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Sinceridad fiscal

Los problemas de América Latina son de “sociedades mojigatas”.

Sergio Clavijo
El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, reveló su ‘Marco fiscal de mediano plazo’ (MFMP 2021). La reacción internacional ha sido mezclada: aplauden su sinceramiento sobre presiones crecientes de gasto en la pospandemia, pero deploran que las medidas, apenas esbozadas, se quedan cortas en asegurar ingresos tributarios que eviten desbordar pronto el 70 % en la relación deuda pública/PIB.
De no aclararse este oscuro panorama fiscal, a través de la esperanzadora reforma tributaria anunciada para el próximo 20 de julio, sería bastante probable que Fitch siga pronto el camino de S&P al degradar a nivel especulativo la deuda soberana de Colombia. Cabe recordar que, en lo corrido del año, se ha incrementado de 6 a 7,5 % la tasa TES de referencia y devaluado el peso en casi 10 %. Todo esto encarece no solo el financiamiento púbico, sino también el del sector privado.
Abogados políticos han venido declarando (erradamente) que la reforma tributaria de abril había sido una “innecesaria provocación” de la administración Duque. Y que, según ellos, la economía venía muy bien antes de la pandemia. Si hicieran seguimiento a las cifras, se percatarían de que el crecimiento de Colombia venía cayendo del histórico 4 a tan solo 2,4 % anual durante 2015-2019 y que el desempleo promediaba 10 % (antes de que la pandemia, supuestamente, lo arruinara todo). Sí, veníamos progresando, pero se requerían profundas reformas laborales, pensionales y tributaria que este gobierno nunca encaró.
También se equivocan dichos políticos al concluir que Colombia habrá de salvarse de Petro es a través de arrebatarle la bandera de una nueva constituyente. Se habla con gran liviandad sobre “nuevos pactos sociales”, cuando lo urgente es conseguir los recursos públicos y mejorar la gestión estatal para poder honrar la bien estructurada carta política de 1991. ¿Acaso no se han percatado nuestros políticos de la gran incertidumbre socioeconómica sembrada en Chile por su Constituyente? Y esto no obstante haber logrado allí reducirse la pobreza al 10 % y con la desigualdad cayendo del 0,55 al 0,48 durante las dos décadas anteriores.
Los problemas de América Latina son de “sociedades mojigatas” (hablan de mejorar servicios estatales, pero sin querer pagar por ello). Y, además, se carece de una gerencia estatal competente. Los cambios más urgentes tienen que ver con la calidad educativa, pues este es el pivote hacia “mejores oportunidades” para las clases bajas. Pero las actuales estructuras impiden tal propósito. También nos es esquivo el objetivo de conexiones viales primarias-secundarias, y sin ello será imposible mejorar nuestra productividad, hoy estancada a niveles equivalentes al 22 % del equivalente en países desarrollados. Ahora populistas de derecha que dicen apoyar a Duque agravarán los costos del mercado laboral duplicando la ley María y reduciendo a 42 horas jornada semanal.
La reforma tributaria no es un capricho, sino una urgente necesidad. Y ojalá el min-hacienda cambiara su liderazgo hacia impulsarla para incrementar el recaudo en no menos del 1,5 % del PIB, en vez de estar siempre aclarando que a él lo nombraron para evitar reformas estructurales en el frente laboral, pensional y tributario.
La magnitud del problema es peor de lo imaginado, según ese MFMP 2021. Aun con supuestos alegres (devaluación del 2 % y crecimientos regresando hacia el 4 % anual), la deuda del Gobierno central se perfilaría al +70 % del PIB. De hecho, si dicha reforma tributaria solo rinde 0,5 % del PIB y no se concretan las ilusorias ganancias en eficiencia tributaria del 1,4 % del PIB, entonces la realidad fiscal luce aún más difícil.
Debemos evitar que la pobreza continúe escalando del 42 hacia el 50 % y la indigencia, del 15 hacia el 20 % de la población durante 2021-2022, pero esto exige volver consistentes las acciones por el lado tributario con las del gasto público, recién sincerado en ese MFMP 2021.
SERGIO CLAVIJO
Sergio Clavijo
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