El médico de la muerte
Si Guillermo Jaramillo hubiese sido minsalud en la pandemia, muchos más colombianos habrían muerto.

Cesar el fuego contra las empresas no es solo cambiar el tono, sino que el Gobierno haga sus tareas.
El derrumbe de la economía es solo una de las tempestades fruto de los vientos que Petro sembró.
Lo grave, dice la OEA, es que en varias regiones la extorsión sea tan natural como pagar el mercado.
Todos aquellos que Petro gradúa de enemigos descubren que distanciarse de él es muy rentable.
Hay que llenar las urnas con votos por quienes no integran la coalición mafiosa del terror.
A Petro le saldrá caro, con Estados Unidos y Europa, su negativa a condenar a los bárbaros de Hamás.
Santos no responde por el mar de coca que dejó, ni por los falsos positivos ni por Odebrecht.
Gobernar este país es demasiado trabajo para alguien sin disciplina, poco amigo de la laboriosidad.
El Presidente es pugnaz y poco cumple su palabra: un acuerdo nacional es imposible.