Enormes desafíos en EPM

Tras poco más de dos meses de interinidad, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, anunció la designación de Alejandro Calderón como nuevo gerente general de las Empresas Públicas de Medellín (EPM). Este nombramiento no solo aclara el panorama en la cabeza del cuarto conglomerado empresarial del país, sino que también marca el camino para los enormes retos que enfrenta la compañía.
Más allá de las críticas que han recibido tanto el proceso de selección como las calidades académicas de Calderón, los retos de EPM demandarán del nuevo gerente una curva rápida de aprendizaje, una alta dosis de liderazgo y la fortaleza para mantener las riendas lejos de la intervención política.

En primer lugar, la principal empresa de servicios públicos del país necesita recuperarse pronto de los golpes a la credibilidad institucional generados por la accidentada salida del anterior gerente, Álvaro Rendón. En especial, con relación a los señalamientos de una inconveniente intervención de la Alcaldía de Medellín en el manejo interno de EPM, así como en la solidez de su gobierno corporativo. Señales prontas y contundentes de la nueva gerencia en estas materias enviarían un sonoro mensaje a las calificadoras de riesgo y ayudarían en el plano financiero.

Otros de los desafíos de EPM son la terminación y puesta en operación del proyecto hidroeléctrico Ituango, junto con los conflictos jurídicos asociados a esta megaobra. Hidroituango es crucial para el futuro financiero y operacional del grupo empresarial, así como para la confiabilidad del sistema energético nacional. No menores son los retos de EPM en cuanto a la prestación de servicios públicos de calidad en medio de la pandemia de covid-19 y en mercados complejos, como el de la filial Afinia, que heredó parte de las operaciones de Electricaribe.

Reputación, gobierno corporativo, solidez financiera, innovación y calidad en la prestación e Hidroituango: una agenda retadora para EPM.

EDITORIAL