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Feliz enero

No es suficiente soñar con un gran 2022, hacer un brindis, desearnos feliz año y cruzar los dedos.

Vladdo .
En un país como el nuestro es difícil pensar a largo o mediano plazo. Aquí todo es tan imprevisible que unos planes armados con mucho esmero, esfuerzo y dedicación pueden terminar alterados o cancelados de un momento a otro, por múltiples razones. Sobre todo en esta época de pandemias, cepas y mutaciones.
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Hace muchos años, cuando me salió un nuevo e interesante proyecto profesional, tuve una grata conversación con un amigo muy querido y conocedor cercano del tema. Después de felicitarme por la etapa que empezaba, me preguntó de buenas a primeras: "¿Usted dónde se ve en cinco años?". La pregunta me cogió completamente fuera de base; pues, dentro de mi lógica y dada mi manera de vivir y de hacer las cosas, yo no esperaba ese misil; no estaba preparado para responder semejante cuestión. De modo que, tras meditarlo unos segundos, y luego de un silencio que no dejó de ser incómodo, le dije sin más ni más: "Hombre, si no tengo idea de qué voy a hacer dentro de cinco minutos, mucho menos voy a saber qué diablos voy a estar haciendo dentro de cinco años; eso es una eternidad".
Después de esa conversación, el tema me quedó dando vueltas en la cabeza. En este punto tengo que decir que yo no soy ‘elmásmetódicoyprogramado.com’. De hecho, creo que pocas cosas en mi vida han sido producto de una planeación minuciosa y prolongada. Tal vez, lo único que tuve claro desde que estaba en la secundaria era que quería ser caricaturista. Sin embargo, jamás me tracé un plan de acción para ver cómo o por dónde iba a llevar a la práctica esa aspiración. Ni llegué a imaginarme que las caricaturas iban a ser mi puerta de entrada a los medios.

En todo trabajo es clave saber identificar y propiciar las oportunidades, crear el ambiente adecuado para hacer que las cosas pasen, sin dejarse intimidar por un posible rechazo.

Pese a que alguna vez, con un ejemplar de EL TIEMPO en la mano, le dije a Gustavo del Castillo –mi mejor amigo desde esa época– que me gustaría ver mis caricaturas publicadas en este periódico, la verdad es que lo dije casi como si hablara hoy de viajar al espacio. Eso era apenas un sueño. No obstante, Gustavo, que me tenía mucha fe, me dio ánimos y me pronosticó que lo iba a lograr, cosa en la que tuvo razón, ya que, sin haberlo planeado, hace 35 años, mis dibujos empezaron a aparecer en estas mismas páginas de opinión que usted está leyendo.
Desde entonces, he sido colaborador de esta casa editorial en diferentes etapas, pero no como producto de una táctica ni de ninguna maniobra. En la mayoría de mis asuntos profesionales y personales casi todo se ha dado de manera espontánea; sin cálculos ni maquinaciones. Y aunque no soy el más prolijo de los estrategas, quizás el ojo y el olfato me han servido para aprovechar las ocasiones que se me han presentado.
Creo que en mi trabajo, como en cualquier otro, es clave saber identificar las oportunidades y propiciar el ambiente adecuado para hacer que las cosas pasen, sin temerle a un posible rechazo. Es más, antes de hacer cualquier propuesta, lo primero que pienso es: "el NO ya lo tengo garantizado; de aquí en adelante todo es ganancia". Y, claro, he recibido varias respuestas negativas, pero han sido más las afirmativas, gracias a las cuales he vivido experiencias muy interesantes en periódicos, revistas, radio y televisión, lo mismo que en el mundo digital.
Ahora bien, nada ocurre por inercia, cuando el calendario cambia de día, de mes o de año; nada cae del cielo. Todo encaja cuando uno hace lo necesario para seguir adelante, sin tirar la toalla, aun después de muchos tropiezos. Por supuesto, no hay que perder de vista el horizonte, pero es fundamental ver bien cómo damos cada paso.
Por eso, no es suficiente soñar con un gran 2022, hacer un brindis, desearnos feliz año y cruzar los dedos. Mejor pensemos en tomar decisiones que nos permitan empezar bien este nuevo año. Así que, por lo pronto, les deseo un feliz mes de enero.
VLADDO
puntoyaparte@vladdo.com
Vladdo .
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