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El dólar Petro

Imprevisible y caprichoso, el dólar se alza como gloriosa guía de nuestro futuro.

Paola Ochoa
Gustavo Petro debe estar atravesando por un estado de abatimiento interior: dólar por los 5.000 pesos, reforma tributaria con contratiempos, rebelión entre la coalición de gobierno, aprobación de su gestión cayendo, nerviosismo en los mercados, préstamos cada vez más caros para el tesoro colombiano, desabastecimiento de medicamentos, carestía descomunal de los alimentos, protestas en las calles y familias empobrecidas por el desmesurado debilitamiento del peso.
Infortunio para el que Petro debe estar buscando consuelo, en medio de un contexto internacional extremadamente tormentoso, pero atizado con el disparate de contradicciones ministeriales en el tema de hidrocarburos, una de las grandes causantes de que el dólar esté sin freno y cabalgue hacia los 5.200 pesos, según los expertos.
Iceberg que tiene al ministro de Hacienda haciendo malabares para corregir el timón del Titanic y enmendar las declaraciones sin bozal del presidente y de las ministras de Minas y Trabajo. Declaraciones ambiguas y explosivas en temas tan delicados como el control de cambios, los contratos futuros de exploración y explotación de petróleo, el control de precios de los bienes de la canasta familiar y otras metidas de pata que están minando la confianza y credibilidad de los mercados.
La huella que empieza a dejar Petro en el estado colombiano es de ambigüedad, improvisación, inexactitud, desorden, desconfianza y temor a dilapidar lo ganado tras la pandemia del covid-19 y la peor recesión económica en 100 años. El país camina hacia un año 2023 de estancamiento económico, de cero crecimiento, de tormentas económicas y políticas internacionales, de coletazos sobre los hogares colombianos, de bolsillos cada vez más desocupados, de mayor desempleo y de una multiplicación del hambre que se cocina aún a fuego lento.
Desafío que demanda esfuerzo y firmeza, claridad y decisión, brío y autodominio, en lugar de palos de ciego en medio de mezcolanzas e inexactitudes que solo confunden más al país y a la opinión pública, mientras afloran paranoias y acusaciones contra supuestos enemigos, como que Estados Unidos está arruinando a todas las economías del mundo y por eso el dólar en Colombia está llegando a los 5.000 pesos, como si no fuera también porque la reforma tributaria y las declaraciones del gobierno le están echando los santos óleos al sector minero-energético, fuente número 1 de divisas del país y responsable del 40 % de todos los dólares que llegan a Colombia.
Como cantaría la fantástica Becky G en uno de sus últimos éxitos: “te metiste autogol por torpe. Te quedó grande este torque”.
PAOLA OCHOA
En Twitter: @PaolaOchoaAmaya
Paola Ochoa
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