A Colombia la victoria le cayó como anillo al dedo. Por el resultado de visitante, por mantenerse muy, pero muy viva y con las cuentas encarriladas para la clasificación al Mundial de Rusia 2018 y porque se jugó bien, con concentración, coherencia, dominio... Superioridad total.
Hay que ser muy mezquino para afirmar que la victoria se logró porque Ecuador fue un ‘ecuadorcito’, un rival pequeñito. ¡Bah! Minimizar la victoria es ridículo.
Ni cuando se gana dejando pelos en el alambrado, ni cuando se pierde feo ni cuando se gana bien y claramente como este martes 0-2 en Quito, Colombia no es ni una murga colegial dirigida por un DT de papel, ni es el mejor equipo del Mundo, el universo y sus alrededores con una nómina caída del sobaco del Divino Niño. Hay que poner más sensatez que sentimientos.
Antes de hablar del juego en general, es necesario un capítulo aparte para James Rodríguez. El ídolo, el capitán, nuestro héroe, quien se hizo más noticia este martes por su ‘pistola’ grosera, por su dedo que apuntaba desafiante, en una actitud nunca antes demostrada por él y que evidenciaba la presión que había después del apretado 1-0 sobre Bolivia del jueves pasado.
Este martes volvió a ser la noticia grande del equipo por su gol y su pasegol, por su temple, por ser más que nunca el capitán líder conductor en un partido en el que dictó los ritmos y la velocidad del equipo, en el que abrió la cuenta en un ‘tas-tas’ luego de un centro sensacional de Borja (fina habilitación de borde externo de guayo), en el que asistió a Cuadrado con una paralela de humo que este remachó para el 0-2. Como en la canción: ¡bang, bang! La pistola dispara sola. Eso está comprobado y escrito.
Ahora sí, al juego: Colombia fue superior desde la charla técnica hasta el minuto 94 que duró el juego. Pékerman apostó a jugar alto. Con solo dos volantes de marca y con Cuadrado y Cardona en las bandas para armar circuito ofensivo con James y con un Borja en punta, que no anotó, pero fue sensacional abriendo espacios, creando líneas de pase, asistiendo un gol y metiendo el lomo.
Así, con el juego en campo ecuatoriano en la generalidad del partido, con el control de la pelota y la velocidad, Colombia fue amo y señor. Y cuando Ecuador intentó algo, fue amarrado con las gruesas cuerdas de la concentración, el oficio y el trabajo defensivo que empezó en Borja –sí, en Borja–, quien retrocedió detrás de la línea de la pelota, que siguió en James y Cuadrado, quienes retrocedieron para montar una línea de cuatro adelante de la ‘barredora’ Sánchez, para ponerles tranca a las bandas ecuatorianas.
En eso, Díaz estuvo celoso en la marca de Antonio Valencia y Arias fue magnífico en los mano a mano. Gran partido del lateral. Así, el demoledor Ecuador local no creó ni una sola opción de gol. Repito: ni una sola opción de gol. Y Colombia pudo hacer otro gol al menos. Así fue.
Un detalle: esta Colombia está logrando su pasaje a Rusia por fuera de Barranquilla, pues ganó en las alturas de La Paz y Quito y en la humedad del llano de Asunción. Además, empató en Santiago. Son enormes 10 puntos de los 24 que hoy se tienen.
¿Quiénes piden hoy la renuncia de Pékerman? Digo, no. Y se reconfirmó que la pistola de James se dispara sola...
Meluk le cuenta...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
En Twitter: @MelukLeCuenta
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