Un suceso lamentable podría estar poniendo patas arriba la campaña presidencial en Brasil, una de las más polarizadas y, si se quiere, extrañas de la historia reciente.
Un hombre, que dijo estar cumpliendo “una misión divina, una misión de Dios”, apuñaló el jueves al candidato de la derecha Jair Bolsonaro, dejándolo seriamente herido. El repudiable episodio, cometido por un militante del partido de izquierda Psol, podría estarle dando un impulso inesperado al exmilitar, que tras la exclusión del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como candidato ya se ubicaba de primero en los sondeos, pero para segunda vuelta aparecía como perdedor con el centroizquierdista Ciro Gomes o con la ecologista Marina Silva, sin contar con el lanzamiento del plan B del partido de Lula, que podría ser Fernando Haddad.
En ese escenario, Bolsonaro no tendría muchos minutos en TV, pero, luego del ataque, dispondrá de más.
Este atentado, sin duda, acaba de rebarajar las cartas porque pone a Bolsonaro en el nivel de víctima y porque puede limarle el gran porcentaje de rechazo ciudadano, que superaba el 40 por ciento, un alto índice directamente relacionado con sus posturas homofóbicas, nacionalistas, misóginas, racistas y ultraliberales en lo económico.
Conscientes de ese impacto, varios de los rivales ya bajaron de sus campañas los mensajes que lo atacaban directamente, y tendrá minutos de exposición mediática extra por causa de su estado de salud, que, según los médicos, es “estable”. Es bien sabido que la televisión es clave en la campaña presidencial brasileña y que hay un curioso sistema de asignación de tiempo al aire dependiendo de la fuerza parlamentaria del partido representado. En ese escenario, Bolsonaro no tendría muchos minutos en TV, pero, luego del ataque, dispondrá de más gracias a los informes de su estado de salud y a los mensajes que desde su cama de convaleciente ha hecho llegar para movilizar a su gente.
En una campaña presidencial, un mes es demasiado, y cualquier cosa puede pasar. El 7 de octubre se sabrá.
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El candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro llegó este viernes a Sao Paulo para seguir su tratamiento tras un ataque con puñal, en medio de un mitin electoral.
Raysa Leite / EFE
