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La paz de Antonio Elizalde

La paz de Antonio Elizalde

La paz de Antonio es la de la vida sencilla, que quizás hubo antes de que el mundo perdiera su rumbo

He conocido pocos como él. Lúcido, visionario y riguroso. Incansable y voraz de la alegría. Ávido de la vida en sus diversas formas y expresiones. Su casa de Santiago de Chile es un santuario de la coherencia. Abundancia no de lo que nos impone el consumismo, sino de lo que necesitamos rescatar para salvarnos: la familia, el amor, la amistad, la sobriedad, el trabajo, la democracia. Antonio vive como es, escribe como vive, educa como sueña y construye su ética de la sustentabilidad desde un nuevo paradigma. La prevalencia de la vida sobre la economía, la felicidad sobre el crecimiento per se. Por eso, su modelo de paz (y pocos conocen tanto a Colombia como él) se basa en un tipo de desarrollo orientado a rescatar y satisfacer las necesidades verdaderamente humanas y no las artificiales creadas por los modelos imperantes. Especie de ARS combinatoria de múltiples saberes, intuiciones y tradiciones. Así escribe Elizalde recordando a Leonardo Boff, cosmología de la religación desde los componentes estructurantes de la cultura. He aquí el desafío de nuestra paz.

Y bien, por estas ideas mereció en 1983 el Premio Nobel Alternativo de Economía (con Max Neef y Hopenhayn). La Universidad Agraria tuvo el acierto de instituir su cátedra de paz honrando el trabajo de este latinoamericano del mundo que es Antonio Elizalde. El próximo jueves 17 es la sesión correspondiente a la Universidad del Rosario y será una ocasión para preguntarnos por la vida. Por la pérdida de vida salvaje que denunció recientemente el informe ‘Planeta vivo’ de WWF, y por la pérdida de la vida humana que documenta el foro de vulnerabilidad climática (thecvf.org/).

Según este último, a nuestra actual economía intensiva en carbono y sus actividades conexas debemos 4,5 millones de fallecimientos anuales; y según el primero, debido a esa misma crisis, que algunos han llamado el antropoceno, se debe que la vida silvestre haya disminuido un 58 por ciento entre 1970 y el 2012. Ojalá esta iniciativa contribuya a la consolidación de la paz entre los seres humanos y la naturaleza. Que firmemos ya el nuevo acuerdo con las Farc, y empiecen las conversaciones con el Eln. La paz de Antonio Elizalde es la de la vida sencilla, que quizás hubo antes de que el mundo perdiera su rumbo.Manuel Guzmán Hennessey@GuzmanHennessey

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