¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

¿Y si no gana Petro?

Un eventual gobierno no petrista debe convencer a los inconformes que gobernará para ellos también.

Thierry Ways
“¿Y si gana Petro?”. La pregunta se ha vuelto repetitiva en encuentros sociales y reuniones familiares en el último año, y no es para menos. El candidato que puntea en las encuestas inspira terror en una parte de la clase media y alta por sus antecedentes filochavistas –que hoy disimula– y sus propuestas económicas, que algunos expertos califican de malas, cuando no descabelladas.
Pero hay una pregunta tanto o más importante que esa. Una que, por estar tan ocupados pensando qué pasaría si gana el líder del Pacto Histórico, los candidatos y votantes de la otra orilla no se hacen lo suficiente.
¿Y si no gana Petro?
Que no gane Petro, al fin y al cabo, no es garantía de buen gobierno. Los graves problemas que tiene el país no van a desaparecer mágicamente si el elegido es otro. Al día siguiente seguirán ahí, como el dinosaurio de Monterroso.
Algunos de esos retos serán los mismos gane quien gane. Hay una docena de problemas estructurales que Colombia viene arrastrando hace décadas, entre ellos pobreza, violencia, narcotráfico, corrupción, justicia disfuncional, deprimente calidad de la educación pública y languideciente productividad.
Pero luego hay otros problemas, que afectarían más directamente a un gobierno no petrista. Puntos de dolor que dolerán más. Me refiero al descontento y la frustración que se expresaron en las manifestaciones del año pasado. Muchos de esos manifestantes, cuyos reclamos son legítimos y deben ser escuchados, ven en Petro una respuesta a su inconformismo. Quizá ni siquiera porque encuentren allí salidas concretas (la mayoría de la gente, y me incluyo, vota con el instinto, no con la razón), sino porque el Pacto Histórico representa para ellos un cambio, algo diferente. Caras y apellidos nuevos en los centros de poder. Una victoria de los mismos con las mismas sería recibida casi como un agravio.
Yo no creo que un gobierno del Pacto Histórico vaya a solucionar de verdad las necesidades de esa multitud inconforme, que son, en buena medida, las de todo el país. Creo que necesitamos más libertad económica, crecimiento y productividad para poder financiar el Estado soñado por la Constitución del 91, que la mayoría de los colombianos aceptamos como contrato social. Creo que una victoria de Petro iría en contravía de esa aspiración. Pero un triunfo suyo produciría, posiblemente, un alivio psicológico, una reivindicación, una esperanza –ilusoria, transitoria– entre los mamados con el ‘statu quo’, que son millones.
Quién sabe cuánto duraría esa luna de miel; seguramente menos de cuatro años. Quizá solo ocho meses: lo que le duró al ‘alternativo’ presidente de Perú, Pedro Castillo. O incluso menos, como podría ser el caso de Gabriel Boric, el igualmente alternativo presidente de Chile, a quien el segundo viernes de su mandato ya le habían dedicado la primera protesta violenta. No se sabe. Pero tarde o temprano resurgiría el descontento. Agriado por la desilusión.
Un gobierno de otra persona, empero, no tendría ni siquiera ese periodo de gracia. Es más, no faltarían quienes se manifestarían violentamente desde el momento mismo en que se anunciara la victoria de otro candidato.
Por eso, un eventual gobierno no petrista debe llegar a la Casa de Nariño con una fórmula para convencer a los inconformes y los indignados de que gobernará para ellos también. Si no, se enfrentará a tensiones de gobernabilidad y orden público más complejas aún que las que le tocaron a Iván Duque. No vaya a ser que los temores que despierta Petro –devaluación, desinversión, desempleo, fuga de capitales, etc.– se materialicen, paradójicamente, bajo un gobierno de otro candidato. Y lo más grave: que en cuatro años estemos en un lugar similar o peor, y enfrentados a similares o peores populismos.
THIERRY WAYS
En Twitter: @tways
tde@thierryw.ne
(Lea todas las columnas de Thierry Ways en EL TIEMPO, aquí).
Thierry Ways
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción