Más allá de las medidas administrativas, de los anuncios de aperturas de investigación y de todos los intereses que despierta la situación de la EPS Medimás, los 5 millones de colombianos que dependen de su funcionamiento deben ser respetados en toda su integridad.
Ya está bueno de que esta población continúe siendo la receptora de todos los desenlaces derivados de las acciones dolosas que motivaron la intervención y liquidación de la nefasta Saludcoop, de las malas gestiones de la fracasada Cafesalud y de la tortuosa entrada en marcha de Medimás, autopromovida como la salvación.
Es hora de aceptar que, en esencia, este ha sido un proceso continuo de equivocaciones e improvisaciones en el que las soluciones planteadas parecen transformarse en problemas mayores. Del mismo modo, son inaplazables el análisis y la búsqueda de los factores estructurales que impiden que el aseguramiento en salud, tal como está planteado, funcione en beneficio de la gente y muestre sus latentes grietas con coyunturas como la de Medimás, cuando la problemática es general.
Y no se trata de sacarla en limpio y menos de diluir sus responsabilidades. Pero es bien sabido que, con las excepciones de rigor, la carencia de redes, las barreras de acceso, las demoras y el maltrato contra los pacientes son lo común en estas empresas. El creciente número de tutelas contra ellas es evidencia de esto.
Y aunque es claro que ante el incumplimiento y los vacíos operativos de Medimás son bienvenidas las investigaciones y la búsqueda de responsables, incluido el Supersalud, lo cierto es que estas no solucionan los abusos que a diario se cometen contra todos los afiliados al sistema, entre ellos los de Medimás.
Este país debe entender que el sistema de salud es uno solo y que lo que pase con esta EPS repercute en toda la población, por lo que solucionar todo lo que ocurre a su alrededor es una urgencia vital en la que nadie puede sacar el cuerpo.
Esto es muy serio. Así como Medimás les ha servido a muchos para sacar pecho y politiquear a costa suya, también debería ser la excusa para plantear soluciones de fondo. Aquí no hay plan B.
editorial@eltiempo.com

Padres de niños enfermos de cáncer y afiliados a la EPS Medimás en Bucaramanga protestan para exigir atención y prestación de los servicios de salud.
Liliana Rincón Barajas
Comentar