Se espera que a partir de mañana, y hasta el domingo, la bella plaza de toros de Santamaría esté de nuevo con sus graderías llenas. En esta ocasión no se escucharán los olés, ni habrá verónicas, chicuelinas o naturales, sino saques, voleas, slices o reveses.
Todo, porque los amantes del tenis, que en nuestro país tiene más practicantes y seguidores de lo que se cree –y el público en general–, podrán disfrutar de la Copa Davis, en que Colombia y Croacia disputan un repechaje al grupo mundial.
Este es un certamen muy importante. La Copa Davis, que cuenta con una historia de más de 100 años –117, para ser exactos–, es el mayor torneo tenístico anual. Para dar una somera idea, el año pasado participaron 130 equipos en el torneo.
Esta vez no la tiene fácil nuestro país. Salta a la arena un toro bravo, como lo es Marin Cilic, como primera raqueta croata, brillante jugador de 28 años, nada menos que el quinto mejor en el escalafón mundial. Tenemos, pues, una figura entre nosotros, que les ha dado verdadera lidia a Rafael Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic, o Andy Murray, por citar los primeros. Cilic fue el campeón del Abierto de Estados Unidos en el 2014 y subcampeón del Wimbledon, en Inglaterra, este año.

Alejandro Falla regresa a la competencia de la Copa Davis, tras dos años de ausencia. En la imagen entrena bajo la observación del capitán Pablo González.
EL TIEMPO
Sin embargo, el deporte tiene de hermoso que es impredecible y sorprendente, donde la esperanza está en cada día. Y, para usar una frase oportuna, “mientras más bravo el toro, mejor la corrida”. Hay que confiar y, sobre todo, respaldar a los colombianos Santiago Giraldo, Alejandro González, Juan Sebastián Cabal y Alejandro Falla. Ellos, sacando de locales, tienen un aliciente grande, más con el aliento del aplauso del público.
Es de esperar que sean los que salgan por la puerta grande. Pero, si no, el hecho de medirse, de evaluar en qué nivel está el tenis nacional y de revisar lo que haya que revisar es un triunfo. Además de servir de inspiración a miles de jóvenes que sueñan con los grandes torneos.
Mucho se habrá disfrutado y demostrado. Empezando porque la plaza de Santamaría es un escenario multiusos que, aparte de los toros, puede ser aprovechada para el arte, el deporte y la cultura. En ella cabemos todos.
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