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Crueldad

Crueldad

Senadora Viviane Morales, usted dejará sin hogar a 4.200 niños que nadie querrá adoptar.

Somos unos miserables: los colombianos solo queremos adoptar bebés. Las instituciones del país están repletas de niños que nadie quiere adoptar porque tienen más de 2 años de edad. Son 4.200 pequeños desechados porque son grandes o están enfermos. A ellos se suman los violados, discapacitados, negros o que se entregan en grupos de hermanos. Menores a los que una pareja colombiana convencional no quiere adoptar porque son viejos o están dañados.

Por eso es que el referendo que promueve Viviane Morales es tan cruel e inhumano: porque deja sin futuro a los niños más débiles y vulnerables del sistema de adopción colombiano. Niños con problemas que no encajan –y nunca encajarán− en el esquema de familia modelo que promulgan ella y su marido desde su púlpito en la Comisión Primera del Senado.

La cuestión es elemental: a los niños imperfectos no los adoptan hogares perfectos, solo aquellos donde lo importante es el afecto. Ahí el absurdo que propone la congresista liberal: que los únicos que puedan adoptar en Colombia sean las familias de heterosexuales, aquellas compuestas por un pene y una vagina en sus genitales. Esa es, a juicio de Viviane Morales, la única y válida credencial para poder adoptar.

Una torpeza que saca de la ecuación a los matrimonios homosexuales y a las madres solteras, dos grupos que vienen adoptando precisamente a los grupos de niños viejos y con problemas. Si no fuera por ellos y por las parejas de extranjeros, serían muchísimos más los niñitos que desfilarían con muletas y oxígeno por los pasillos de las instituciones de adopción familiar.

Somos unos miserables, senadora Viviane Morales, y usted nos quiere volver todavía más. Somos un país que solo quiere adoptar niños último modelo, sin problemas de salud ni trastornos de personalidad. Ojalá que sean monos, ojiazules, blanquitos y de pelo bien bonito. Ojalá que no tengan cara de pobres, ni que sean indígenas o negros, ni que vengan de barrios pobres, ni que les hayan matado a sus padres en medio de una masacre de la guerra.

Gracias a usted y a su iniciativa de referendo para frenar la adopción igualitaria, miles de personas en todo el país quedarán ahora con la única opción de adoptar un perro o un gato. Desfogarán todo su amor y ternura en una mascota, mientras miles de niños se pudren días y noches enteros en los orfanatos. Gracias, senadora.

PAOLA OCHOA@PaolaOchoaAmaya

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