El diagnóstico de Angelita, una gata de un año de edad que fue rescatada en Girardot (Cundinamarca), era bastante desalentador cuando la encontraron el pasado diciembre en ese municipio. Al parecer, varios ladrillos le habían caído en la parte trasera de su cuerpo, lo que le causó múltiples fracturas en las patas y en su cola.
Nunca más podría moverse con sus extremidades traseras, tampoco iba a volver a controlar esfínteres y por haberse arrastrado por el piso para intentar desplazarse se había causado lesiones en las piernas, el abdomen y los genitales.
Luego de ser trasladada a Bogotá por la Fundación Kats,una organización que ha rescatado de las calles cerca de 500 gatos en malas condiciones, algunos veterinarios que la vieron señalaron que lo mejor era aplicarle la eutanasia.
Pero esa alternativa fue rechazada por sus rescatistas, quienes en su lugar decidieron luchar por darle una segunda oportunidad. Hoy la tecnología hace parte de ese nuevo camino con el que buscan su renacer. ‘Angelita’ acaba de recibir una prótesis impresa en 3D que le permite volver a caminar sin tener que arrastrarse.
Los voluntarios de la fundación se comunicaron con Miguel Ángel Ortiz, un ingeniero mecánico que a través de su emprendimiento ‘Nucleum’ ofreció su trabajo para ayudar a animales en condición de discapacidad. Hoy la realidad de Angelita es distinta. Aunque se encuentra en un proceso de adaptación del uso de la prótesis, la gata ya se mueve con facilidad, está estable y es la encargada de recibir y guiar a los gatos bebés que llegan al hogar de paso de Anyela Socha, codirectora de la fundación y con quien vive actualmente.

A raíz de las heridas causadas por los desplazamientos, a Angelita tuvieron que practicarle una operación de útero.
David Ramírez/ EL TIEMPO
Pero la creación de la prótesis no fue un proceso fácil teniendo en cuenta que en Colombia no existían modelos de referencia para gatos que sirvieran de guía. “Hay muy poca información, nos tocó comenzarla a hacer desde cero. Fue un aprendizaje desde el momento en que tomamos el caso”, cuenta Ortiz.
Fueron varias semanas de investigación y cada etapa estuvo basada en un proceso de prueba y error. Después de tomar las medidas básicas se diseñaron los bosquejos en papel para crear los primeros prototipos. “Ya habíamos hecho una prótesis para un perro y supusimos que era parecido, pero en este caso los gatos son más flexibles entonces fue más complicado”, explica.
Pero las ventajas que ofrece la tecnología de la impresión 3D ayudaron a superar muchos de los obstáculos. “Básicamente la impresión 3D es poder hacer una pieza de plástico sin necesidad de tener un molde, antiguamente eso era muy costoso, ahora solo tienes que tener un diseño en un computador, se pasa a la máquina y ya está”, comenta Diego Fernando Barrera, ingeniero mecánico, creador de la empresa Tu Impresión 3D y quien colaboró con el proceso de impresión de la pieza.
Los diseños se digitalizan en un software, se realiza la codificación para la impresora y luego, con una micro SD, se ingresa el trabajo final a la máquina. “Hicimos varias pruebas, pero no quedaba bien o funcionaba pero no como queríamos; hubo muchos cambios hasta llegar a lo que tenemos hoy”, explica Ortiz.

Los materiales usados para construir la prótesis costaron alrededor de 250.000 pesos.
David Ramírez/ EL TIEMPO
Al final fueron 9 piezas las que se construyeron y algunas de ellas, como por ejemplo las ruedas, demoraron hasta cuatro horas imprimiéndose. “El proceso se realiza de abajo hacia arriba, se asemeja como a ir construyendo un edificio, se va depositando material sobre cada capa hasta que llegue al final y ya se puede retirar la pieza”, cuenta Barrera.
La impresión 3D es hacer una pieza de plástico sin necesidad de tener un molde, antiguamente eso era muy costoso, ahora solo tienes que tener un diseño en un computador, se pasa a la máquina y ya está
La prótesis está hecha de PLA flexible, un tipo de filamento biodegradable que viene del maíz y que permite que haya una mayor ergonomía. Tiene la forma de las dos patas traseras (para que queden estiradas) y está compuesta por cuatro ruedas, unas correas sencillas para ajustar y un cinturón que rodea el estómago de la mascota. Su creación fue posible gracias a la donación de trabajo de los ingenieros y al aporte de algunas personas.
“La impresión 3D es una tecnología que no solo nos ayuda a brindar este tipo de soluciones sociales sino que, además, es más económica y se presta para hacer diseños muy personalizados”, dice Ortiz.
Según sus creadores, hacer un molde de cualquiera de estas partes puede valer más de un millón de pesos, mientras que en este caso, con la impresión 3D, cada pieza cuesta alrededor de 40.000 pesos.
Aparte de lograr una pieza mucho más liviana y cómoda, en comparación con un diseño realizado con tubos PVC, su vida útil puede ser de hasta más de 10 años.
El caso de Angelita ha abierto las puertas para que en el futuro se puedan atender casos similares en menos tiempo. “Tenemos una nueva prótesis que no existía, gracias a Angelita; la idea es que podamos atender más casos de mascotas con discapacidad”, dice Ortiz.
Teniendo en cuenta que requiere atención permanente, la mascota solo será entregada en adopción si logran conseguir una familia totalmente comprometida con todos sus requerimientos. “Ella tiene que permanecer con su pañal permanentemente, necesita una comida especial y control de veterinario cada 6 meses”, explica Socha.
Sus cuidadoras cumplieron su propósito y reconfirmaron que aún no era su hora. “No nos gusta decirle No a un animal”, reafirma Melissa Castrillon, codirectora de la Fundación Kats.
Si quiere ayudar a Angelita o conocer otros casos, comuníquese al 3013138814 o al 3214685988.
ANA MARÍA VELÁSQUEZ DURÁN
Redacción Tecnología
En Twitter @Anamariavd19
durana@eltiempo.com
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