¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Hay que construir una nueva oposición

Los colombianos hoy debemos caminar hacia adelante sin fatalismos, con respeto y con compromiso.

Columna de Juliana Velásquez, miembro de Women In Connection.
Este no es un escrito que adhiere o asume alguna posición política, esto pretende ser una reflexión sobre cómo la construcción colectiva de una sociedad debe recomponerse hoy en Colombia.
Para nadie es un secreto que, de cara a la presidencia de Gustavo Petro y Francia Márquez, la oposición luce desteñida, no sólo en composición, sino en propósito. Por lo tanto, se hace pertinente hacerse preguntas sobre qué tipo de oposición necesitamos hoy como país.
En primer lugar, debemos volver a la oposición de las ideas. Llevamos ya mucho tiempo atacando y siendo atacados como personas, ciudadanos, miembros de familia y profesionales. Los ataques indiscriminados tienen el poder de esconder las verdaderas discusiones, aquellas que son necesarias para la construcción del país que cada uno, y que el colectivo, quiere. ¿Y lo más grave? Esto nos desdibuja lo único que somos todos al mismo tiempo: colombianos.
La oposición de las ideas obliga a dejar la mediocridad del ataque y obliga a pensar en un modelo de país aterrizado y actual. Una oposición de ideas es capaz de reconocer logros, incluso del más radical adversario. Una oposición de ideas da espacio a relaciones cordiales que, tal vez de manera ilusa, espero que impacten de manera positiva esa realidad paralela que hoy son las redes sociales.
En segundo lugar, debemos recuperar la capacidad de reconocer enemigos comunes como colombianos, sin considerar la posición política. La corrupción, la pobreza, el crimen, la violencia infantil y de género son algunos de ellos. Debemos ser un frente común en contra de estos enemigos que se alimentan de una polarización torpe, y aunque posiblemente tendremos ideas muy distintas para enfrentarlos, el reconocimiento de un enemigo común, sin excepciones, sin estirar límites morales y sin zonas grises, nos lleva un paso adelante en el proceso para combatirlo. Estos son dolores colombianos que no dan más espera. Tanto el Gobierno como todos los actores políticos deben liderar este proceso, sin consideración de favores ni amigos personales, y en esto, permítanme concluir, una buena idea de un lado es una buena idea para todos los lados.
Por último, hablemos de intereses comunes (disculpas anticipadas si personalizo este aparte a los intereses comunes que me apasionan, pero creo que el análisis aplicaría para todos: la educación, los derechos de los niños, la generación de empleo sostenible joven, de mujeres, el desarrollo del agro, la transición energética sin poner en riesgo la confiabilidad, la internacionalización de las regiones, el emprendimiento y el desarrollo y defensa de nuestras empresas son algunos.
Un nuevo pacto de oposición nos obliga a estructurar modelos para cada uno de los intereses comunes, no sólo a criticar al Gobierno y a sus iniciativas. La construcción colectiva se pone en riesgo cuando, como ha pasado por tanto tiempo, sólo hay destrucción de ideas de un lado a otro.
Y por supuesto, un nuevo pacto de oposición necesita ser vigilante de los bienes públicos, de los derechos individuales y colectivos y del cumplimiento de metas, programas y acuerdos. Necesita unas instituciones fuertes y, sobre todo, necesita un Gobierno respetuoso, democrático y garante. Los colombianos hoy debemos caminar hacia adelante sin fatalismos, con respeto y con un compromiso innegociable con el país. Al final, como bien decía Joseph Antoine René Rubert, “El objeto de toda discusión no debe ser el triunfo, sino el progreso”.
JULIANA VELÁSQUEZ
Miembro de Women In Connection
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO

Más de Redacción