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Así es como hacemos milagros

Si hay deseos profundos y bien intencionados las cosas salen con la ayuda de todos.

A propósito del cambio presidencial, de las autopistas de Cuarta Generación y de Hidroituango, se me ocurrió escribir esta columna para contarles a los colombianos cómo es que se hacen los milagros. Cada región del país tiene sus valores característicos y en todas hay colombianas y colombianos admirables que realizan hazañas, pero quizás por malos gobiernos las cosas muchas veces se quedan en mitad del camino. Mi cuento va relacionado con algo que conozco bien, porque soy antioqueña, y es la manera como los paisas logramos hacer milagros: los soñamos, los imaginamos y nada nos detiene hasta lograrlos.
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En la Alcaldía de Aníbal Gaviria, cuando yo escribía sobre el entonces célebre Túnel de Occidente, el cual a él le correspondió impulsar y entregar, me contó como su padre, el visionario Guillermo Gaviria, cuando llevaba a sus niños en carro hacia la costa Caribe, se detenía en un tramo específico del camino para decirles: “a estas alturas va a haber un día un túnel que nos acercará al mar y estará unido a vías que se enfrentarán a estas montañas con alta ingeniería”. Hoy ese túnel, el del Toyo, de 9.8 km, que será el más largo de América Latina y estará listo el próximo año, estaba en la mente no solo de él, sino de muchos que impulsaron la carretera al mar a mediados del siglo XX, y de posteriores dirigentes comprometidos que se echaron sobre el hombro la tarea de cumplir este sueño y el de las Autopistas de la Montaña, hoy llamadas 4G.
Tenemos el mar Caribe a la vuelta, aquí no hubo generación espontánea, ni corrupción, hubo inspiración, trabajo, unión y tenacidad. Gobernación, Alcaldía, Invías, Ministerio del Transporte y la Agencia Nacional de Infraestructura se pegaron a hombres y mujeres que se reunían los lunes a comer pan de yucas para seguir poniendo en blanco y negro este megaproyecto, semana tras semana.

Para pasarlas del sueño a la realidad se juntaron empresarios, Gobierno y comunidad en torno a un objetivo. Ha sido un trípode infalible. 

El Colombiano publicó un informe sobre las 4G paisas el domingo 17 de julio, que invito a leer porque da cuenta de la hazaña “de 45 túneles y 366 puentes que abrieron 45 montañas y conectan tres megacorredores”. Un vehículo pesado tardaba 24 horas entre Medellín y Cartagena. Con las 4G serán 18 horas. Las 4 G en Antioquia conectan al centro y suroccidente del país con el Caribe, las obras están en más del 90 % y estarán listas en el 2023. Para pasarlas del sueño a la realidad se juntaron empresarios, Gobierno y comunidad en torno a un objetivo. Ha sido un trípode infalible. Así hemos hecho las cosas, así se hizo grande EPM y así se han forjado empresas que son modelo fuera de nuestro país.
Con Hidroituango pasó lo mismo: un ingeniero, José Tejada, estudió el Cauca con rigor, y en agosto de 1969 pasó un texto a sus socios de la empresa Integral: “Memorando preliminar sobre el potencial del Cauca medio”. De allí viene esta obra que no ha sido fácil. En plena construcción, las amenazas de la subversión en la zona causaron toda clase de tropiezos que amenazaron con pararla. Luego, cuando ya estaban adornadas las salas de máquinas para la inauguración, sucedió el taponamiento que todos conocemos. El jefe al mando del complejo lloró de rodillas y rogó a Dios cuando de Bogotá le dijeron que al día siguiente todo sería pantano y lágrimas. Las críticas fueron aterradoras, empezando por las originadas en el gobernador de entonces, Luis Pérez. Imperdonable el daño que se le hizo a la imagen de una empresa ejemplar. Bueno, pero la justicia llega y pone a cada uno en su lugar.
Hoy, Hidroituango, el proyecto de generación hidroeléctrica más importante del país que promete suministrar el 17 % de la demanda nacional, está casi listo, si esa “joya” de alcalde que padece Medellín no genera más ruidos. De todos es sabido que el presidente Iván Duque, de sangre paisa, salvó a Hidroituango. A sus enemigos les tocará cortar la cinta. Ahora falta salvar a EPM, de nuevo con el trípode que la hizo grande: comunidad, empresa y un gobierno eficiente. Señoras y señores, Antioquia tiene, a mucho honor, genes judíos, a prueba de todos los holocaustos. Solo quiero con estas palabras infundir fe y señalar que si hay deseos profundos y bien intencionados las cosas salen con la ayuda de todos. Ojalá eso le pase a Colombia en esta hora de cambio. Unámonos sin odios porque así sea.
SONIA GÓMEZ GÓMEZ
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