenaba el envío de los corruptos a cárceles intramurales.
Sobre él han llovido hoy todos los epítetos impronunciables, a través de las redes sociales.
Su decisión ha puesto en entredicho la transparencia del Congreso como institución y la capacidad de esta de luchar contra uno de los cánceres, si no el más grave de la sociedad: la corrupción.
Por su culpa el Congreso amaneció siendo hoy, para muchos, un símbolo de corrupción.
Chacón incurrió en varias acciones que condujeron a la muerte del proyecto.
Por un lado aparecen dos versiones sobre la designación del conciliador.
Según el Senado, Chacón dijo verbalmente al secretario de la Cámara, Jorge Humberto Mantilla, que el conciliador sería Gabriel Vallejo.
Pero cuando le llevaron la conciliación firmada por Vallejo, Chacón dijo que el conciliador sería Jairo Cristo.
De hecho, Vallejo alcanzó a firmar el documento, que después tuvieron que romper, porque Chacón no lo aceptó.
Y cuando Cristo ya estaba trabajando con el conciliador del Senado, Germán Varón Cotrino, también según el Senado, Chacón levantó la sesión. En ese preciso instante.
Su argumento es que el expediente no le llegó a tiempo, del Senado, para cumplir esa diligencia.
Muchos sostienen que no se trató de una decisión accidental, ni un olvido, sino de una actitud deliberada y consciente de los resultados que produciría.
Pero Chacón, según la Presidencia del Senado, incurrió en otros dos hechos que no ha explicado: exigió el envío de las actas de la sesión del lunes donde el Senado aprobó el proyecto, la Gaceta de la publicación y todo el expediente.
A juicio del presidente del Senado, Ernesto Macías, Chacón solo pidió estos documentos para el caso de la ley anticorrupción. Para ningún otro.
Y, además, levantó la sesión y no dio espera a solucionar el problema.
Al comportamiento de Chacón, este miércoles, se suman otros antecedentes que no lo dejan bien parado en términos de transparencia.
También en sus manos, como presidente de la Cámara, encontró el fin de sus días la reforma a la justicia que promovía la hasta hace poco ministra del ramo, Gloria María Borrero, en esta legislatura.
Este abogado y profesor de derecho de una universidad de Cúcuta, de donde es oriundo, también formó parte de la Comisión de Conciliación, en cuyas manos murió la famosa reforma a la justicia de 2012, proyecto que también había surtido todos los debates.
Esa reforma a la justicia es una de las que llegó más lejos como proyecto. Se aprobó. Pero, igual que la cárcel para los corruptos, se hundió en la conciliación y por esa razón se fue de su cargo el ministro del ramo, Juan Carlos Esguerra Portocarrero.
Esguerra le dijo a EL TIEMPO recientemente que en esa oportunidad los congresistas fueron “mezquinos”.
Sumando antecedentes Chacón aparece como alguien experto en hundir proyectos. Y proyectos que tienen que ver con temas de justicia.
A muchos les llama la atención que quien aparece como protagonista de estos hechos sea un abogado con especialización en derecho administrativo y maestría en derecho penal. Un conocedor del derecho.
Se trata de todo un personaje: irreverente y coloquial. De maneras discretas. Impredecible. Y muy hábil para las transacciones políticoelectorales.
Como líder político nació a la sombra de Cambio Radical en Cúcuta, pero migró luego a las toldas liberales donde permanece hoy.
Ningún jefe político alega autoridad sobre sus actuaciones. Quienes lo conocen en su actividad pública saben que Chacón suele hacer lo que le parece.
Ocupó diversos cargos en la Alcaldía de Cúcuta. Inclusive se desempeñó como alcalde encargado de la ciudad en varias ocasiones.
Fue muy cercano del cuestionado exalcalde de Cúcuta Ramiro Suárez, quien se encuentra en prisión por un asesinato cometido por paramilitares.
Claro y contundente @ChaconCongreso @PartidoLiberal pic.twitter.com/D1r9EMbmLt
— Partido Liberal (@PartidoLiberal) 20 de junio de 2019
Este miércoles, en su última sesión plenaria como presidente de la Cámara y a pocas horas de emprender un viaje para China, Chacón se quejó de que los medios de comunicación lo trataran mal.
Pidió que le reconocieran su abnegación y, de hecho, terminó recibiendo aplausos a pesar de todos sus cuestionamientos.
A Chacón tampoco lo favoreció la historia de que, tras el hundimiento de la ley que termina favoreciendo a los corruptos, haya ido a celebrar en una parranda organizada por su partido.
Incluso, está avanzando una demanda disciplinaria en su contra en la Procuraduría.
Pero esta tarde la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, admitió que hubo "confusión" en la designación de los conciliadores para la ley anticorrupción.
La ministra dijo que Vallejo había recibido instrucciones para ser conciliador de otro proyecto, pero que se creyó que se trataba de la conciliación de la ley anticorrupción y por eso la firmó.
La ministra dijo que ella actuó "de buena fe".
A esta hora Chacón va rumbo a China, donde disfrutará de sus vacaciones.
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