Dilema ético
Creo que debemos hacer hoy pequeños actos éticos como una señal de que todavía nos queda dignidad.

Mi cuerpo fragmentado era una sombra danzante que aparecía cada tanto como el coro de una canción.
Me arriesgo a afirmar que las normas que se meten con la identidad enferman psicológicamente.
'Me van a matar'. Con esa frase empieza la primera novela de Pablo Maurette 'La migración'.
Un día, al verme tan triste y desprogramada, a Daniel se le ocurrió arreglarme una cena con Antonio.
Mi desinterés por la política se ha debido a que, como actriz, me daba por invalidada para opinar.
El género es una cárcel que genera discriminación. Parece que vamos a su disolución y lo celebro.
Eso que es tan inmensamente triste es lo indecible. Es lo que pertenece al ámbito de lo trasmundano.
En este país se usan esos términos no necesariamente para identificar una postura política.