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Lecciones de reconciliación

A pesar de la violencia, la profesora Mariela López sigue enseñando a hijos de exguerrilleros.

Editorial .
‘Víctima de las Farc enseña a leer a hijos de excombatientes’, se tituló una publicación el domingo pasado en este diario. Es un caso tan emocionante como conmovedor. La profesora Mariela López, que había sido desplazada dos veces de su vereda por las Farc, quien fue obligada a guardar fusiles en la escuela donde trabajaba, a quien esa guerrilla le arrebató un hermano y le asesinó a su esposo; quien vio, con dolor de maestra y de madre, cómo las Farc se llevaban a algunos de sus alumnos, sigue allá, en la Institución Educativa Madre Laura Montoya, de la vereda Llano Grande, en Dabeiba, Antioquia, enseñando a los hijos de exguerrilleros y de sus victimarios. Es decir, a desplazados o huérfanos por el conflicto, luego de que allí se instalara una zona veredal.

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La admirable maestra borró de su tablero los términos ‘rencor’, ‘venganza’ y ‘odio’. Así mismo, los verbos ‘huir’ o ‘correr’. Los remplazó por ‘perdón’, ‘bondad’ y ‘humanidad’.
Y les agregó coraje y amor. Amor por los niños, que no tienen la culpa de la guerra ni de haber nacido en un bando u otro. Amor y respeto, inclusive, por su oficio.
Lo que ha pasado en esa zona veredal, y en esa escuela, interpreta todo lo que significa el desarme real y espiritual. Y suena a mejor futuro saber que hijos de guerrilleros y de víctimas comparten clases y recreo, así como soldados, policías y desmovilizados se reúnen para un ‘picado’ de fútbol, para lavar las fachadas de la escuela y las viviendas, o para mejorar los caminos. Y mucho empezó por la profe, que convocó a las mamás excombatientes. Los exguerrilleros volvieron, ya no con fusil al hombro sino con los niños de la mano. Esa es una foto de paz. Y han regresado las familias. Y nace otra vez la vida, pues este año llegaron allí 14 bebés.
La profesora Mariela es alma social. Ella ha dado una maravillosa lección de reconciliación y esperanza. Ojalá sea imitada en todo el país.
EDITORIAL
editorial@eltiempo.com
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Editorial .
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