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Degeneradas

Mensajes no tan inocentes que enviamos con la ropa que usamos

(I-D) María Juliana Ruiz, primera dama de Colombia; Melania Trump, primera dama de Estados Unidos; la primera ministra británica, Theresa May, y la canciller alemana, Angela Merkel.

(I-D) María Juliana Ruiz, primera dama de Colombia; Melania Trump, primera dama de Estados Unidos; la primera ministra británica, Theresa May, y la canciller alemana, Angela Merkel.

Foto:AFP / Reuters

Las críticas a la Primera Dama en la posesión muestra el estrecho vínculo entre moda y política.

Cindy Morales
Decidir cada mañana qué ropa se va a usar es una actividad común entre las mujeres mortales con cargos normales, que toman bus o taxi para llegar a su trabajo, y las otras que tienen cargos de poder, deciden sobre cómo negociar un acuerdo con Irán, cómo salir del brexit o que ostentan el cargo de Primera Dama.
Claro que hay otros. El machismo en todas las esferas. También los mitos y supuestos de lo que debemos hacer, los techos de cristal, los tabúes, la violencia de género y todo eso que se ha tratado de una u otra manera en Degeneradas. Pero en este podcast se hablará de ropa y de la moda y saber qué atuendo se va a usar es algo que todas las mujeres del mundo hacen.
Algunas de una manera más deliberada y sin mucho orden, otras siguiendo el dictamen de la moda, y unas más más usando ropa que no imaginan el impacto que puede tener. Una prenda en el lugar equivocado dará para que Google tenga cientos de páginas sobre su pésimo gusto. Una prenda en el lugar adecuado llevará al mismo resultado. 
Algo así le pasó el pasado 6 de agosto a la Primera Dama, María Juliana Ruiz. En medio de esa ventarrón, que en muchos sentidos fue la posesión del presidente Iván Duque, hubo una lluvia de críticas por el atuendo que ella usó.
Apuntaban que el vestido que llevó le daba un look aseñorado y que no había sido el indicado para la ocasión ni para una mujer como ella.
Así es la moda. Siempre poniendo el foco en las mujeres. Así es la vida política. Sometiendo a las mujeres a una inspección rigurosa no solo sobre sus elecciones, su cargo – que en el caso de la Primera Dama ni siquiera da remuneración-, sino también sobre su ropa, su cuerpo, sus gustos.

Uno de los retos de las mujeres en la política es ser nosotras mismas y decir que podemos ser inteligentes y estar interesadas en la ropa

Por supuesto, la política está llena de simbolismos y la moda es un acto político por excelencia. Así que, aunque la moda podría ser la parte más banal del poder, también ha mandado mensajes.
Por ejemplo, ¿recuerda la chaqueta que usó Melania Trump para visitar los refugios donde estaban los niños inmigrantes que estaban separados de sus padres? Tenía un letrero enorme que decía: “I really dont care. Do you?” (Realmente no me importa. ¿Y a ti?). Es un detalle menor y al mismo tiempo es un dato que lo dice todo de un gobierno que ha luchado contra la inmigración.
En 2016, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, publicó una foto con una converse rosadas y, de inmediato, la gente colapsó. Lo hacía por una campaña para prevenir el cáncer de mama. Pero si las hubiera puesto para caminar por el Palacio de la Moneda, ¿seguiría siendo un pecado?
El look no debe definir a la Primera Dama María Juliana, pero era un momento importante en el que marcaba una pauta. Ella conscientemente o no, no se dio cuenta de la importancia de ese evento, el resultado fue que no se le vio cómoda. Para bien o para mal, lo que te pones es un mensaje de lo que eres y lo que haces”, afirmó Natalia Díaz, editora de EL TIEMPO, experta en moda y una de las invitadas a ese episodio.
Pero el código del vestuario no solo persigue a las mujeres públicas cuando lo incumplen, sino también cuando por decisión propia deciden se disruptivas.
El power dressing, ese concepto que popularizó la tendencia de que las mujeres se vistieran con cortes masculinos para ser tomadas más en serio, hace rato evolucionó y ha conseguido su propia forma femenina.
Soy mujer y me gusta la ropa. Uno de los retos de las mujeres en la política, en los negocios, en todas las áreas de la vida laboral, es ser nosotras mismas y decir que podemos ser inteligentes y estar interesadas en la ropa”, así respondió la primera ministra británica, Theresa May, quien defiende –casi igual que los intereses de Inglaterra- su capacidad de discutir todos los temas a niveles globales sin que eso le quite ni un milímetro su gusto por la moda y por los zapatos.
Ita María, bloguera de moda y experta en tendencias.

Ita María, bloguera de moda y experta en tendencias.

Foto:Cindy Morales / ELTIEMPO.COM

Incluso Ángela Mérkel, la mujer con el cargo más importante de Occidente, ha llevado la fría vestimenta alemana a una gama de colores que ella misma usa en sus sacos. También está Michelle Obama, quien rompió con la tradición de sus tres antecesores de que la Primera Dama usaba solo pantalones y trajes oscuros. O María Clemencia Rodríguez, la exprimera dama de Colombia, que se convirtió en la embajadora de los diseñadores colombianos y de quien nunca se olvidará los jeans con el mensaje de Fake news (Noticias falsas) que llevó en la primera vuelta de las pasadas elecciones presidenciales.
Michelle Obama, primera dama de Estados Unidos.

Michelle Obama, primera dama de Estados Unidos.

Foto:EFE

María Juliana Ruiz es abogada, trabajó 10 años en la OEA, estudió en el American Institute y también en el Institute Catholique de París. ¿Solo un vestido la definirá? ¿No será mejor empezar a trabajar en cambiar justamente en ese rol colonial y anticuado llamado “Primera Dama”? ¿Debería dejar de lado los típicos temas de mujeres y adentrarse en la política más dura?
“El tema no está en lo que se puso. A la larga ese es un mensaje coherente con lo que pasa con su familia, con lo que pasa con el país, con lo que pasó en la posesión y con lo que se eligió. El problema está más en el rol de la Primera Dama, que es decorativo, que la anula en sus aspiraciones profesionales. Ahora, con ese vestuario casi que también la anular a ella con ese disfraz de señora mayor para que encajara con el rol que se necesitaba” explicó Ita María, bloguera de moda y experta en tendencias.
Para escuchar y descargar este y otros episodios del podcast usted puede ingresar el día y la hora que quiera a http://www.eltiempo.com/podcast/degeneradas, en la plataforma Spreaker y ahora en Spotify.
Además, puede comentar los episodios en redes sociales con el hashtag #Degeneradas.
EL TIEMPO
Cindy Morales
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